
Gustavo Scaglione es, apenas, un hombre conocido para un puñado de personas en Entre Ríos. Sin embargo acaba de convertirse en uno de los empresarios de medios más importante del país. Es de Rosario e ingresó en el rubro con una adquisición relevante: el grupo Televisión Litoral, que tenía señales como Canal 3, Radio 2, FM Vida y Rosario 3. En busca de expandir su poderío, avanzó con una gran parte de Multimedios La Capital, en su ciudad natal, para seguir avanzando con canales en Salta, Tucumán y Bahía Blanca.
Scaglione dio su primer paso en Entre Ríos cuando se quedó con el Grupo UNO, con la previa de hacerlo en Santa Fe. Hace unos meses adquirió todo el paquete accionario de Sociedad Anónima de Entre Ríos (SAER), editora de El Diario, a través de Difutec. SAER tiene, entre otros bienes, inmuebles valuados en más de 1,3 millones de dólares, según el peritaje contable oficial.
En las últimas horas -según confirmó Página Política- el rosarino compró Telefe en una operación de al menos USD 104 millones. La actual dueña del canal de las tres pelotas, Paramount Global, venía negociando con tres grupos: además de Televisión Litoral, con Alpha Medios y Yankelevich.
Todos los jugadores que participaron de la licitación de la consultora Quantum Finanzas, contratada por Paramount para llevar a cabo el proceso, son de capitales nacionales. En un primer momento -según publicó Perfil- se creyó cerrada la venta a un grupo conformado por la familia Werthein, de la rama del recién renunciado canciller Gerardo Werthein.
El desembarco de Scaglione en Buenos Aires no es con Telefe, ya que participa como accionista en América TV y radio La Red.
En Paraná los matutinos El Diario y UNO están, básicamente, en vía de extinción desde las administraciones anteriores. El primero a cargo de una parte de la familia Etchevehere y el empresario Ramiro Nieto; y el segundo por la dupla de Daniel Vila y José Luis Manzano.
En el caso del UNO se sigue imprimiendo, mientras que El Diario dejó de hacerlo y mantiene el sitio digital a duras penas para sostener la idea de una empresa funcionando en post del proceso de quiebra.
Sobre la empresa que pertenecía a los Etchevehere pesan decenas de sentencias firmes que por impericia o mala praxis del juez Angel Moia no se han podido ejecutar en el marco de un engorroso proceso.
Fuente: Página Política