El objetivo del gobernador Rogelio Frigerio frente a la nueva ley ómnibus que se debate en la Cámara de Diputados es simple y público: propicia el voto a favor para que desde la Nación se abra, de una vez, la canilla a una provincia en creciente proceso de deshidratación desde que la Casa Rosada fuera ocupada en diciembre por Javier Milei.
Tras ese objetivo y frente a la nueva discusión que comienza en el Congreso, el gobernador de Entre Ríos cree que no hay que perder energías librando batallas puntuales por recursos específicos, menores, como los fondos fiduciarios que tocan a la provincia, o las partidas destinadas a solventar parte de los sueldos docentes o a subsidiar el transporte.
Frigerio ha dicho públicamente y así se lo repite a los diputados, que esta nueva instancia de negociación que se abre con la Nación, a partir de la reunión del 8 de marzo con los gobernadores, tiene que ser una oportunidad para que se arregle la cuestión de fondo: que la provincia reciba los recursos para hacerse cargo de sus competencias. Tan simple como eso.
En definitiva, que la nueva ley ómnibus se apruebe sin tanta discusión en particular, pero que esa aprobación sea fruto de un acuerdo previo donde se resuelve el problema fiscal de la provincia.
En principio, el nuevo proyecto se presenta en varios frentes más amable. De 664 artículos se pasa a 269. Las emergencias se reducen de 12 a 4 (administrativa, económica, financiera y energética), lo que reduce la delegación de facultades. No se incluyen retenciones y se reducen de 40 a 3 las privatizaciones de empresas públicas (Aerolíneas, Enarsa y Radio y TV), además de contemplar la venta parcial de 9 empresas más.
Uno de los grandes debates será el de la fórmula de actualización de las jubilaciones, en particular cuánto se reconoce para atrás.
Por lo demás, Frigerio se ha mostrado a favor de restituir Ganancias, aunque con otro nombre: “Altos ingresos”. El Gobernador no ha tenido pudor en afirmar que todos los países del mundo cobran impuestos progresivos a los salarios más altos y que, antes que este, hay otros tributos para quitar, como el impuesto al cheque, retenciones, IVA, Ingresos Brutos. La discusión, en todo caso, pasa por las escalas.
Cercanías
Frigerio asume que cuenta con un solo voto propio en la Cámara de Diputados: el de Francisco Morchio. Por decisión del Gobernador, el legislador del PRO no se integró a la bancada de ese partido sino a la de Hacemos Coalición Federal, que preside Miguel Pichetto y en la que conviven dirigentes históricamente cercanos a Frigerio, como Emilio Monzó y Nicolás Massot, junto con socialistas, liberales y representantes de la Coalición Cívica.
La participación de Morchio en esa bancada habla de las cercanías políticas de Frigerio. Pero el gobernador no se moverá por convicciones sino por pragmatismo. Su ética de la responsabilidad lo aleja de los amigos de esa bancada. Y Morchio ya jugó en esa sintonía la semana pasada, con su ausencia en la sesión que Hacemos Coalición Federal convocó para debatir una nueva fórmula de movilidad jubilatoria más generosa con los jubilados que la que propone Milei en la nueva ley ómnibus. La iniciativa, de autoría de diputados de la Coalición Cívica, propone reconocer la inflación de enero del 20,6%, lo que implica un gasto de 2 mil millones de dólares más que lo previsto en el proyecto oficial.
El único entrerriano que participó de esa sesión fue el radical Pedro Galimberti, el menos permeable a la conducción de Frigerio, a quien enfrentó en las dos últimas grandes internas de Juntos por Entre Ríos, en 2021 y 2023.
Frigerio no espera un alineamiento de Galimberti. Pero recibe señales de juego limpio de parte del radical que, cada vez con mayor claridad, camina la interna dentro de su partido junto a Facundo Manes, el radical que en el verano votó en contra la ley ómnibus en general, con un discurso que fue reivindicado por la política, más allá de las pertenencias partidarias. En suma, en el frigerismo esperan que Galimberti no los sorprenda y juegue de frente y al mismo tiempo sin confrontar, como lo hizo en el verano.
Frigerio sólo pone las manos en el fuego por Morchio. Considera en la misma sintonía a Atilio Benedetti, su primer y principal aliado en la UCR entrerriana desde que tomó la decisión de ir por la gobernación, con una primera escala en las legislativas de 2021. Su voto a favor de la nueva ley ómnibus se descuenta tomando el antecedente del verano (el radical votó a favor incluso en incisos que Morchio votó en contra) y en el público apoyo al DNU, que, por otro lado, materializó el jueves con su voto la senadora Stella Olalla, parte de la línea de la UCR entrerriana que lidera Benedetti.
Más dudas hay en el entorno de Frigerio sobre Marcela Ántola, en tanto es parte de Evolución Radical, la línea que conduce Martín Lousteau. La entrerriana dio muestra de lealtad hacia el presidente de la UCR al firmar el comunicado de respaldo al senador que votó en contra del DNU.
Ántola podrá votar en contra el DNU, como hizo Lousteau, bajo el argumento de su inconstitucionalidad. Pero otra cosa es una ley. Según dicen cerca de Frigerio, la diputada por momentos los “confunde” con sus posiciones, pero se ha encargado de transmitir apoyo al Gobernador, incluso frente a una disyuntiva de la interna radical, porque “entiende lo que se juega” para Entre Ríos.
Fuente: Página Política
