“Como equipo de gestión de la Facultad de Trabajo Social, con muchos otros colegas, queremos dejar expresada la postura respecto de la toma”, puso de manifiesto Sandra Arito, la decana de la unidad académica en cuyo edificio se sostiene la modalidad de protesta por iniciativa del movimiento estudiantil, desde el 22 de agosto.
En diálogo con Página Política, expresó: “La toma ha sido un hito muy importante. Es la primera facultad tomada del país en el marco del reclamo que llevan adelante las universidades públicas”, subrayó Arito que convocó el martes a un encuentro del que participaron docentes, las agrupaciones estudiantiles, los consejeros directivos de todos los claustros con el fin de debatir la continuidad de la protesta en la sede de calles Almirante Brown y Avenida Ramírez.
“Este mismo proceso nos lleva a hacer otras lecturas posibles del presente. Tenemos aquí la carrera de Trabajo Social, la de Ciencia Política, tenemos estudiantes interviniendo en centros de salud, merenderos, escuelas, en la salud pública y estamos viendo el estado crítico, el estado terrorífico que atraviesa nuestra sociedad. Nos están preocupando otros escenarios además del propio, el de la Universidad”, enfocó Arito su punto de vista sobre el conflicto.
Un salto
“En este contexto político de nuestro país, nos parece que es importante empezar a pensar intersectorialmente, recordando expresamente el protagonismo que tuvo nuestra facultad en el marco del Frenapo (Frente Nacional contra la Pobreza, en diciembre de 2001). Estamos viendo que desde el inicio de la toma a este momento han pasado muchas cosas. Se recortaron los ministerios de Salud y el de Ciencia y Técnica, hay indicadores sociales altamente preocupantes y nosotros palpamos en la cotidiana el impacto que todo esto tiene en la vida de las personas y las más desamparadas, las más pobres”, describió la decana.
“Nos parece entonces que es momento de redefinir las luchas, de pasar a una escala superior. Salud mira sólo su sector, los trabajadores de Agricultura Familiar miran su sector, nosotros el propio. Así no alcanza, lamentablemente no alcanza”, postuló Arito.
En este contexto, consideró que la militancia de la unidad académica se ha hado desde el 22 de agosto a la fecha “una estrategia muy importante, muy válida como mecanismo, pero el contexto político e institucional de nuestro país se ha agravado demasiado en muchas áreas y no podemos no mirarlo como universidad pública”.
“Es un momento para sobrevolar el conflicto universitario. Mirar lo que está pasando al lado, actuar intersectorialmente”, insistió la decana a este portal y cuando empezaban a conocerse las resoluciones de los gremios docentes del nivel superior respecto de la continuidad del paro que cumplió su quinta semana consecutiva.
Replanteos
“Más allá de las formas, es mucho más fuerte, socialmente, lo intersectorial. Es más convocante, más visible”, dijo y dio cuenta del debate que se dio en el ámbito convocado desde el decanato.
“Si bien algún sector planteó que esta discusión debía darse en el marco de la asamblea interclaustros (que se realiza diariamente en el marco de la toma), ex profeso pusimos de relieve el intercambio institucional porque hay temas que tiene que discutir esta facultad”, dijo y consideró un problema que “haya ciudadanos que definan en asambleas cuándo trabaja un compañero docente, o un trabajador no docente en la Facultad de Trabajo Social”.
Finalmente, sintetizó su postura y concluyó: “Estamos en un momento político institucional del país muy difícil. Hay que ser muy inteligente para replantear los modos de resistencia y de lucha. Cuantos más colectivos, intersectorialmente, estén involucrados, será más efectivo como lo han demostrado tantos momentos de nuestra historia”.
