Grupos de Whatsapp: la interacción de estos tiempos. Leído en varios grupos, subgrupos, espacios creados con otros fines pero en los que la política circula cotidianamente, en formato de memes, de análisis político escrito en un semáforo, de polémica entre quien espera en la cola del super y quien suspendió el scrolleo para disparar una respuesta.
“Hoy me siento la ortiva de la democracia. Sentimientos encontrados. Rodeada esta mañana de gente que celebra”. Promediando la mañana, arranca la charla una trabajadora del Estado provincial. No encuentra aliados en la oficina. Provoca desde el teléfono: “¿No les pasa? Se ve que la autocrítica quedará para otra vida”.
Alguien levanta el guante: “Aflojá un poquito. Tomalo como es: 24 horas de vacaciones”. Sticker de Axel Kicillof que tira besos.
Insisten en el grupo en profundizar el asunto. “Yo no sé bien qué pensar de Axel. Me aterroriza nuestra gente que se idiotiza cuando ganamos. Ortiva x 2”. Le responden: “Axel es el mejor del peronismo. Capaz porque no es peronista. La gente votó contra Milei. Le sacó todo lo peronista que Axel tenía y lo convirtió en opción”.
“Si, eso pienso. Que solo con el intento de Axel de despegarse del kirchnerismo logró esta elección”. Va de vuelta, sticker de Axel tirando besos. “Che, Grabois no estaba?”. Se interrumpe la charla.
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En otro grupo, alguien ametralla con las notas de este lunes en todos los portales. Destrozan a “la encuestadora con el peor pronóstico electoral”. Alguien aporta: “No sacamos un entrerriano famoso como la gente”, ironiza tras medir el impacto del trabajo en los medios porteños de la periodista Viviana Isasi (Radio Costa Paraná), trabajadora de Prensa de la Gobernación, socia de la consultora que fundó Julio Burdman.
“Creo que si Vivi no fuera mina, rubia y linda no sería para tanto el ataque. Encuestadores hombres se han mandado cagadas peores y no pasó nada”, cuela una voz peronista con visos de mirada feminista. Le siguen intercambios menos relevantes acerca de criterios de belleza y alguien que advierte y parodia paradigmas propios y ajenos: “No se habla de los cuerpos”.
El debate deriva en decenas de apreciaciones, memes, recuerdos de fallidos similares. Cierra el asunto alguien: “Vivi ya debe ser parte del plantel de Carajo”.
El perofeminismo del grupo se apiada: “Ojalá ahora esté tomando champagne en un jacuzzi. Y le importe nada todo esto porque piensa dejar la consultora y vivir de rentas con la serie que hará Netflix: La Encuestadora”.
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Sigue en el otro grupo el debate sobre la proyección de Kicillof. “Axel lucha por ser Axel y que no se lo morfe Cristina. Hasta el momento, parece que lo está logrando”.
Alguien abona la idea: “Todos nos olvidamos que en el 2016 Axel con su autito fue el primero en recorrer la provincia y se la gano solito. Después Cristina dijo de ella y de Alberto que serían los candidatos, pero Axel había hecho el trabajo territorial”.
“Ojalá Axel logre axelizarse”, resume la idea otro participante. Llega una respuesta plagada de dudas: “No sé si admirar tu confianza, o si pelearte. Igual coincido un poco”.
Prima, de todos modos, la decisión de celebrar. Ya dirán los tiempos. “Es como que quiero que este día dure para siempre como dice la canción. ¿No les pasa como a mi que quiero más a los compatriotas?”. “Siii. Quien sabe cómo nos unimos en este malestar que tenemos. Mañana volvemos al pesimismo”.
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En un subgrupo de otros grupos, la pregunta: “Che, y los peronistas de Entre Ríos? ¿El PJ? ¿No dicen nada?”. Alguien describe su sensación: “Es como que hace dos años vengo ladrando un auto. Y me lo frenan de golpe. ¿Y ahora?”.
“Quién te dice que pasa de acá a octubre. ¿Y si se puede ganar?”, tiran en el grupo.
“¿Con cuatro listas diferentes? Tarde para las quejas”. El debate prefiere mirar en campo adversario: “¿Qué estará haciendo Frigerio en este instante?”. Cierra el asunto con una seguidilla de memes. Todos de reciente confección.
Fuente: Página Política

