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Esas cosas raras que pasan en la UCR

Atravesada por una fuerte interna nacional que enfrenta a opositores con dialoguista ante el gobierno de Milei, la UCR es clave en Entre Ríos para el sostenimiento del gobierno de Frigerio. Qué se dijo sobre las extrañas renuncias a la UCR de dos funcionarios provinciales. El próximo congreso partidario.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Juntos por Entre Ríos resiste, desde el poder provincial, los embates de una interna nacional que diluyó Juntos por el Cambio, que quebró al PRO y que cada vez con mayor claridad parte al medio a los radicales.

Por la buena salud de la alianza provincial que llevó a Rogelio Frigerio a la gobernación, la siempre encendida interna radical es, por estos días, más relevante que en las dos décadas anteriores de gobiernos peronistas.

En la era Milei, la política genera noticias extrañas para lo que ha sido la tradición argentina desde la recuperación democrática de 1983. La semana pasada, Página Política dio cuenta de una que involucra a la UCR entrerriana: la desafiliación de dos dirigentes radicales de la primera línea que integran el gobierno provincial.

La ruptura de Gracia Jaroslavsky y Julián Maneiro con la UCR tomó por sorpresa al conjunto de la dirigencia radical. En particular, llamó la atención el caso de Maneiro. Nadie lo sabía hasta que su nombre apareció en una comunicación de la Justicia Electoral que daba cuenta de las bajas en las afiliaciones a la UCR.

Sorprendió incluso a su referente político interno, el ministro de Planeamiento, Infraestructura y Servicios de Entre Ríos, Darío Schneider.

El secretario de Asuntos Políticos del Ministerio de Gobierno justificó su decisión en “razones de profundas diferencia políticas con la conducción del partido”. Pero no quiso ofrecer precisiones.

En Casa de Gobierno, otros funcionarios radicales no salían de su asombro por lo extraño del caso. Lo habitual es que las diferencias políticas se busquen saldar a través del grupo político al que se pertenece y no de manera individual. “En todo caso, si tu grupo no te da bola, ahí sí, renunciás”, comentó un dirigente radical que ocupa un cargo relevante en la gestión Frigerio.

Otros razonaban que la renuncia de Maneiro a la UCR -presentada en soledad y en silencio en diciembre, una vez que cumplió su mandato como diputado-  tendría más sentido de parte de alguien que no haya sido tenido en cuenta para la integración del gobierno, pero no de quien está a cargo de concretar una de las promesas de campaña más importantes, como es la reforma política.

Un dirigente que lo enfrentó en la interna, vivió la renuncia de Maneiro como una “decepción”, luego de que se relevara como un nuevo cuadro político en el partido, con un protagonismo central en el armado de Schneider. “Lo perjudica a Darío, que es un tipo con futuro en el partido y también al conjunto del radicalismo”, lamentó.

 

Sin Gracia

En el radicalismo están pasando cosas raras. Cómo se explica sino que un apellido tan ilustre para la tradición radical, como el que porta Gracia Jaroslavsky se haya retirado del partido en el que hizo historia su padre, el legendario César Chacho Jaroslavsky.

Consultada por Página Política, la directora general de Derechos Humanos de la Provincia dijo que, por lo pronto, no daría explicaciones de su renuncia. Dejó, así, paso a las especulaciones.

En los corrillos del radicalismo se comenta que la ex diputada tiene un encono especial con el presidente del Comité Provincial, Fuad Sosa, que es el referente político interno de la vicegobernadora Alicia Aluani, una dirigente de bajo perfil que escogió Frigerio para completar su fórmula. Jaroslavsky lo negó el año pasado, pero en la UCR se decía que se había ilusionado con ser ella quien integrara la fórmula. Una vez en el gobierno, Sosa la apuró para que se ponga al día con los aportes partidarios que, por carta orgánica, están obligados a efectuar los afiliados a la UCR que ocupen cargos. “Gracia quedó enojada con el sosismo”, afirma un dirigente que la conoce hace muchos años, en un tono en el que la rivalidad interna y el afecto por el “personaje” se ocultan mutuamente.

Una pena. Ni Maneiro con su solidez técnica, ni Gracia y su “personaje” que desestructura la formalidad de la tradición radical, serán parte del próximo congreso partidario que, según estiman en la UCR, se debería estar reuniendo para el mes de agosto.

No serán parte, pero seguramente sus nombres estarán presentes en los discursos de los congresales, junto con reproches al modo en el que la UCR se terminó integrando a la gestión Frigerio.

Aunque la definición sobre la política de alianzas vendrá recién el año que viene y luego de que la interna partidaria renueve autoridades, el congreso seguramente adelantará el debate sobre el futuro de la UCR, ante la eventualidad de un acuerdo electoral de Juntos por Entre Ríos con La Libertad Avanza.

El Comité provincial ofreció un anticipo en la declaración que emitió para el aniversario de la fundación del partido, en un tono que sorprendió a muchos por su contundencia.

El rechazo a Milei no es sólo ideológico. Entre los radicales, aún entre aquellos que más acompañaron las políticas libertarias, crece por estos días la incertidumbre sobre la suerte de la economía. “Hemos dado muestras de acompañar este proyecto, pero la verdad es que estamos preocupados porque vemos que este ajuste es inconducente”, comentó con preocupación uno de los dirigentes radicales de Entre Ríos que más ha coincidido con el rumbo que trazó Milei desde la Presidencia.

Nadie explica cómo hará el gobierno para desarmar la trampa del cepo cambiario -que el mercado reclama quitar- sin que se dispare la inflación, pero ahora en medio de una profunda recesión. Algunos dicen que lo harán recién cuando ya no queden pesos en la calle, para que el salto sea el más bajo posible. Pero eso implica más recesión, que hará caer más la recaudación y afectará el equilibrio fiscal.

Con todo, mientras Milei siga manteniendo el apoyo de la mayoría de los que lo votaron el año pasado (lo hacen centralmente porque logró frenar la escalada inflacionaria), la dirigencia radical –que, como diría Malamud, está a la izquierda de su electorado– se moverá con pies de plomo.

 

 

Fuente: Página Política
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