La dirigencia nacional del radicalismo se reunió este jueves en Paraná para mostrar el fortalecimiento del partido y el estado de movilización que se palpita en un año electoral. En la foto del Comité Provincial estuvieron todos los referentes en una misma mesa, aunque cada uno de ellos llegó por separado. Ricardo Alfonsín se arrimó a la sede de calle San Martín con el diputado nacional Fabián Rogel. Julio Cobos se paseó por la peatonal con el concejal Miguel Rettore y Hugo Lesca. Ernesto Sanz llegó solo, aunque sabe que en Entre Ríos tiene un seguidor: Atilio Benedetti, quien hace unos días reveló que estará este sábado en el lanzamiento de la precandidatura presidencial del mendocino en Parque Norte. Estuvieron también la presidenta de la Convención Nacional, Lilia Puig; y el senador Gerardo Morales.
En conferencia de prensa, todos coincidieron en no cerrarle la puerta a ninguna de las fuerzas de la oposición, aunque se aclaró que con algunas de ellas hay claras afinidades. “En el frente que conformamos en Santa Fe, hay diferencias en cada una de las fuerzas, pero si no fuera así estaríamos todos en el mismo partido”, dijo el presidente del partido a nivel nacional, Mario Barletta. En su provincia, la alianza que gobierna la constituyen, básicamente, socialistas y radicales. Hay representación de la Coalición Cívica y otras fuerzas minoritarias.
El ex intendente santafecino habló de la posibilidad de llegar a los comicios con una propuesta que incluya al Frente Amplio Progresista (FAP), la Coalición Cívica (CC) y Proyecto Sur.
Alfonsín se mostró esperanzado y dijo haber visto encuestas que no encargaron ellos. “En provincia de Buenos Aires hay un triple empate: 22 por ciento para el radicalismo y el FAP; 22 para el peronismo opositor; y 22 para la candidata del gobierno”, repasó. Pero detrás de la anécdota el mensaje fue la buena performance que tendría el radicalismo con el frente que tiene a Hermes Binner como figura principal.
Página Política consultó sobre los límites que pondría el radicalismo en las listas cualesquiera sean las fuerzas que confluyan en Entre Ríos. “Acá me dice Ernesto que tenemos no solo vamos a mantener el senador y los diputados, sino que queremos los dos senadores”, asestó Benedetti parafraseando a Sanz, a quien tenía al lado.
En la mesa estaban el presidente del Comité Provincial, Jorge D’Agostino, los diputados nacionales Benedetti, Fabián Rogel y Jorge Chemes. A un costado Sergio Varisco, al otro, el presidente del congreso, Juan Arralde.
Incomodidades y risas
En la sala que tiene el Comité para recibir a visitas, la primera inquietud periodística que surgió y se repitió durante buena parte de la conferencia fue saber quiénes serían las fuerzas con las que el radicalismo competirá en las legislativas de octubre en un mismo frente. Todas las respuestas fueron generales, excepto los mensajes que enviaron algunos dirigentes hacia el socialismo, entre ellos Benedetti.
El representante de la Asociación de Frecuencias Modulada de Entre Ríos (Afmer), Darío Basso, de marcada identidad radical, se despachó con una pregunta que incomodó a los dirigentes sentados alrededor de la mesa. Sin medias tintas se presentó como el vocero de “radicales” que no pudieron estar allí pero que querían saber “por quién los iban a hacer votar esta vuelta. Ya ocurrió con Lavagna y con otros que no son radicales. Muchos nos hicieron perder una parte del partido”, les facturó. Silencio. Cobos estaba enfrente, serio. Sanz, rápido, sacó de apuro a sus correligionarios: “Que se queden tranquilos: va a haber candidato radical”. Aparecieron las risas.
El 8 de mayo intentarán que el Senado frene los proyectos sobre la Justicia y, en el caso de que el oficialismo imponga su mayoría, la UCR dará batalla en los tribunales. Otras de las coincidencias a la que llegaron los radicales es que el gobierno pretende “la suma del poder público, alcanzar la impunidad y, si puede, obtener la reelección indefinida”.
