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La UCR, ante el desafío de superar su fragmentación

Es el principal partido de la oposición política de Entre Ríos. Sin embargo, sus divisiones internas lo han mantenido fuera del poder por dos décadas. Y le han permitido al PRO mandar en Cambiemos. Ya está en marcha la interna, aunque la pandemia pueda llevar la elección para 2021.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

El probable aplazamiento de la interna partidaria de la UCR, en razón de la extensión de la cuarentena, puede parecer un asunto menor para la política provincial. Y ciertamente lo es, si se compara con los temores que despiertan un eventual colapso del sistema de salud por un repunte de la pandemia, o el ya brutal derrumbe de la economía.


Pero, a los efectos de la composición del mapa político entrerriano, la interna radical siempre resulta significativa. Simplemente porque se trata del partido político más importante de la oposición. Eso sólo alcanzaría para afirmar que de sus filas puede surgir una alternativa de gobierno a la que viene ofreciendo el peronismo en forma consecutiva desde 2003.

Cuando Gustavo Bordet complete su segundo mandato en diciembre de 2023, el peronismo habrá cumplido 20 años de permanencia consecutiva en el Poder Ejecutivo provincial. ¿Hay algo más en Entre Ríos? ¿Alguien se está plateando seriamente en la oposición trabajar para construir una fuerza de alternancia? ¿O los radicales y sus socios seguirán conformándose con sus pymes opositoras?

Son las preguntas que en las últimas dos décadas se vienen repitiendo en un radicalismo que sólo fue gobierno dos veces desde 1983. Y las dos de la mano de un caudillo como Sergio Montiel. Tras su salida del poder en 2003, reinó la fragmentación en la UCR entrerriana.

La corriente Illia, con Atilio Benedetti a la cabeza, fue la línea interna más gravitante de estos años. Y con bastante poco. Le alcanzó con mantener vivo a un grupo provincial. Eso fue mucho más que la dispersión de dirigentes que lo enfrentó en cada interna.
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En el mapa de hoy, fuera de la Illia se mantiene como grupo estable la Alternativa Radical, que lidera Fabián Rogel y que cuenta con un activo valioso en este escenario de crisis de liderazgos: un aspirante a la gobernación que representa una renovación de dirigentes, el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti.
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La Illia no tiene por ahora candidato. Si de caras nuevas se trata, el intendente de Crespo, Darío Schneider puede llegar a serlo, aunque en carácter de aliado de la Illia. Pero no sorprendería que surjan propuestas de socios fundadores. Se menciona el nombre del diputado Gustavo Cusinato (hoy con una alta exposición política en su rol de jefe del interbloque de diputados provinciales de Cambiemos) y hasta del propio Benedetti.

Fuera de estas dos corrientes provinciales estables, en la UCR hay grupos con desarrollo departamental, que algunas veces han confluido, pero que no tienen un liderazgo común.

Cara conocida

Desde 2009, cuando encabezó la lista de diputados del Acuerdo Cívico y Social que derrotó al PJ en las elecciones legislativas, Benedetti fue el rostro electoral de la UCR de Entre Ríos.

En 2011 fue como candidato a la gobernación y resultó aplastado por la ola kirchnerista que le dio la reelección a Cristina Fernández y a Sergio Urribarri.

En 2013 encabezó la lista de senadores nacionales y cayó derrotado por Alfredo de Ángeli, que debutó como candidato por una alianza del peronismo no kirchnerista de Jorge Busti y el PRO de Rogelio Frigerio.

En 2015, Benedetti declina su candidatura a la gobernación luego de que Frigerio negara, en la interna del naciente Cambiemos, el pegado de boleta con Mauricio Macri (el único postulante a la presidencia competitivo) a cualquier otro precandidato a gobernador que no fuera De Angeli. También se baja Rogel y la UCR queda por primera vez en su historia sin candidato a la gobernación.

En 2017, Benedetti vuelve a encabezar la lista de diputados, ahora por Cambiemos. Y gana por un amplio margen al peronismo unido, que llevó candidatos de Bordet, Busti y Urribarri.

