¿Qué es lo que cura y lo que enferma en sociedades como las nuestras?
-Enferma el individualismo competitivo que es un modelo absolutamente orientado hacia la soledad. Tiene como ventaja, para un sistema de control, que no hay ninguna posibilidad de protesta. Estamos solos y amontonados a la vez. Buenos aires es una situación límite. Estamos todos en arresto domiciliario, en celdas que se llaman departamentos, donde hay poca gente porque las familias están muy desarmadas y afuera es muy peligroso. Adentro no hay nadie y afuera te matan. Decía (Jean Paul) Sartre que yo soy la mirada del otro, si no soy mirado no existo. Existimos porque nos definimos desde afuera. Como la comunicación está muy impedida, aparece la soledad que es la desaparición del sujeto. Ahí aparece una angustia muy grande que lleva a los vínculos virtuales, televisión, Internet, hay una sustitución del otro. Y también la droga, que es otra forma de salir de la soledad.
-La salida, entonces, la cura, es social –
Pasa por volver a construir la trama, el sostén, la familia, las instituciones, la comunidad y el país entero porque cuando hay comunicación es posible el proyecto, que es la configuración de un futuro que me define, que me indica qué hago ahora. Si no sé donde voy, no se dónde estoy, no se quién soy.
El ser humano es un proyecto y el proyecto es con otro, con otro fabrico un futuro, fabrico el tiempo.
Soledad
La desocupación es el primer productor de soledad porque desarma la familia, el padre que no provee no es padre, la madre sale a trabajar, los chicos quedan solos, o peor, quedan con el tío psicópata que es el televisor que les enseña consumo y violencia. Y ninguna de las dos cosas construye proyectos. En el manicomio no hay familia ni proyecto, ni tarea, la gente entonces está junta pero no puede interactuar porque sólo interactuás con trabajo, con amor, y así sucede el tiempo. Si entrás en el patio de un manicomio te da la sensación de un presente infinito sin ningún vínculo, todos solos y cerca.
-Cómo en los geriátricos
-Exactamente. A los viejos les falta proponerles tareas, bailes, consiguiendo discos de Magaldi, haciendo bailar a los viejitos. Los viejitos pueden bailar aun los más viejitos porque al bailar valcesitos criollos se sostienen uno al otro (risas) y no se caen. Y la oralidad es la zona erótica que queda, hay que darle postres a los viejitos.
-¿Hay una falencia de los tratamientos, o la soledad es inherente a un manicomio?
-Todo este sistema de soledad lo que produce también es un conjunto de métodos terapéuticos que aumentan la soledad como el psicofármaco que lo que hace es tapar el síntoma. Esto impide exponer el traumatismo, ponerlo en palabras y solucionar esa situación.
-¿Qué lugar ocupa Dios en esa soledad?
-Dios se inventó para salir de la soledad. Es el primer invento para no estar solo. Yo no estoy solo, estoy con Dios. El loco hace otra cosa: en vez de Dios hace un delirio, un marciano, un perseguidor.
Eternas injusticias
-¿La marginación es propia de toda sociedad?
-Siempre hay marginación. Un grupo toma el poder, que nunca son los mejores, son los más fuertes o los más malos. Y dice, ‘el que no es como nosotros, afuera’. Las familias marginan. Y una vez que quedás afuera, es muy difícil volver a entrar. Un chico de la calle, un psicótico, un preso, es muy difícil que la sociedad lo vuelva a integrar.
-¿Y de qué se trata la terapia? ¿De reparar esa marginalidad, o sólo de mostrarla?
-De hacer que se comuniquen. Es reconstruir las redes sociales, la familia, el barrio la comunidad que permite la construcción colectiva de un proyecto. El sistema te hace saber que es difícil integrarse. Sólo cuando la desgracia pública es muy grande hay cambios. La desesperación popular es muy peligrosa. La revolución francesa: los pobres de París estaban tan hambreados que entraron en las Tullerías y cortaron las cabezas de todos. La última frase que pronunció Luis XVI, muy bajito, no se escuchó. Dijo: “Qué cagada. Se me fue la mano con el hambre. Pero es tarde”. Los poderosos no analizan esto hasta que es tarde. Y de ahí salió algo muy hermoso que es igualdad, fraternidad, libertad. La historia enseña eso. El peronismo nació cuando los pobres, los cabecitas negras, los habitantes de la tierra, caminando pacíficamente, entraron el 17 de octubre a la Plaza de Mayo y no se movieron. Y produjeron varios años de un socialismo, a la argentina, pero un socialismo. Y no hubo un solo muerto.
