Miércoles 17 de septiembre. Se encolumna la manifestación universitaria que rechaza el veto a la ley de financiamiento para las instituciones de educación superior. Han pasado unos minutos de las 17 y empieza a circular con fuerza entre la militancia la versión de que la Cámara de Diputados de la Nación ha reunido los votos necesarios para ratificar la ley impugnada por el gobierno de Javier Milei.
Circula la noticia, aquí y allá, bajo cada cartel. Se confirma la novedad revisando los medios en los teléfonos móviles. Pero es Nadia Burgos la que empieza a agitar para que la noticia se convierta en celebración y de ese modo arranque con otro ritmo el paso de la marcha. La dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) llega a los saltos, se acerca a las manifestantes que encabezan la columna, una por cada agrupación, todas mujeres. Burgos vocifera la novedad, insta a festejar, empiezan los cánticos, los bombos, las risas, los abrazos. Sucede.
La izquierda entrerriana, expresada en el MST en el FIT Unidad, apuesta otra vez a la figura de Burgos que tiene horas y horas acompañando asambleas, marchas, protestas, vigilias. “Hacemos política todos los días”, remarca por si hiciera falta quien encabeza la lista para la Cámara de Diputados. El nombre para el Senado, es el de la docente universitaria, dirigente de Sitradu, Sofía Cáceres Sforza.
La marcha arranca. Mientras camina, Burgos analiza para Página Política el escenario electoral en Entre Ríos que, desde su perspectiva, tiene siempre anclaje inevitable en lo que pasa en el mundo. En el Congreso de la Nación, el gobierno de Milei va de traspié en traspié. Unos días antes de la movilización en que sucede la entrevista, la elección de la provincia de Buenos Aires asestó una derrota inesperada para la gestión libertaria.
“Está claro que hay una crisis tremenda del régimen político”, resume Burgos y enmarca: “No es una crisis solo de la Argentina, ¿no? Vivimos en una situación de polarización política y social en todo el mundo. Estamos viendo, un poco, cómo la fuerza de la ultraderecha, en el último tiempo, está viendo su contrarrestante. Por un lado, las movilizaciones inmensas por Palestina en todo el mundo, pero además, avances como los 27 años de cárcel para Bolsonaro; o la derrota electoral de Milei. Buenos Aires es un punto más. Y nosotros en eso somos clarísimos: no fue el PJ el que derrotó a Milei en Buenos Aires. Fue el Garrahan; los jubilados; la universidad. Fue la lucha de la calle. Milei perdió”, define Burgos.
En este sentido, deslegitima otras lecturas y advierte: “El PJ tiene que tener cuidado porque tiene muchos votos prestados. Logró ser una opción que tome el voto útil para rechazar a Milei, pero tampoco tienen mucho para ofrecer. Son parte de la crisis del régimen político. Y la izquierda tiene una respuesta ahí que dar que no puede ser solamente estar en la calle porque nosotros siempre estamos, sino que es empezar a construir diferentes alternativas políticas que surjan desde la calle pero que puedan llegar también a discutir poder, discutir cómo gobernamos y fundamentalmente poder traspasar un muro. Ese muro es el que dice que la izquierda no tiene proyectos”.
Contra esa sentencia, Burgos afirma: “Nosotros sabemos cómo gobernar este país, nunca lo hemos hecho. Somos partidos de trabajadores, de jubilados, de juventud, de disidencias, de mujeres; somos un partido de los que hacen mover al mundo todos los días. Claro que sabemos cómo gobernar. Sabemos qué es lo que hay que hacer hoy por hoy: echar a patadas al FMI, ponerle un freno a los bancos, empezar a cobrar impuestos a los que más tienen, a las riquezas del agronegocio, a la timba financiera. Tenemos que ser el palo en la rueda de esa bicicleta para que toda esa riqueza que producimos todos los días los laburantes, empiece a venir en salud pública, en educación, en planes de vivienda, en creación de trabajo genuino”.
Asegura que esos aspectos de las políticas públicas no tienen respuesta en los partidos que se han alternado en el poder: “Ninguna de las fuerzas tradicionales está diciendo cómo va a hacer para dar respuestas. Al contrario, están diciendo que van a acordar con el Fondo Monetario Internacional. Así nos va a ir. Como nos está yendo ahora”.
