La decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Uader, Rosario Badano, puso a disposición su renuncia a partir del 10 de diciembre. También lo hicieron los secretarios y coordinadores de las diferentes sedes.
Badano; cercana a Graciela Mingo de Bevilaqcua, que dio un paso al costado del Rectorado; fue una de las voces que más se escuchó durante el conflicto en la casa de altos estudios que terminó con la salida de Mingo y el reemplazo de Marino Schneeberger. El cambio de autoridades se dio en el medio de denuncias de profesores y alumnos que advirtieron acerca de “maniobras y operaciones” para frenar el proceso de normalización.
En su texto de renuncia, de dos párrafos, la profesora dice sentirse “honrada” por haber asumido “la responsabilidad de una facultad en crisis, para que sea posible profundizar el proceso de normalización de la universidad a partir del trabajo democrático y plural donde cada uno de quienes componen los estamentos ha encontrado su espacio de trabajo y producción”. En la última línea asegura que “otra facultad encontrarán las nuevas autoridades para continuar la tarea para la asamblea universitaria de abril de 2012”.
Tras un polémico episodio en la Escuela Normal, donde se arrasó durante un fin de semana anónimamente con toda la cartelería partidaria e institucional, Badano se había propuesto a investigar el “sospechoso” episodio y “a poner toda la energía en la investigación sumaria”. En su momento y en pleno cambio de autoridades dijo que lo ocurrido tenía “un dejo de impunidad”.