-¿Qué responsabilidad tiene el Estado en la posibilidad de cura?-Cuando hay mucha injusticia, el Estado se hace represor. La injusticia social crea mucha inestabilidad y eso lo sabía Perón. Yo no me encuadré nunca. Sólo me contagié el peronismo en la villa, en la villa no te vas a contagiar otra cosa que peronismo, no te vas a contagiar, por ejemplo, la democracia cristiana.
Humanos
-¿Cuál es el fin de seminarios como el que dicta en Paraná?
-Es para gente que tiene interés en adiestrarse en terapias de crisis en grupos de riesgo. Esa es la propuesta. Seguramente, habrá docentes. Son humanos que trabajan con humanos lastimados.
-¿Por qué pensó especialmente en los docentes?
-Porque la escuela es la primera trinchera del dolor social. Trabajo mucho con los docentes en todo el país. Los docentes se encuentran con la violencia, el abuso, deben trabajar con eso y, a la vez, evitar la contaminación psicológica, resolver la resonancia emocional. Ser docente en este momento en el país es un oficio insalubre.
Experiencias cercanas: el bar del Roballos
-En el Hospital Roballos abrieron un bar. ¿Sirve a los fines de su terapia?
-Claro que sí. Cualquier actividad. El acusado de esquizofrenia, el que carga con la calumnia de esquizofrenia puede hacer cualquier tarea. Se hace bien cualquier tarea y esas experiencias funcionan. Conocí la experiencia de (Raúl) Camino en Colonia Federal, en los 70.
Camino demostró que se puede convertir una colonia de gente muy deteriorada, porque le dieron lo más crónico del Moyano y del Borda, demostró que con esa gente podía hacer un pueblito. Con todas las funciones: criaban caballos, se autoabastecían en comidas. Tenían asambleas casi diariamente de más de 300 personas.
El seminario
El seminario que trajo a Moffat a Paraná fue organizado por la Secretaria de Lucha contra las Adicciones (Selca) en conjunto con la Direccion de Planificación de Desarrollo Territorial. Según lo explicó Sergio Peralta, a cargo de esa dirección, la intención es “encontrar un paradigma, un encuadre metodológico para el abordaje con aquellos equipos con los cuales estamos trabajando, personal del Consejo del Menor y de salud, además de docentes.”.
Adhirió la carrera de Psicología Social de la Uader, el Instituto de Estudios Psicosociales de Entre Ríos, el Centro Integrador Comunitario “La Floresta” y el Grupo Institucional de Alcoholismo.
El titular del Selca, Mario Elizalde, aseguró que “entre estas organizaciones hemos tenido la oportunidad de autodemostrarnos que el Estado tiene herramientas para trabajar”. “Hay sujetos marginados que requieren del gesto original del ser humano que es la solidaridad. Y se nos hace impensable un Estado que no sea solidario”, apostó Elizalde.
Destinos. “Las sociedades se enferman y se curan. Y el ser humano, si bien ha hecho cagadas jodidas, todavía no se extinguió. El viejito vienés, hablaba de eros y tanatos, el amor y la muerte manejan el mundo. Y ahí tenía razón.
Miedos. “Lo que da miedo se niega. Hay una doble negación. En Buenos Aires, la gente pasa, hay un chico tirado en el piso, de cinco años. Se lo niega pero se niega que se lo niega. Y entonces el chico desaparece. El chico en la calle produce miedo porque hay temor de terminar ahí y produce culpa, porque no hago nada. Lo más fácil es negarlo. Pero pasa que el chiquito cuando tiene 15 años se pone de pie, agarra un tramontina y aparece. Y te dice ‘¿que hiciste vos cuando yo tenía 5 años? Ahora dame la guita”.
La Corte y las drogas
-¿Cambia algo la situación de jóvenes marginales adictos el fallo de la Corte respecto de la tenencia de drogas para consumo personal?
– No… un carajo. Pero como soy amigo de Eugenio (Zaffaroni) voy a decir que es un fallo simpático para ciertos sectores de la burguesía. Lo que hay que prohibir es el paco que tiene la complicidad de los que tienen que combatirlo.
Cuando se entra al paco cambian todas las reglas, porque la abstinencia es absolutamente insoportable. Genera una vivencia de muerte intolerable y el plazo es muy corto, el pibe tiene que conseguir paco si no se muere. Y entonces le vende la olla a la vieja.
Luz Alcain para El Diario
Alfredo Moffat
El psicólogo social Alfredo Moffat, reconocido por su trabajo terapéutico en grupos vulnerables, dictó un seminario sobre “Terapia de Crisis”. Discípulo de Enrique Pichón Riviere, es el impulsor del «Bancadero», el «Bancapibe» y de «Oyitas»