El cuarto oscuro en Entre Ríos
–Hay siete listas en Entre Ríos, ¿qué disputas hay en juego y qué lugar ocupa la izquierda en esta elección?
–En principio, está claro que el gobierno de Rogelio Frigerio se esconde para octubre. Lo que no quiere hacer Frigerio es plebiscitar su gobierno. Del otro lado, está el PJ que no solamente expone su interna en la elección general, sino que además ha dado una definición para Entre Ríos: no le interesan los entrerrianos. El PJ está discutiendo cómo gobernar en 2027. Pero mientras tanto Frigerio nos recorta los salarios a los estatales, cierra 300 escuelas rurales porque avanza el modelo del agronegocio en detrimento del modelo social que necesitamos en Entre Ríos; hace acuerdos con los sectores más concentrados de la economía para que la crisis la sigamos pagando los trabajadores. Hay un montón de ejemplos de lo que Frigerio hace, igual que Milei. Y el peronismo mira el 2027.
–En este escenario, ¿cómo piensa la izquierda su mensaje de campaña?
–Estamos haciendo una campaña muy de a pie, con asambleas, con encuentros de trabajadores en los barrios, en las universidades, en el Ministerio de Salud. Es en los lugares en donde estamos todos los días. Acá lo que hay que hacer es generar un lugar de expresión para las fuerzas de los trabajadores. Ningún otro sector lo va a hacer. También le hablamos a los sectores descontentos de la política: yo estoy podrida de esta política tradicional, realmente podrida. Pero solo si intervenimos en la política es como vamos a poder cambiar la situación. Se vio en Buenos Aires que el 40% de la gente no fue a votar y que el voto en blanco en algunos lugares salió segundo. En ese marco, a aquellos que no quieren ir a votar, aquellos que están podridos, les decimos que le den un voto a la izquierda. Ya saben cómo somos; no vamos a ser los Kueider de esta historia. Tampoco vamos a ser los Carolina Gaillard, que todavía está cumpliendo el mandato por el PJ y ahora va por afuera (Ahora 503). Es escandaloso también eso. Siempre estamos del mismo lado, del lado de los trabajadores, a veces es un poco más lento, pero es con firmeza que se tiene que construir. En eso tenemos algunas observaciones dentro del FIT Unidad: creemos que el FIT Unidad debiera estar llamando a grandes congresos de la izquierda donde discutamos con distintos otros sectores, con el Nuevo Más que acá decide ir por separado, con los sectores de la izquierda social, política, ambiental, que son muchísimos, y construir realmente una alternativa de los trabajadores que llegue al gobierno.
-¿Cómo congenia el MST la militancia en distintos ámbitos con el contexto electoral que se da cada dos años?
–Es complicado si pensás en la política tradicional, porque nosotros en realidad hacemos política todos los días, con nuestro trabajo, con nuestras intervenciones en la lucha ambiental. No hay otra organización política que esté siempre. Por eso vamos con Facundo Scatone Moulins como candidato a diputado, que no es del MST, que es docente universitario, es de una organización, Brote Nativo, justamente porque queremos mostrar eso, con quienes construimos cotidianamente esa fuerza desde abajo es como la queremos expresar también en las elecciones y es un punto más de la política. La verdad es que si seguimos como estamos va a ir cada vez menos gente a votar.
–Hay otros dirigentes que son parte de distintos reclamos políticos y sociales y que hoy son candidatos. Es el caso de referentes de Patria Grande, como Eve Kloster, por ejemplo. ¿No hay acuerdos cuando se debate lo electoral?
–El problema con Eve es estratégico. Ella está pensando en 2027, como lo piensa el PJ y por eso Juan Grabois va a nivel nacional con el PJ. Nosotros creemos que con los partidos tradicionalistas como el PJ no hay mucho para construir. No queremos más sapos y no queremos que nos cuenteen. Vamos a construir una alternativa política con programa político y en defensa de los sectores que han sido históricamente postergados; esa es nuestra definición. En eso, Patria Grande comete un error muy grande, que es el sostenerse atados a estructuras tradicionales. Esas estructuras nunca van a llevar su programa a la acción.
