Sin enfrentamientos y sin matices transcurre la campaña de los precandidatos del oficialismo. Esa característica de ni siquiera plantear una diferenciación es un logro de Sergio Urribarri. El gobernador, aparte de decirles a los pretendientes a sucederlo que caminen, les bajó el precio con un dato cierto: el máximo elector es él.
No hay un sólo hombre del oficialismo que esté seguro que haya interna, verdadera, en el Frente para la Victoria. Ese sería otro elemento que opera sobre la pacífica campaña electoral. ¿Para qué diferenciarse si no está en la exposición de proyectos la virtud que inclinará la balanza para uno u otro lado en la decisión del mandatario?
Adán Bahl se ha mostrado en no pocas actividades con su contrincante Juan José Bahillo. Lo mismo hizo con Gustavo Bordet este fin de semana en el TC.
El único chisporroteo lo provocó José Cáceres cuando habló de la fórmula en términos territoriales. El binomio tendría que salir de un dirigente de la costa del Uruguay y el otro de la de Paraná, expresó el vicegobernador. Bahillo salió al cruce. “Entre Ríos tiene 17 departamentos, no 2”,lo corrigió. Bordet no hizo una sola referencia a la polémica, pero en un acto en Victoria aseguró que “hay hombres y mujeres muy valiosos en toda la provincia, más allá de las costas”. No dejó explícitamente sentado que coincide con su par de Gualeguaychú, pero por lo menos se desmarcó de Cáceres. Todo bien Light.
Julio Solanas es otro de los precandidatos que no dice nada que pueda calentar la interna de la que, supuestamente, saldrá el candidato. El diputado nacional se junta con todos y responde a quien se lo pregunta que el país necesita un hombre como Urribarri. Hace unos días se lo consultó por Daniel Scioli. “Es un hombre del proyecto”, devolvió. Una diferenciación si se repasa que para el urribarrismo el bonaerense es “el candidato de las corporaciones”. En esa línea está Marcelo Bisogni.
Los días pasan y las llamas que se advertían hace unos meses en el seno del Frente para la Victoria entrerriano para esta época fueron apagadas, pareciera, por la ola naranja.

