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Nueva etapa

El PJ, ante el desafío de ser un partido

La principal fuerza opositora de Entre Ríos se acomoda en su nuevo rol. Luego de 20 años en el poder, de pronto no hay quien mande. Se impone el debate horizontal. La oportunidad de un congreso partidario. La necesidad de “escuchar” para entender por qué ganó Milei.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Es lógico que cualquier fuerza política que pierda las elecciones carezca de un líder definido. Y que necesite un tiempo para procesar la derrota. Sobre todo luego de haber ocupado el poder durante dos décadas.

Pero la caída peronista en las elecciones del año pasado (por una diferencia de poco más de dos puntos) no fue tan mala, tomando en cuenta el contexto. Sin embargo, quien encabezó la lista, Adán Bahl, ha desaparecido de la escena, tal vez a la espera de que baje la espuma de las noticias que lo asociaron con meridiana claridad con la “casta” política: su intento de asegurarle un buen pasar económico a sus hijos en la Legislatura y el ascenso a senadora de su esposa, tras un conveniente problema de salud que llevó a renunciar al senador titular por el departamento Paraná.

Bahl, claro está, no es el único aficionado al nepotismo. Entre la dirigencia peronista muchos nunca terminaron de entender qué necesidad tenía el ex gobernador Gustavo Bordet de convertir en diputada a su esposa. Le echan la culpa a la ley de paridad de género, para muchos otra innecesaria sobreactuación progresista dentro de un partido que, claramente, nunca fue progresista.

Son sólo dos ejemplos, pero valiosos en tanto incumben a los dos dirigentes más importantes al momento en que el peronismo entrerriano se retiró del poder. No es difícil imaginar qué dirían de ellos si hoy se convocara a un congreso partidario con agenda abierta.

Un congreso partidario a tan poco de una derrota electoral que marcó un cambio de época es siempre  una oportunidad de catarsis y, también, un riesgo de ruptura. Por eso es que llamó la atención el pedido a la reunión del congreso partidario que –mediáticamente– formuló la semana pasada Carina Domínguez, la vicepresidenta primera del Consejo Provincial.

Domínguez es la número dos en UPCN de José Allende, que en la interna fue uno de los principales impulsores de la candidatura del intendente de Santa Elena, Daniel Rossi, quien terminó declinando su postulación en pos de un acuerdo de lista única.

Domínguez planteó que el congreso debe reunirse para reformar la carta orgánica del PJ a fin de posibilitar la integración de las minorías, un largo reclamo que nunca se atendió en los años en los que el gobernador de turno (Jorge Busti, Sergio Urribarri, Gustavo Bordet) era, al mismo tiempo, el presidente del partido.

Al final de la semana, un comunicado que informó sobre una reunión de la agrupación 17 de Octubre, que conduce Allende en el PJ, puso en boca del jefe del espacio una aclaración: antes del congreso hay que formar una comisión integrada por distintos sectores internos que recorra los departamentos a fin de “sintetizar todos los aportes para poder construir el temario”.

 

Oportunidad

Con esa aclaración, Allende expresa la posición de la dirigencia con más años de trayectoria dentro del partido: no están en contra del congreso, pero consideran que no es el momento. Entienden que para llegar a esa instancia hay que definir y aprobar un temario en conversaciones previas con los diversos jefes territoriales que hoy se distribuyen el poder interno en esta nueva etapa del peronismo entrerriano.

La mayoría de la dirigencia está de acuerdo en que la carta orgánica del PJ debe reformarse para introducir una cláusula que permita la integración de las minorías partidarias. Esto es, que las listas que pierdan una interna puedan llevar a las elecciones generales algunos candidatos en la lista que gana, siempre que alcancen un piso de votos. Pero no es lo mismo un piso del 10% -que promovería la dispersión y la proliferación de micro emprendimientos- que uno del 35%, claramente restrictivo. Tal vez el punto medio del 25%, como el que tiene la carta orgánica radical, resulte el adecuado.

Aunque probablemente se trate del punto más importante y disruptivo para la tradición partidaria, el de la integración de minorías no sería el único tema de una reforma a la carta orgánica. Son muchos los puntos a acordar.

El problema no es la reforma sino el momento. Todavía hay mucho malestar, por ejemplo,  con los dirigentes que tuvieron responsabilidad en la campaña.

El fastidio excede a casos de tanta espectacularidad, como el del expresidente del Consejo General de Educación y candidato del PJ Martín Müller, que la semana pasada decidió sumarse a la gestión de Javier Milei. En conversaciones informales, hay por ejemplo planteos de expulsión del partido para otros tránsfugas menos famosos: dirigentes que no movilizaron o que, directamente, especularon para beneficiarse del triunfo de Rogelio Frigerio, que en todo el año 2023 se atisbaba como inexorable.

 

Escuchar

A cuatro meses de haber dejado el gobierno, en el peronismo de Entre Ríos no se tienen noticias de alguna construcción política en marcha. Los dirigentes que quedaron en mejor posición para hacerlo están guardados, lejos de cualquier armado. Da la impresión de que esperan la definición de la escena política nacional, diametralmente alterada con el ascenso al poder de Milei.

En su nuevo rol opositor, el PJ enfrenta el desafío de recuperar su vida interna para volver a parecerse a un partido político, en un momento en que los partidos llevan años de una profunda crisis de representación. Algunos creen que ese sería el mejor modo de procesar la derrota para habilitar una necesaria renovación -de dirigentes, pero principalmente de prácticas- que lo vuelva a conectar con la sociedad.

Un dirigente con años de experiencia en el PJ, lo resumió en una frase: “Tenemos que empezar a escuchar, porque si algo nos pasó, es que no lo vimos a Milei”.

Fuente: Página Política
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