
La noticia circuló rápidamente en Paraná. No había redes sociales ni comunicación instantánea por Whatsapp. Pero eran las 21.30 del 20 de diciembre de 2003. Y un casamiento en el Centro Mariápolis concentraba el tránsito en el camino de ingreso al predio, en el Acceso Norte.
A metros de ese lugar, Sergio Varisco colisionó, contra un camión, el auto VG Gol, propiedad de su madre, Magda Varisco. En el accidente pierde la vida la concejal Mercedes Lescano quien era en ese momento la mujer dirigente más importante en el radicalismo de Paraná. La presencia de testigos en la ruta hizo circular la dramática noticia.
Varisco atravesó una lenta recuperación. Esa noche fue derivado a la Clínica Modelo. Unas horas después fue sometido a una de tantas intervenciones, por traumatismo de cráneo y hematoma cerebral.
Mercedes, más que una promesa
Diez días antes había jurado como edil de la oposición al gobierno de Julio Solanas. Había sido electa por sus pares como presidenta de la bancada y prometía ser la voz que pusiera en jaque la gestión del peronismo local.
Ya había mostrado sus agallas. Como funcionaria de Humberto Varisco, primero; y como Secretaria de Servicios Públicos en la gestión de Sergio, un área en la que se la vio piloteando con destreza las áreas más sensibles del municipio y las más numerosas en cantidad de empleados con los que sobrellevó una relación tirante.
Solanas ya la había tenido enfrente, unos meses antes. En la causa por la caída del Banco Municipal, Mercedes había sido junto a su esposo, el hoy camarista Juan Carlos Gemignani, abogados de la querella en el juicio oral y público que concluyó con la absolución de Solanas, al que se imputaba el delito de administración fraudulenta.
Lescano tenía 37 años, tres hijos pequeños. Falleció en el Hospital San Martín un par de horas después del accidente en el Acceso Norte.
El proceso
Varisco y Lescano volvían a Paraná al momento del hecho. Por la tarde de ese 20 de diciembre el exintendente había participado de una reunión política en Nogoyá.
Unos meses antes, en noviembre de 2002, había logrado un 34% de los votos para el radicalismo como candidato a Gobernador, pese a la profunda crisis que había dejado la era de la Alianza y a los conflictos políticos, sociales y económicos que caracterizaron la gestión de Sergio Montiel. La UCR fue a elecciones con un nuevo nombre, FSERTF, sigla que quería decir “Frente Social Entre Ríos Tiene Futuro”. El peronismo volvía a la Casa Gris con Jorge Busti que había sido la opción del 44% de los entrerrianos.
Con 43 años, tras el accidente, Varisco inició un periplo de casi diez años con la causa judicial, aunque argumentando “amnesia” respecto de lo ocurrido y refugiándose en sus fueros mientras fue diputado nacional en ese lapso, nunca debió afrontar dificultades en ese proceso.
El Juzgado de Instrucción N° 3, a cargo de Leonor Pañeda, tuvo a su cargo el caso. En febrero imputó a Varisco y al camionero de Misiones, Guillermo Sanz, en el marco de la investigación por “Homicidio Culposo”.
Con el avance de la causa, en septiembre de 2004, Pañeda procesó a los protagonistas del accidente por el delito de “Homicidio Culposo Agravado” por haber actuado de forma irresponsable con una maniobra no adecuada.
El caso concluyó en 2012 cuando el juez correccional Pablo Vírgala firmó la resolución que cierra el expediente, luego de finalizada la instancia de probation. Las tareas asignadas a Varisco, en el marco de la suspensión del juicio a prueba, se desarrollaron en una ONG de Buenos Aires, donde residía como diputado nacional.
Varisco nunca declaró en el marco del proceso. Su carrera política y su temple como dirigente no volvieron a encontrar un buen carril.
Fuente: Página Política