Si escucha argumentos que desde el kirchnerismo la acorralen por izquierda, Graciela Mingo apela a lo que conoce: las estadísticas. “Hoy los valores de la pobreza de Cinthia Pok (directora de la Encuesta Permanente de Hogares en el Indec hasta la intervención en 2007) indican que la pobreza supera nuevamente el 20%. Estamos nuevamente en una rueda que requiere consensos para una salida”, argumenta quien fuera por años directora de Estadísticas y Censos de la provincia.
La dirigente trabaja en Entre Ríos para el espacio que conduce Daniel Scioli, con pie de plomo en una provincia donde el justicialismo está marcado por el liderazgo de Sergio Urribarri y su postulación presidencial. Concretamente, se ha sumado al denominado Grupo Descartes que a nivel nacional encabeza el ministro de Trabajo de Buenos Aires, Oscar Cuartango.
La ex rectora de Uader afirma que la agrupación “busca una vuelta a las raíces del justicialismo y desde ese lugar se trabaja para poder aportar desde los equipos técnicos a la perspectiva nacional que representa Scioli”. “Pensamos que a esta construcción hay que hacerla lentamente, en las medidas de las posibilidades. Hay gente que se va sumando pero hay otra que está trabajando por la postulación de Urribarri, otra que no está definida, otra que ve en el massismo una opción. Vamos lentamente, sin pretender un lugar preponderando en el actual escenario”, describió ante Página Política.
2015
Valoró Mingo el escenario político que se presenta para el 2015. “Es un escenario complejo y lo digo como politóloga que esto es muy bueno desde una perspectiva de república, de democracia, que haya más de una salida posible. Lo que sí es cierto es que en este espacio encontré condiciones para hacer política en libertad, sin personalismos. Eso me impulsó a trabajar”, valoró.
Desde su perspectiva, Scioli es “una persona que ha soportado mucho maltrato estoicamente y esto, que podría ser visto como negativo, es todo lo contrario para una situación de confrontación, de conflicto como la que vivimos: muestra un aplomo indispensable, muestra a alguien que puede soportar lo que otros no han podido”.
El kirchnerismo argumenta que una derrota de su espacio supondría retrocesos en políticas inclusivas y de ampliación de derechos alcanzadas en los últimos diez años. Mingo, al respecto, analiza: “Las dinámicas económicas van transformándose permanentemente. El kirchnerismo hay cosas que no acordó pero otras que sí como con los sectores que desarrollan la minería”, subrayó. “Hay que afianzar una burguesía nacional, trabajar con los sectores empresariales para que no sea el Estado el único que absorba mano de obra. Hay mucha gente que necesita encontrar trabajo. Y si no hay un diálogo, una concertación, si no hay consensos esto no se logra”, dijo.
“Hace falta una amplitud de criterios para que, con un Estado fuerte, con líneas políticas claras, se llegue a acuerdos para que la producción se afiance, se genere trabajo. La población de ni ni (jóvenes que no estudian ni trabajan) es un tema muy embromado y si no podemos ver que hay tres sectores que deben trabajar mancomunadamente el estado, la empresa y la industria y la Universidad, lo que se denomina el triángulo de (Jorge) Sábato, no salimos”, advirtió Mingo y concluyó: “No salimos si no podemos converger, si nos paramos en contradicciones que podrán ser muy lindas para el discurso pero para la acción no sirven”.
Consultada por la postulación de Sergio Urribarri, dejó planteado un reproche como ex funcionaria: “No quiero opinar de su candidatura. Respeto el espacio de legitimidad que encabeza. Él está luchando por lo que cree y yo a eso lo respecto. No como me sucedió a mí que no me respetaron. Yo en eso tengo códigos”.