En 2019, Benedetti cae otra vez derrotado para la gobernación por 22 puntos de diferencia, con Bordet a la cabeza del Frente de Todos, que contenía las distintas versiones del peronismo más otras fuerzas menores.
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Los contextos políticos de cada año pueden aportar muchos argumentos para explicar estos resultados pero, en definitiva, esta apretada síntesis muestra a un Benedetti sólo exitoso para obtener bancas legislativas por la minoría.

Sus detractores lo acusan de haber dividido a la UCR. Dicen que nunca fue el candidato del partido sino de un sector de ese partido. Y que eso fue lo que debilitó al radicalismo en las elecciones y a la hora de negociar poder dentro de Cambiemos.

Con habilidad para surfear esa fragmentación radical, Frigerio no sólo mandó en Cambiemos, sino que hasta intervino en la propia interna de la UCR. Pero muchos radicales aceptaron ese dominio porque la sociedad con el PRO les devolvió poder en intendencias y cargos legislativos.

Qué define

Ese es el partido que tiene por delante la definición sobre la renovación de autoridades partidarias. El peronismo en el poder puede prescindir del PJ, pero la institucionalidad partidaria es religión para los radicales entrerrianos.

Más allá de esa tradición, la interna partidaria no necesariamente definirá relaciones de fuerza en la UCR. La Illia dominó en los dos últimos procesos electorales (ocupó las principales candidaturas) sin haber estado en la conducción del partido. Venía presidiendo el Comité Provincial con José Artusi (2010-2012, electo por consenso); Jorge D’Agostino (2012-14, con internas) y Fuad Sosa (2014-16, con internas). Pero en 2016 se consensuó el nombre de Galimberti para el Comité Provincial y en 2018 el de Leandro Arribalzaga, también sin internas.
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El Comité se ha venido encargando de la burocracia partidaria o de fijar alguna posición pública, como ocurrió estos meses durante la cuarentena. Pero no tuvo peso a la hora del armado electoral. Al propio Arribalzaga le negaron, como precandidato a diputado, el pegado de boleta en la interna nacional del año pasado. La lista “oficial” para el Congreso Nacional fue la que acordaron Benedetti y Frigerio. Ninguno de los dos era autoridad partidaria.

¿Con internas?

El armado de las últimas listas de consenso para el Comité ha buscado constituir conducciones colegiadas que terminaron actuando como contención de la dispersión radical. Con un paisano de cada pueblo.

Pero eso podría cambiar para la próxima interna. Algunos dirigentes creen que para esta etapa se necesitará de una conducción política más monolítica, con un mayor nivel de “representación”, fruto de un acuerdo entre los grupos más grandes. Que ofrezca un rol opositor más agresivo y no se limite a criticar o comentar las iniciativas del gobierno peronista.

Ese eventual acuerdo selecto, aumentaría las posibilidades de una interna que sólo podría realizarse el año que viene, cuando -con o sin vacuna- se alcance alguna nueva normalidad en la salida de la pandemia. A ese eventual acuerdo selecto le vendría bien una elección interna que lo legitime.

Una conducción partidaria surgida de este modo resultaría, ahora sí, funcional para una construcción de poder. Sería el principio de un ordenador político para una meta compartida por todos los radicales: que la UCR conduzca Cambiemos, como condición necesaria para plantearse un proyecto de poder para 2023.

En ese camino, se plantea también como necesario otro asunto postergado: la ampliación de Cambiemos, que no puede ser sino hacia sectores del campo popular. El PRO ya se encargó de juntar todo el voto conservador histórico de la provincia.

En ese esquema, restaría ver qué candidato estaría en mejores condiciones de encarnar este proceso. En cualquier caso, debería contar con el apoyo de una amplia mayoría radical. De lo contrario la historia volverá a repetirse para la UCR: muchos radicales preferirán a un candidato de otro partido.

Algunos siguen alentando la posibilidad de que Frigerio se decida a jugar en Entre Ríos. Evalúan que va a necesitar exhibir un territorio propio que le otorgue peso en el escenario nacional. Lo ven, por lo pronto, como candidato a diputado nacional en 2021.




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