Sergio Urribarri se puso como meta que la boleta del Frente Para la Victoria obtenga en Entre Ríos el 54 por ciento de los votos. Para alcanzarla el oficialismo deberá pedalear sin descanso. El gobernador quiere hacer una elección similar a la de hace cuatro años. Ese desafío implica crecer 21 puntos respecto a las elecciones de agosto.
El FPV obtuvo en las PASO el 34,6 por ciento de los votos (contando votos válidos, en blanco y nulos). Esa cifra es la más baja que consiguió el peronismo (sin divisiones) desde el advenimiento de la democracia en la provincia. En 1983 el PJ sacó el 40,8%; en 1987 el 48,3; en 1991, el 48,8%; en 1995, el 47,4; en 1999, cuando perdió, el 45,9; en 2003, el 45,8; en 2007 el 47,2; en las PASO de 2011 el 45,8 y en la general de ese año 54,6%.
En 2011 el crecimiento del oficialismo entre la interna y la general fue de 9 puntos. En aquella oportunidad el gobernador compitió con el candidato testimonial Gerardo González, quien sacó el 3 por ciento. Esa jornada electoral se dio en un contexto político muy diferente al actual. Cristina Kirchner le había sacado 36 puntos a Hermes Binner y Urribarri 37 a Atilio Benedetti. Tiempos de abundancia y no se presentó un fenómeno de boletas cortas que implicaron 126 mil votos en blanco para las categorías provinciales y nacionales. (Ver aparte)
En agosto, el Frente Para la Victoria a nivel nacional se diferenció de Cambiemos por ocho puntos y chirolas. En la provincia, la boleta encabezada por Gustavo Bordet se impuso con 34,6 por ciento de los votos por sobre la de Alfredo De Angeli que consiguió el 28,5.
La lupa en la capital
Paraná es donde más se deberá pedalear. Blanca Osuna recibió en las PASO el aval de 34.744 electores, quedando detrás de Sergio Varisco que fue votado por 48.804 paranaenses. La diferencia fue de 14.060 votos.
Referentes del PJ local cuestionaron la municipalización de la campaña y creen que, por el contrario, hay que nacionalizar el mensaje. Un dato que obtuvo Página Política de un trabajo de opinión pública indica que el elector, por lo menos en esta capital, tiene en cuenta más al candidato a presidente que a quien se presenta para conducir los destinos de la municipalidad. La diferencia es abismal. En números duros el cuadro comparativo es el siguiente: un 66 por ciento mira la categoría presidencial y un 18 por ciento la comunal. Con un 11 por ciento se ubica el candidato a gobernador. Con esos números habrá que pintar todo de naranja.
La figura de Cristian Bello en la boleta sabana para traccionar votos en Paraná no fue suficiente. El popular conductor radial y televisivo no habría rendido lo que se esperaba. Obtuvo el 24,6 por ciento, cuatro puntos menos que Scioli. Julio Solanas, dos veces intendente de la ciudad, podría ser observado con la misma lupa. Sacó el 15,5 por ciento en la ciudad que supo conducir en dos oportunidades. Para las categorías parlamentario del Mercocur y diputado nacional se impuso el voto en blanco con el 27 y el 29,3 por ciento, respectivamente.

