
Esta semana, dirá el Presidente, “pasaron cosas”. En la foto de la gobernabilidad que Mauricio Macri se propuso mostrar al FMI no apareció Gustavo Bordet. Ni siquiera estuvo un representante del Poder Ejecutivo entrerriano. Fue el senador Aldo Ballestena quien representó a la provincia. Antes, en el encuentro con Rogelio Frigerio en el CFI, el legislador contó con la compañía de Hugo Ballay.
Cuando todas las crónicas daban cuenta de lo que ocurría en Buenos Aires, el Gobernador hizo declaraciones desde Estados Unidos donde participa de una misión comercial en las que dijo: “A la crisis no la generamos nosotros”. Junto al mandatario estaba su espada parlamentaria en el Congreso, Juan José Bahillo.
En esas mismas declaraciones, Bordet aseguró que en la negociación con Nación no se aceptará la afectación de sueldos, jubilaciones, inversión social y sanitaria. Dijo que tampoco se aceptará que se toquen los recursos de coparticipación.
Ese día, el martes, Edgardo Kueider se reunió con intendentes para abordar las obras que se verían afectadas por la eliminación del Fondo de la Soja. El día anterior el Gobierno había anunciado un incremento en las partidas destinadas a pensionados de la Ley 4035 para comedores escolares y copas de leche.
Este jueves por la noche Kueider se reunió con el gabinete. En una breve comunicación en su perfil de Facebook sostuvo que “las prioridades que ha fijado el gobernador para esta etapa pasan por intensificar la atención en salud y desarrollo social de la población”.
En el Gobierno decidieron no entrar en la rosca nacional que tiene a los gobernadores en la primera plana por el Presupuesto y que en las últimas horas se han verificado diferencias entre los mandatarios. En la Casa Gris respetan ese ámbito, pero entienden que hay muy poco por hacer con el Presupuesto. La transferencia del déficit a las provincias ya se hizo y es inevitable. Como se dijo en este sitio, la idea de Bordet es pelear los fondos que se puedan. No aprobar el Presupuesto y dejar que la Jefatura de Gabinete “reparta” por decreto y a su antojo no es una estrategia inteligente, insisten en el Gobierno.
La otra pata
El concepto de “gobernabilidad” que aparece en todos los análisis y cuya responsabilidad pasaría por el peronismo y el socialismo de Santa Fe se está leyendo de manera inadecuada. No aprobar el Presupuesto, por caso, sería entorpecer el devenir del gobierno de Macri. Pero hay otra cara de la gobernabilidad que no aparece en el debate político, sobre todo en el seno de la interna peronista.
La administración nacional en lo que va del año ha generado una deuda que se acrecienta con el correr de los días en áreas sensibles como salud.
La ministra Sonia Velázquez ha hecho público la deuda de Nación por el programa Incluir, cuya cifra supera los 90 millones de pesos. Marcelo Casaretto esta semana hizo un recorrido minucioso de las partidas que no llegan y la provincia tuvo que afrontar para poder entregar viviendas.
En Desarrollo Social, donde más ha crecido el presupuesto provincial, Nación no ha actualizado ninguno de los programas pese a la devaluación que en lo que va del año alcanzó el 110,3 por ciento. Como si fuera poco Macri reconoció que aumentará la pobreza convirtiéndose en el primer presidente de la historia moderna en hacerlo público y en cadena nacional.
Un funcionario analizó el cuadro de situación de la siguiente manera: “Hay un ajuste infernal que ya se está ejecutando. Y la crisis no explota en el gobierno nacional, sino en los municipios. Nosotros la estamos poniendo ahí”.
En el Gobierno ratificaron su estrategia política: las definiciones serán en materia de gestión.