A José María Chemez le llegó el momento de dar un paso al costado. El trámite jubilatorio solicitado le llegó en 20 días. Rápido. El juez ni siquiera dejó trascender la noticia. Mucho menos envenenada. Algo así como que lo jubilaron de sopetón porque condenó al ex gobernador Sergio Urribarri. Chemez no regaló, en toda su carrera, un solo título periodístico. Se limitó a hacer buenas sentencias e investigaciones.
Solicitó penas de cumplimiento efectivo a Oscar Horacio Mori por el delito de malversación de dos Aportes del Tesoro Nacional (ATN); y a Domingo Daniel Rossi por enriquecimiento ilícito.
Ambos dirigentes fueron condenados, pero con penas excarcelables que les fijó el tribunal presidido entonces por Jorge García, que luego se convirtió en el procurador general de la provincia.
Chemez juzgó y encontró culpable por delitos de corrupción a Abelardo Pacayut. Fue el primer dirigente en Entre Ríos al que se lo condenó y fue a la Unidad Penal.
Se desconocen entrevistas o declaraciones de Chemez pese a la relevancia que tuvo en casos que impactaron en el plano institucional. Cuando terminó el juicio y se conoció la sentencia que condenó a Urribarri a 8 años, Página Política intentó entrevistarlo. Hizo saber que no accedería. Mantuvo su conducta –discutible o no- hasta el final.
El diamantino presidió el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná que condenó a prisión perpetua a Facundo Bressan, autor del primer femicidio que se juzgó bajo el sistema acusatorio en Paraná.
Chemez ingresó al Poder Judicial el 19 de marzo de 1992, seis días antes de cumplir 31 años. Fue juez de Instrucción en Federación durante 12 años; juez Correccional en Paraná por un año; fiscal de la Cámara y vocal de la Cámara del Crimen –Sala I- de Paraná. Especializado en Derecho Penal fue docente universitario en “Derecho Procesal Penal”, “Teoría General del Proceso” y “Derecho Penal”, entre otras disertaciones y aportes académicos en los que aportó.
Antes de llegar a la condena del ex gobernador, el tribunal de Chemez dejó caer el juicio abreviado a José Allende que tanto le había costado acordar al Ministerio Público Fiscal y la defensa del gremialista sin el consentimiento de una víctima. Nada más ni nada menos que la ministra de Salud, Sonia Velázquez.
Sus sentencias podrán haber sido discutidas en el ámbito judicial y a través de los procesos que garantiza el sistema, pero no por cuestiones extrajudiciales.
Chemez deja los tribunales en un marco de tensión provocado por facciones en el interior del Poder Judicial, pero además en un clima de decreimiento por parte de la sociedad sobre el servicio de justicia.
No contar con los servicios de este juez no es una buena noticia para el Poder Judicial.
Fuente: Página Política
