El radicalismo ingresó en el último tramo de esta primera etapa del proceso electoral con la presencia de dos figuras fuertes de la política nacional: Elisa Carrió y Ernesto Sanz.
El senador radical se convirtió en una de las figuras de la campaña entrerriana. Emprendió un raid por la provincia que contó con tres visitas en 15 días. ¿A qué se debió la insistente presencia del mendocino? Es precandidato a presidente, pero eso no alcanza para justificar sus reiteradas recorridas por un distrito que no es más que el 4 por ciento electoral del país. Mario Barletta, presidente del partido, no lo hizo y vive en Santa Fe.
Sanz estuvo con un grupo importante del radicalismo nacional hace dos meses. La segunda vez llegó para encabezar una conferencia en Gualeguay y un acto en Larroque (Gualeguaychú), luego fue a Diamante, y la semana pasada visitó Paraná. En todas sus paradas desarrolló un discurso radical y se encargó de poner en la vereda de enfrente directamente al peronismo en todas sus variedades. También vapuleó a aquellos que se definen como opositores y en algunas ocasiones votaron con el kirchnerismo en el Congreso. El dardo es para el socialismo y también para el peronismo disidente.
El viernes, en la sede de calle San Martín, Sanz dejó mensajes entre líneas. Llamó a repartir la boleta casa por casa. “No vaya a ser que el 12 de agosto nos encuentre amargados por no haber hecho lo suficiente”, advirtió. Lo escuchaban Fabián Rogel en el escenario y Sergio Varisco abajo.
El mendocino sabe lo que pasa en el radicalismo entrerriano. Lo evidenció con todas las letras cuando se sinceró y puso de manifiesto que era la primera vez que Entre Ríos podía perder el senador por la minoría.
Sanz será precandidato en 2015. De Entre Ríos no habrá que contarle mucho, sus visitas lo pusieron en conocimiento de todo.
Lilita y el rating
En menos de 24 horas de la visita del radical, llegó Elisa Carrió. La diputada nacional participa de una de las internas más importantes del país que se desarrollará en Capital Federal, sin embargo el sábado se escapó para dar una conferencia en Paraná y participar de un almuerzo en Ramírez. “En Entre Ríos Hilma Re soy yo”, lanzó Lilita, flanqueada por la legisladora que termina su mandato y quiere ser reelecta.
La dirigente de Diamante vuelve a ser el móvil por el que la chaqueña visita la comarca y le levanta la mano a los radicales. Una anécdota: en 2009, cuando la UCR rompió sobre el final el acuerdo con el Partido Socialista y, en ese lugar, sumó a Re, empezaron a rodar una serie de incógnitas y críticas. La primera pregunta que se hacía en el congreso radical donde se decidieron las alianzas fue: ¿quién era esa mujer? Enseguida: ¿Por qué ella? ¿A cuento de qué? Muchas boinas blancas confundían su nombre y la llamaban “Vilma” en pleno cónclave. Hoy sigue sucediendo. En esa ocasión y ante tanta confusión, Página Política le consultó a un dirigente de muchas campañas acerca de cuál era la estrategia de sumar a la diamantina que por ese entonces no tenía otro mérito que ser de la Sociedad Rural de una ciudad chica. “Con esta mujer, Lilita va a venir a hacer campaña”, contestó. Y agregó: “Es más fácil traerla a ella que Binner se cruce de Santa Fe”. Así sucedió. A Lilita le fue bien en Buenos Aires y Atilio Benedetti venció al peronismo unificado.
Carrió fue el nombre del fracaso en las elecciones presidenciales de 2011. No llegó al 2 por ciento. Insólito o no, a una semana de las internas aparece como la precandidata opositora más votada en Capital. Volvió a levantar el rating de los programas políticos y a poner la corrupción en carpeta, si se reconoce que los casos mostrados por Jorge Lanata el televisión fueron denunciados por la chaqueña hace ya unos años.

