Durante el fin de semana, la dirigencia rural de la provincia disparó sin miramientos contra la decisión del gobierno del presidente Alberto Fernández de actualizar el esquema de retenciones, según lo previsto en un esquema planteado en una ley de 2018.

A nivel nacional respondieron a esos planteos tanto el titular del Ejecutivo como su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Pero en Casa Gris no habrá réplicas a la dirigencia rural con la que, entienden, deberán sentarse a negociar este y otros asuntos.

No hay voces del oficialismo. Eventualmente, y no por iniciativa oficial, se podrá escuchar la palabra de los legisladores, tal como se escuchó del flamante senador nacional y mano derecha de Gustavo Bordet, Edgardo Kueider.

En Casa de Gobierno, se miran en el espejo de 2008 y eligen otro camino. La consigna es no regalarle al campo la victimización, o la posibilidad de que su reclamo gane legitimidad en la opinión pública, merced a “la descalificación” que pueda ejercerse desde el poder político.

Por lo demás, se pretenden preservar todos los puentes que hagan falta para la instancia de diálogo indispensable para buena parte de las políticas públicas a encarar junto a la producción y otros sectores de la economía.

En la pulseada, entienden que “la virulencia” del discurso ruralista, con un gobierno que no cumplió aún su primera semana en Casa Rosada, ya les hizo perder terreno en la disputa planteada en contra de la actualización de retenciones.

En resumen, “no hacer olas” es la consigna oficial, con la convicción que en unos días se apacigüe el conflicto. Salvo –advierten– que el 40% del electorado que eligió la reelección de Mauricio Macri y fue derrotado en las urnas pretenda encaramarse a las “banderas” del campo.

Sin embargo, la lógica les indica que “Alberto recién empieza su gobierno” y por lo demás confían en que “no regalará la calle, ni dará argumentos para empatizar con la sociedad”, como insisten que ocurrió en 2008.

Fogonazos

Mientras tanto, no hubo sólo declaraciones duras por parte del campo. Este domingo, otra vez la rotonda de Crespo fue escenario del reclamo, el mismo lugar y los mismos protagonistas de lo que fue, en tiempos de campaña, el lugar de los “tractorazos” en apoyo a la reelección de Mauricio Macri.

Esta vez fue una “mateada entrerriana en defensa del trabajo rural”, protagonizada por un centenar de productores que coincidieron en definir a las retenciones como “un impuesto al que produce, sin importar si gana o pierde plata”.

Dos Florines estuvo en el lugar donde la presidente de la Filial Crespo de la Federación Agraria Argentina (FAA), Mariela Gallinger, argumentó: “No se puede concebir que se diga que vamos a salir adelante y a poner el país de pie cuando se obstaculiza el progreso del campo”.

“Dicen que no van a volver a cometer los errores del pasado, pero ya los están cometiendo al tratar de poner al campo como el único aportante de dinero cuando hay otros sectores, como la minería, el juego, la renta financiera, los sindicatos, y los mismos funcionarios de Estado, con sus grandes sueldos y sus privilegios, que debieran dar el ejemplo y aportar un 30% de sus ingresos”, expresó la dirigente y referente de Cambiemos.

El portal hizo saber, además, que este lunes en Gualeguaychú habrá una nueva concentración de productores. La actividad está prevista a las 19.30 en kilómetro 53 de la ruta 14 y los convocantes son la Federación Agraria y la Sociedad Rural.