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La disputa por el voto radical

Galimberti apuesta al respaldo militante

En la lista que compite contra Frigerio en la primaria de Juntos por Entre Ríos dicen que los apoyos radicales recibidos por el líder del PRO son sólo de dirigentes, sin acompañamiento de militantes. Esperan capitalizar el malestar del “radical medio” hacia las intromisiones del PRO en la vida de la UCR y la imposición de candidaturas de los últimos seis años.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

“Esta es una conducción colegiada, compartida, que ha sabido capitalizar la energía de la militancia. Lo otro es un proyecto personal, que viene de afuera”, dicen en el equipo de campaña de la lista que encabeza el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, cuando Página Política pregunta por el perfil del apoyo radical que reciben en campaña. “El partido está movilizado como nunca y es casi todo nuestro”, agregan.

¿Cuántos son esos militantes? En el sector de Galimberti afirman, por ejemplo, que las casas partidarias de toda las provincia están virtualmente tomadas por quienes trabajan para su lista. Que “los otros”, los radicales que apoyan a Frigerio, evitan pisarlas por temor a pagar costos entre las “bases” radicales. Que ven al partido “especialmente movilizado” y que los dirigentes radicales que suma Frigerio “no van acompañados por militantes”. Observan una “disociación entre los acuerdos de los dirigentes y lo que piensa el militante”.

Si eso fuera realmente así ¿cuánto incide en la elección? En las PASO se vota con el mismo padrón de una elección general. El acompañamiento de la militancia o de lo que en la tradición radical se llama  “simpatizantes” es relativo en una primaria a padrón abierto. Sirve, en todo caso, para asegurar la logística electoral, lo que no es poco.

Pero lo que define una elección intermedia es el humor social que aprueba o reprueba una gestión nacional (los intentos por provincializar el debate han fracasado). El grueso del electorado vota según la marcha general de las cosas y de su situación personal. Y, si vota a la oposición para castigar al Gobierno, en el cuarto oscuro buscará mayoritariamente el rostro más conocido. Esta es la base de la confianza que tienen en el equipo de campaña de Frigerio.

A esto se agregan datos propios del armado, como que la lista de Galimberti no fue la “lista radical” que originalmente pretendía y terminó siendo una lista de Construir más el PRO critico a Frigerio; que por eso mismo varios dirigentes terminaron sumándose a Frigerio en un intento de supervivencia y que desde Paraná, el principal distrito electoral, el varisquismo terminó siendo funcional a los intereses del líder del PRO al dividir el voto radical.

 

El radical medio

A pesar de todo este viento en contra, en la lista de Galimberti confían en contar con el apoyo del  “radical medio”. Es el militante, afiliado o “simpatizante” que cuestionó el modo en el que se dio la sociedad de la UCR con el PRO. El que entiende que Mauricio Macri “usó” a la UCR para llegar al poder, pero no compartió ese poder y los radicales debieron luego pagar el costo del fracaso económico de un gobierno del que no participaron.

El que participó de ese gobierno fue Frigerio, los cuatro años. Y muchos radicales lo ven como un “porteño” que viene de visita a Entre Ríos y pretende gobernarlos.  Aunque sea una simplificación para quien hace un par de años fijó domicilio en Villa Paranacito, es verdad que el líder del PRO de Entre Ríos hizo su carrera política y profesional, y toda su vida social en la Capital Federal. Antes de ser ministro del Interior del gobierno de Macri, fue diputado de la Ciudad de Buenos Aires por el PRO y presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires.

Es un dato objetivo que Frigerio es un político porteño que hace una década empezó a hacer pie en Entre Ríos. Tan objetivo como que su desembarco en la provincia fue de la mano del tres veces gobernador Jorge Busti. Asociado electoralmente con el más importante de los dirigentes peronistas de Entre Ríos, en 2013 Frigerio convirtió en senador nacional al hasta entonces dirigente agrario Alfredo de Angeli. Y de esa forma desplazó del lugar de la minoría en el Senado de la Nación a la UCR de Entre Ríos, al vencer al candidato radical, Atilio Benedetti.

También es cierto que, como delegado de Macri, Frigerio dejó a la UCR de Entre Ríos sin candidato a gobernador en 2015, por primera vez en su centenaria historia. Es tan cierto, como que jamás lo hubiera podido hacer sin la ayuda de la interna que vació las postulaciones radicales de Benedetti  y Fabián Rogel.

El “radical medio” de Entre Ríos sabe también que Frigerio desarrolló un rol central en el armado de las listas “oficiales” de cada elección, asociado desde 2017 al sector de Benedetti. O que derribó decisiones del congreso de la UCR, como cuando se votó conformar un interbloque legislativo (en este caso en contra de Benedetti). O que negó pegados de boletas en la interna que no le favorecían, en acuerdo con la conducción nacional de Cambiemos.

Frigerio nunca lo hizo solo. Jamás lo hubiera podido hacer sin la ayuda de una interna radical siempre viva, que nunca se resuelve.

La percepción que tienen muchos radicales de a pie es que integran un partido enorme, potencialmente poderoso, pero desarticulado. Y que tienen una dirigencia que en su mayoría ha propiciado la dominación de Frigerio, un dirigente que viene de afuera de la provincia; que integró el gobierno de Carlos Menem en los años 90 y que en Entre Ríos muchas veces se ha llevado mejor con peronistas que con radicales.

Muchos de esos radicales reconocen que Frigerio asoma como el candidato más competitivo, el más efectivo para romper en 2023 el ciclo de gobiernos peronistas de dos décadas. Pero en la mirada del radical tradicional, de poco sirve vencer al peronismo con otro candidato “peronista”, que no oculta su intención de reformular la alianza UCR – PRO, porque entiende que sin la afluencia del peronismo no kirchnerista (incluido dirigentes que hoy están en el Gobierno) es imposible llegar al poder en Entre Ríos.

Esta visión es sostenida no sólo por los fundamentalistas de la Lista 3 (un sector minoritario del partido que cree que la UCR debe romper la alianza con el PRO), sino también por buena parte de los radicales frentistas que han cuestionado las intromisiones de Frigerio en los espacios de toma de decisiones que son propios del radicalismo y la imposición de candidatos fruto de acuerdos de cúpulas.

 

Fuente: Página Política
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