
Los nombres que llevó Rogelio Frigerio a Casa Rosada para negociar la lista de la Alianza La Libertad Avanza alimentan una lectura que pasó desapercibida. El Gobernador – como reveló oportunamente Página Política – incorporó a su menú cuatro integrantes del gabinete: la presidenta del Consejo General de Educación (CGE), Alicia Fregonese; el ministro de Seguridad y Justicia, Néstor Roncaglia; el secretario de Producción, Guillermo Bernaudo; y el ministro de Planificación, Darío Schneider.
Excepto el último, radical y surgido de una interna partidaria, los demás fueron a propuesta del mandatario como jefe del PRO.
Fregonese tiene un lugar asegurado en la Cámara de Diputados. Su salida de la cartera educativa trae alivio al sector. La profesora de inglés no fue una voz influyente en el único conflicto serio que transitó el Gobierno, derivado de las paritarias docentes. Su desempeño, cuestionado por los gremios, mereció la incorporación del rector de la Uader, Luciano Filipuzzi, como secretario de Articulación Educativa. Filipuzzi, al poco tiempo, decidió volver a su cargo universitario, del que había tomado licencia. El ministro Manuel Troncoso ya había reforzado la gestión en el CGE con un colaborador: el radical Bruno Frizzo, quien se encargó, básicamente, de las negociaciones salariales. En Agmer tienen un buen concepto del dirigente de la UCR.
La llegada de Fregonese al CGE sorprendió, porque no venía de destacarse en el ámbito educativo, pero además carece de la cintura política que requiere ese lugar. Julio Rodriguez Signes, que conoce el Estado como pocos, suele decir que el Consejo es “un gobierno aparte”.
Roncaglia, en cambio, fue el primer nombre que se conoció que integraría el gabinete. Con una activa presencia en la campaña de 2023, Frigerio lo anunciaba en los actos como el futuro ministro de Seguridad.
El funcionario acumuló conflictos en la gestión. El último, cuando escrachó a un periodista dando a conocer públicamente su domicilio, lo que mereció el rechazo de comunicadores. Su perfil de policía no dio lugar a la gestión en Justicia, que también le compete, y es un bochorno. El Consejo de la Magistratura no ha llamado a un solo concurso en lo que va la administración de Juntos por el Cambio. Las reformas penales van y vienen. Se ordenó esa agenda. Se empezó por designar, a instancias del Gobernador, a Julián Maneiro a la Secretaria de Justicia. Luego se incorporó a Rubén Virué al equipo. No obstante, Seguridad y Justicia, juntos, probablemente no sea una buena idea.
La postulación de Roncaglia estaba ligada a su acercamiento con Patricia Bullrich. Se presuponía que su nombre podía llegar a entusiasmar a la ex candidata presidencial.
Bernaudo también tiene una relación de años con Bullrich. Fue uno de los principales referentes cuando la ex montonera tributaba a las filas de Elisa Carrió. En lo que se denomina “campo”, Bernaudo recibe críticas, pero también le reconocen que mucho no puede hacer. Una buena gestión depende de Nación. Básicamente de la fijación de retenciones y la inversión en infraestructura. Caminos rurales, por caso.
En el Gobierno no tienen nombres -o prefieren reservarlos- para los reemplazos por venir. Si se impone la ALLA- como se descarta en Casa de Gobierno- Fregonese y Schneider serán diputados.
Algunos movimientos se dan por lo bajo. Sergio Alfonsini renunció a la Secretaría de Deportes provincial. El reconocido profesor especializado en atletismo había sido designado como director de Desarrollo y Rendimiento Deportivo del gobierno provincial en enero de este año. Se le aceptó la renuncia por medio del decreto 1767 desde el pasado 30 de junio.
Sin la idea de candidaturas testimoniales y con la certeza de un triunfo, el Gobierno se encamina a un cambio de gabinete.
Fuente: Página Política