
La alianza entre Juntos por Entre Ríos y La Libertad Avanza se viene dando por hecho hace ya varios meses. Además de las coincidencias en los trazos gruesos de la política económica, hay una razón de orden puramente electoral para la unión: advierten que en un escenario de tercios, el peronismo podría volver a ganar en la provincia.
Refieren a las elecciones de 2023, cuando Rogelio Frigerio llegó a la gobernación con lo justo después de muchos meses en los que las encuestas le daban 20 puntos de ventaja ¿Qué pasó en el medio? Irrumpió Javier Milei y le robó votos por derecha. El balotaje presidencial confirmó luego que compartían electorado.
La elección de octubre será absolutamente distinta. Es puramente legislativa. Se eligen tres senadores y cinco diputados nacionales. Ni Milei, ni Frigerio, los dos grandes electores de 2023, estarán en una boleta que, además, por primera vez será única.
Es decir que no habrá arrastre alguno, como claramente hubo hace dos años. Sin embargo, se toma la elección de 2023 y la apretada victoria de Frigerio sobre el peronismo como base principal para advertir sobre los riesgos para JxER y LLA de un escenario de tercio con electorado compartido.
Pero no todos piensan lo mismo. Entre las filas libertarias hay quienes creen que están en condiciones de ganar solos la provincia, como lo indican algunas encuestas. Un escenario de tercios, que guarde proporciones similares a la elección de 2023 (no importa el orden), le daría al primero dos senadores y dos diputados.
En consecuencia, entienden que LLA sólo debería ir a un acuerdo con JxER si asegura esas cuatro bancas. Es decir, si pone los dos primeros senadores y los dos primeros diputados. “El que necesita la alianza es Frigerio, para no quedar tercero”, argumentan.
Es más, advierten que esta es la razón central por la que Frigerio no integra el Grito Federal junto a sus pares de la Región Centro, el peronista Martin Llaryora (Córdoba) y el radical Maximiliano Pullaro (Santa Fe), además de su par del PRO Ignacio Torres (Chubut), el peronista Claudio Vidal (Santa Cruz) y el radical Carlos Sadir (Jujuy).
Sería casi un lugar natural para el perfil político del gobernador entrerriano, que al inicio de su gestión mandó a su diputado nacional más cercano, Francisco Morchio (PRO) a integrarse al bloque de Miguel Pichetto, donde militan viejos compañero de ruta de Frigerio como Emilio Monzó y Nicolás Massot.
Pero la situación financiera y la coyuntura electoral de Entre Ríos es bien distinta a la de Santa Fe, Córdoba o Chubut.
Moneda al aire
Naturalmente, en la Casa de Gobierno, discrepan con el diagnóstico de algunos libertarios. “La única garantía que LLA tiene de ganar que es vayamos juntos. Ir separados es una moneda al aire. En teoría, puede ganar cualquiera de los tres, porque es una elección de tercios. Pero el peronismo es el que tiene más posibilidades de ganar porque nuestro voto, que en buena medida es compartido, se divide”, resumió a Página Política uno de los negociadores de Frigerio, que este martes tenía prevista una charla telefónica con Lule Menem, brazo derecho de Karina Milei en el armado libertario.
La consigna entonces es unirse para evitar el regreso del “kirchnerismo”, aunque no haya rastro alguno de esa línea interna del peronismo en la lista del PJ que encabezan Guillermo Michel y Adán Bahl.
Es que el peronismo no es un adversario para Frigerio, sino un potencial aliado. De hecho, el ministro de Gobierno, Manuel Troncoso, ya ha reclutado varios dirigentes peronistas con el doble propósito de ampliar las bases de sustentación del frente oficialista y debilitar al adversario electoral. Algunos de ellos planean una lista para dividir el voto peronista en octubre.
Esta apuesta al debilitamiento del PJ que se promueve desde el oficialismo provincial es señalado por algunos libertarios como un dato más que refuerza la idea de un peronismo impedido de alzarse con un triunfo electoral en Entre Ríos, porque todavía paga el precio del fracaso de Alberto/Massa/CFK, sobre el que no se escuchó una sola autocrítica, y porque carece de liderazgos que lo cohesionen en esta etapa opositora.
Observan que otro sería el escenario si el PJ de Entre Ríos hubiera atravesado una interna virtuosa, con integración de minorías y Milei llegase a octubre con la inflación nuevamente desatada. Lo primero no pasó. Lo segundo, está por verse.
Con independencia de la economía, en JxER aceptan que algunas encuestas pueden darle bien a Milei. Pero advierten que en una elección siempre pesa la organización de los aparatos partidarios. En particular en un contexto de apatía electoral como el que se viene registrando en todo el país.
Aunque la boleta única de papel, que los entrerrianos van a estrenar en octubre, pueda limitar trampas y necesidad de fiscalización, la elección va a seguir requiriendo de una organización provincial importante de parte de las fuerzas políticas.
Y, por más músculo que intenten demostrar, LLA está muy por debajo en estructura y experiencia frente al gobierno provincial, las intendencias y un partido con la capilaridad de la UCR.
Todo eso es lo que no miden las encuestas que, por otro lado, han sondeado un momento en el que Frigerio no se ha puesto aún en modo campaña.
Fuente: Página Política