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Relaciones peligrosas

El grupo sospechado en el atentado contra CFK y el apoyo a Goyeneche

Las investigaciones que se están llevando en torno al intento de magnicidio permiten entender episodios que ocurrieron en esta ciudad y que un grupo de ultraderecha no eran simples señoras movilizadas. Una foto.

El atentado a Cristina Kirchner, el día uno del mes, abrió una investigación acerca de grupos de extrema derecha y fascistas cuya metodología es el escrache para que el mismo, filmado con un celular, se virilice hasta llegar a los medios y se multiplique la audiencia.

El grupo “Revolución Federal” al que pertenecen los supuestos autores materiales e intelectuales del atentado fallido a la vicepresidenta está relacionado directamente con el “Equipo Republicano”, otro grupo con integrantes de características similares.

La lectura de una imprescindible crónica de Revista Anfibia narra cómo fue la construcción de estas organizaciones, cómo se financian y qué expresan. Nombres y apellidos, historias personales, formas de pensar y referencias políticas son piezas de un rompecabezas que por estas horas se arma y se puede leer en medios, básicamente, alternativos. Como la revista que mencionamos.  Aquí la nota.

Simpatizantes de Patricia Bullrich, Equipo Republicano tuvo un episodio en Paraná que fue sindicado como uno de los primeros de relevancia. Fue el 10 de junio cuando un grupo de señoras ingresó al edificio de tribunales de Paraná para insultar a los abogados de Sergio Urribarri: Raúl Barrandeguy y Miguel Ángel Cullen. En esa audiencia se iba a decidir el estado procesal del ex gobernador en una de las causas.

El hecho, que se viralizó, ameritó una resolución del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que prohibió el ingreso de estas señoras, conocidas como Las Mabeles.

Este grupo ya había hecho pie en Paraná para expresar su apoyo público de la entonces procuradora adjunta, Cecilia Goyeneche, en la apertura del proceso de Jurado de Enjuiciamiento.

La trazabilidad del proceso de jury y los procesos contra Urribarri tienen denominadores comunes. El primero es que los denunciantes de ambos, es decir quienes los llevaron al banquillo, fueron los mismos: los abogados Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet. Estos letrados fueron escondidos durante toda la cobertura por los medios aduladores de la doctora de manera escandalosa.

La estrategia en la defensa de Goyeneche –como reveló Página Política – fue básicamente comunicacional. Tuvo como eje instalar la idea de que por haberse condenado a Urribarri se estaba destituyendo a Goyeneche, que se hacía nombrar como fiscal anticorrupción, cargo inexistente hasta el momento.

El plan debió esconder información relevante de la trama que, de saberse, era imposible de sostener. De eso se encargó el publicista Carlos Fara, de la larga trayectoria en campañas políticas en todo el país y el continente.

Lo cierto es que ese grupo que había escrachado a Urribarri es el mismo que apoyó a Goyeneche. En una foto aparece la fiscal destituida con algunas de sus integrantes con carteles que piden que Cristina Kirchner esté presa. Lo raro es que esa consigna sea en los tribunales de Paraná, donde no se la juzga a la vicepresidenta. Lo que se infiere, entonces, es que ese grupo no es local. Efectivamente ninguno de los manifestantes era de acá, quizás por eso días antes desde las usinas de Goyeneche se convocaba a reunirse en la explanada de tribunales y anunciaba presencia de afuera haciendo correr un audio (seguramente privado), del doctor Enrique Pita, abogado defensor.

Una de las referentes del Equipo Republicano es Cristina Luján Romero, militante de Bullrich. La periodista de Página/12 Karina Miccheletto reveló este jueves que las legisladoras porteñas Claudia Neira y Maia Daer radicaron una denuncia penal contra Romero, al acusarla de “hostigamiento, maltrato y amenazas” por el escrache que sufrieron el 4 de julio pasado frente a la Casa Rosada cuando estaban asistiendo a la asunción de Silvina Batakis, y que incluyó escupitajos y gritos como “¡las vamos a prender fuego!”, “¡uno por uno los vamos a bajar!”. Luego hicieron lo propio con Sergio Massa. Aquí la nota.

A Barrandeguy le gritaron “se están muriendo” y le dejaron carteles pegados en su estudio de calle Tucumán. El rompecabezas se seguirá armando, pero se advierte que costará encontrarlo en la prensa masiva.

Fuente: Página Política
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