
El busto del ex presidente Néstor Kirchner fue decapitado por desconocidos en la madrugada de este jueves.
El acto de odio implicó, además, que los autores robaran la cabeza. “Es el cuarto atentado contra el monumento del ex mandatario”, rememoró el sitio Babel Digital.
El gobernador Gustavo Bordet repudió el hecho a través de un comunicado en el que criticó “expresiones marginales y propias de cobardes, que quieren generar odio entre los argentinos, pero no lo van a lograr”.
En su carácter de titular del Partido Justicialista, Bordet consideró que “este agravio es contra la democracia, ataca la pluralidad política y el sistema de vida que elegimos la mayoría absoluta de los argentinos, donde podemos disentir, pensar diferente, pero tenemos muy en claro la convivencia entre todos”.