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La kirchnerización limita a Scioli y Macri diluye resistencias

El candidato del FPV perdió imagen positiva entre quienes no son afines al oficialismo por su dificultad para despegarse del Gobierno. El líder de Cambiemos consiguió disminuir el nivel de rechazo. Lo que dicen los analistas.

Para el ballottage del 22 de noviembre Daniel Scioli y Mauricio Macri tienen un enorme botín electoral para disputar: los 7 millones de votantes que no los eligieron a ellos y que ahora deberán optar. Por eso la clave pasa por la percepción que cada uno de los candidatos genera en ese amplio segmento social, sin descuidar a los votantes ya conseguidos.

Y en esa disputa la tendencia exhibe una mayor dificultad para Scioli, quien parece tener problemas para retener uno de sus principales activos políticos: su capacidad para mantenerse como una figura amigable para los no kirchneristas. Por el contrario, exhibe señales alentadoras para Macri porque está empezando a resolver su déficit histórico: el fuerte rechazo que generaba en una parte del electorado que no lo votaba en primera instancia.

Los analistas coinciden en que la clave para perforar el techo que alcanzaron hace unos días y sumar las adhesiones necesarias para ganar en la segunda vuelta es la “deskirchnerización”, para Scioli, y la moderación, para Macri.

Según el consultor Federico Aurelio existe una diferencia amplia entre los que “nunca votarían” a cada uno de los candidatos. En el caso de Scioli, el porcentaje asciende al 48%, mientras que el rechazo a Macri no supera el 39%.

Scioli no la tiene fácil. El gobernador debe reconquistar a un segmento de la población que, aunque no lo votaba, no tenía una imagen negativa de él hasta el comienzo de la campaña, pero que ahora parece haber cambiado.

Según la consultora Isonomía, el gobernador bonaerense contaba, antes de la campaña presidencial, con una imagen positiva -no intención de voto- cercana al 60% dentro del electorado que estaba en contra del gobierno nacional.

El número se debía a la percepción de que el candidato podía garantizar la continuidad con cambios que busca parte del electorado, pero a lo largo de la campaña su acercamiento al kirchnerismo duro lo alejó de esa posibilidad.

“Su principal atributo, el de un candidato que iba a gobernar con una pátina más amable, se ha deslucido”, sostuvo Rodrigo Martínez, director de la consultora. A pocos días de las elecciones, esa evaluación se había desplomado de 60% a 15%.

En la misma línea, Mariel Fornoni, de Management & Fit, señaló que el elegido por la presidenta Cristina Kirchner para sucederla “no terminó de despegarse del kirchnerismo” durante la campaña, y que ello llevó al electorado moderado a “verlo directamente como la continuidad”.

La solución, según analistas, es que Scioli brinde señales de independencia. “Scioli necesita un cambio discursivo en la campaña. Si sigue igual, tendrá muy poco crecimiento”, argumentó Aurelio.

“Se tiene que deskirchnerizar fuertemente y está haciendo todo lo contrario. Tiene que dejar bien claro para todos los niveles socioeconómicos que él es el que va a gobernar, ni Cristina, ni [Carlos] Zannini, ni La Cámpora”, coincidió Raúl Aragón.

Su consultora, Raúl Aragón & Asociados, realizó un estudio según el cual el 40% de los votos de Massa iría a Scioli, mientras que el 60% migraría a Macri.

El fuerte discurso contra el Gobierno que mantuvo el ex intendente de Tigre durante su campaña presidencial, que le permitió cosechar el 21% de votos, dio lugar a interpretaciones como que los sufragios iban a trasladarse automáticamente al frente Cambiemos. Sin embargo, las mediciones indican que no es así.

Por otra parte, según los analistas, el criticado cambio de discurso de Macri luego del ballottage porteño no estaba tan errado. O al menos ése es el balance que se hace ahora, pasada la primera vuelta presidencial.

La nueva posición que el mandatario había adoptado tras el triunfo de Horacio Rodríguez Larreta respecto del control estatal de las jubilaciones, YPF y Aerolíneas Argentinas, y del mantenimiento de la Asignación Universal por Hijo había generado una ola de críticas por parte de sus rivales y también diferencias internas dentro del propio frente Cambiemos.

Sin embargo, los consultados sostienen que esa estrategia fue la que lo empujó hacia arriba en las urnas. “Macri hizo su campaña mostrándose de acuerdo con algunas de las políticas [del kirchnerismo] cuando muchos buscaban la continuidad con cambios”, analizó Fornoni.

La estrategia de alejarse del “antikirchnerismo”, sumada a la victoria de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y la consolidación de su alianza con el radicalismo y la Coalición Cívica (un dato que los analistas juzgan gravitante porque licuó el efecto reactivo que para algunos generaba Pro cuando competía solo), no le quitará desafíos a Macri, pero sí le facilitará el camino, en comparación con el que debe transitar Scioli, indicaron a La Nación.

Todos insisten en que cualquier precisión discursiva deberá ser hecha con prudencia. En el caso de Macri, para que el desafío por sumar no genere contradicciones, y en el de Scioli, para que el eventual cambio no lo lleve a contradecir a su jefa política y sus dichos del jueves último: “Nosotros no somos un día una cosa y otro día otra”.

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