
Hace un mes se cerraron las listas y hace unos 20 días que los candidatos están en la cancha de caras a las elecciones primarias que se desarrollarán el 11 de agosto. Gusto a poco, es la sensación para quienes tienen varias campañas a sus espaldas. Un experimentado dirigente oficialista a cargo de un departamento en las cuestiones proselitistas lo resumió así ante Página Política: “Nosotros estamos para mostrar gestión; y la oposición, por lo que se ve, está a la espera de un error nuestro para prenderse de eso. Estas elecciones de medio término siempre son propicias para que te peguen un chirlo, pero no será para tanto”.
Sergio Urribarri mechó gestión con política. Estuvo en varias ciudades en donde una vez terminada la jornada institucional lo esperaba el comité con los candidatos y militantes. El gobernador es el jefe supremo de la campaña, pero es además el único elector. La lista oficialista se terminó de confeccionar 24 horas antes de la presentación. Hubo sorpresas y también enojos contenidos. Todos coinciden que la propuesta electoral fue pensada más en el requerimiento de Cristina Kirchner que en un armado que contenga a buena parte de la geografía peronista provincial. El proyecto de Urribarri está en Capital Federal. “Es como la selección de fútbol. No todos están de acuerdo, pero una vez hecho el equipo hay que acompañar sin medias tintas”, sintetizó el experimentado dirigente.
Los chispazos en el seno del peronismo no se produjeron solo porque se esperaba más pejotismo en la lista, sino por algunas designaciones de delegados de campaña. Con las miras en 2015, algunos querían quedarse con la batuta en su terruño. Hubo quienes tuvieron suerte, como Adrián Fuertes.
El gobernador, que también es candidato a senador suplente, no se llamó a silencio ante los enfados de algunos de su tropa. Por el contrario, les aseguró que “ya habrá tiempo para dirimir las internas”. Lo dijo en Gualeguay, un departamento siempre fértil para el internismo. “No se hagan los sotas, no jueguen a medias y a poner todo”, se despachó en Federal, donde gobierna el radicalismo y la campaña está a cargo de Enrique Cresto.
Con el esquema electoral y de campaña, Urribarri no mostró nada que dé indicios para un posible sucesor o sucesora. Tampoco permite que los referentes distritales armen rancho aparte. Todas las pilas para llevar al gobernador al premio mayor en 2015. A esa esperanza está atada toda la dirigencia.
Como suele ocurrir en las elecciones de medio término, los candidatos de la oposición pusieron la lupa en la agenda nacional y la figura de Cristina Kirchner. No obstante, sus grupos de campaña trabajan con dos datos: la buena aceptación de Urribarri en las encuestas; y la superioridad que le dan los números al gobernador en comparación con la Presidenta. Luis Leissa, candidato a diputado por Unión por Entre Ríos, lo evidenció ante este medio de la siguiente manera: “En el andar hay un 50 por ciento de la gente que quiere cambiar”. Atilio Benedetti evita también criticar al mandatario. Más tibio es Alfredo De Angeli, de quien aún se espera un sapucai de campaña, algún “minga”. Nada de eso. Recorridas por hospitales y alguna caminata.
Algunos esperan, ansiosos, que la campaña se caliente; otros, el 29 de octubre para ver qué alumbra.