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Optimismo en el último tramo de campaña

A diez días de las elecciones provinciales, el ánimo en el campamento de Cambiemos sorprende. Es, tal vez, el mejor de todo este proceso electoral. Las razones del optimismo opositor en medio de un escenario claramente adverso.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Aunque nadie se atreve a aventurar públicamente un triunfo de Atilio Benedetti, en Cambiemos observan mejoras en las condiciones de competencia respecto a la campaña para las PASO del 14 de abril, en las que el gobernador Gustavo Bordet aventajó por 25 puntos a su principal adversario.

Para empezar, comentan que en esta campaña han tenido mucho más tiempo y presencia en el territorio y en los medios que en la de abril. A pesar del lugar estratégico que Cambiemos le otorga al uso de las redes sociales en campaña, reconocen que sigue siendo muy importante el mano a mano con la gente y la presencia de los candidatos en los medios locales. Entre Ríos no tiene un diario o un canal de televisión que llegue a toda la provincia.

Ante todo, evalúan que es mejor el contexto económico en comparación con el que se dio en las primarias de abril. Aquellas elecciones ocurrieron en medio de una corrida del dólar, en el peor momento económico de la gestión de Cambiemos, cuando se registró el pico inflacionario más alto de los últimos 27 años.

Aunque la situación siga siendo crítica para la gran mayoría del electorado, en las últimas semanas se vive una relativa tranquilidad que le permite a los candidatos de Cambiemos desarrollar una campaña un poco más normal, sin tantos reclamos de la gente. Eso dicen.
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Y la aparición en los últimos días de algunas encuestas que lo dan a Macri ganador en el balotaje es vivido como un cambio de aire, un respiro en la agobiante tarea de hacer campaña en medio de una crisis que demora en dar señales de salida.

No era esa la idea que la dirigencia provincial de Cambiemos tenía para el mes de mayo cuando, entre enero y febrero, se terminó de perfilar el armado electoral. Todos esperaban que la economía diera a esta altura señales de reactivación.

Asumen que el gobernador Gustavo Bordet acertó con el desdoblamiento y con la fecha. Pero no lo consideran un buen tiempista: creen que se apuró hace quince días, cuando salió a “apoyar” la fórmula Fernández- Fernández. Suponen (desean) que le podría acarrear algún perjuicio electoral.

Expectativa

Además de la ayuda de un escenario de mayor “tranquilidad” económica, las expectativas de recuperación electoral en Cambiemos están puestas, en buena medida, en los municipios.

En la mayoría de las primarias para intendente Cambiemos no tuvo internas. Y eso desmovilizó. Tras el resultado adverso que arrojaron las PASO en muchos municipios, el trabajo proselitista de ahora es muy superior, porque muchos intendentes se juegan su propio pellejo.

Advierten además que esta vez Bordet no recibirá el beneficio de las colectoras de unas primarias que en algunas ciudades tuvo numerosas listas a nivel local. Es más, pronostican fugas en la interna peronista.

Apuntan a los casi 400 mil entrerrianos que representan el voto en blanco (15%) y los que no fueron a votar (25%). No todos van a ir a votar en la general y no todos lo harán por Benedetti, pero sostienen que la mayoría son votos desencantados de Cambiemos. Eso explica la drástica caída de Cambiemos entre 2017 y las Paso de abril.

“El más federal de la historia”

El optimismo se nota también a la hora de evaluar lo hecho hasta aquí en la campaña. Creen que han logrado en buena medida plantear una agenda provincial, como se lo habían propuesto.


Van a seguir machacando con la tarifa eléctrica y Enersa; con Vialidad y la importancia que los caminos tienen para los pueblos del interior; con los déficits del servicio de salud. Y con uno de los caballitos de batallas más usados: el financiamiento de la obra pública y el “federalismo” de Macri que le dio vida a Bordet.

“En cada lugar que vamos nos dicen que las obras las hace el municipio o la Nación. Bordet no ha hecho nada. Ha pagado los sueldos y entregado subsidios, con los fondos que le llegan del gobierno más federal de la historia. No hizo ninguna obra que resulte una trasformación, ni ha tomado ninguna decisión estratégica que atraiga inversiones”, repite, palabras más, palabras menos, toda la dirigencia de Cambiemos en campaña.

La mano de Carrió

También es positivo el balance que hacen sobre la visita de Elisa Carrió a Entre Ríos, a pesar de que en esta provincia también dejó títulos de riesgo y arrojó dardos venenosos no sólo hacia el peronismo, sino también contra la figura del intendente de Paraná, Sergio Varisco, a cargo del gobierno más importante en manos de Cambiemos de Entre Ríos.


Rescatan que Carrió sirvió para “atraer” público a las actividades de Benedetti. Cuentan, por caso, que en Villaguay se llegó a formar una fila de media cuadra de gente que quería tomarse una fotografía junto a la más polémica figura nacional de Cambiemos.

Esa fama, que venía siendo alimentada por sus explosivas participaciones en las campañas de Santa Fe y Córdoba, hizo que Benedetti tuviera presencia en medios de alcance nacional. Y que le sirviera para reforzar un eje de campaña (identificar a Bordet con Cristina Fernández) que en Entre Ríos no ha tenido voceros con el temperamento de Carrió. Benedetti, se sabe, no tiene a la confrontación como estilo.


Macri no va a venir esta vez. O al menos no está previsto. Pero habrá más visitas de dirigentes nacionales. Se espera para los próximos días que llegue otra mujer polémica, la ministra de seguridad Patricia Bullrich. Aunque la intención sigue siendo provincializar la campaña, Benedetti no le sacará el pecho a la defensa del rumbo del gobierno nacional. Mucho menos en un momento en que han vuelto a esperanzarse con un triunfo en segunda vuelta.

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