Aunque era lo que se esperaba y nadie informado se pudo ver sorprendido, el postergado lugar que terminó ocupando Juntos por Entre Ríos (JxER) en las listas de la Alianza La Libertad Avanza (ALLA) generó un lógico malestar entre la dirigencia del frente frigerista, que hasta último momento del cierre de listas del 17 de agosto esperaba que el partido del presidente Javier Milei tuviera un trato más justo con su aliado entrerriano.
Nada de eso ocurrió. En el acuerdo con el Presidente, el gobernador Rogelio Frigerio quedó a la cola. JxER, el frente provincial que lo llevó a la gobernación, terminó licuado en la ALLA. No hay rastros de frigerismo ni en el nombre, ni en los colores, ni en los símbolos. Y las cabezas de listas son de LLA. De entre los cinco “entrables”, Frigerio lleva dos: el segundo y tercer diputado, uno para el PRO, otro para la UCR.
Es muy poco para un frente que gobierna la provincia. El acuerdo es objetivamente inconveniente. El Gobernador se quedará sin delegados propios en el Senado por el resto de su mandato y por los cuatro años del siguiente, para el caso de que decida ir por su reelección y la obtenga.
Pero la Casa Rosada se impuso en la negociación. Era eso o volver al escenario electoral de tercios de 2023, que ponía al gobierno provincial a tiro de una derrota electoral a mitad de mandato. En este contexto, Frigerio hubiera preferido que esta elección intermedia no existiera. Como eso no es posible, que al menos pase cuanto antes, haciendo el menor ruido. Que todo sea Milei SI, Milei NO, lo más despegado de un plebiscito a la gestión provincial.
Esto ya era así el 17 de agosto, cuando cerraron las listas. Pero es mucho más así después de los audios que revelaron la existencia de un circuito de sobornos con terminal en la hermana presidencial, Karina Milei, casualmente la responsable final del armado electoral.
Menos mal
A estas alturas del escándalo, algunos de los heridos del armado viven con alivio haber quedado relegados en las listas de la alianza entrerriana. Los que tendrán que poner la cara por el supuesto 3% de las coimas para Karina –que rápidamente se popularizó como símbolo de la corrupción mileísta– son los que encabezan la oferta electoral para una elección nacionalizada.
Los distintos componentes de Juntos por Entre Ríos, la alianza que llevó a Frigerio a la gobernación, están de acuerdo con los trazos gruesos del equilibrio fiscal como base del control de la inflación. Algunos van más allá y aplauden también la dureza del ajuste, en especial cuando apunta a terminar con nichos de privilegios y corrupción de la “casta” peronista.
El problema es que, como reveló el reciente lapsus presidencial, Milei es el que se está quedando con esos nichos de corrupción. “Les estamos afanando los choreos”, confesó el Presidente. ¿Cómo se hace campaña con eso?
A pesar de las coincidencias con la necesidad de poner un poco de orden en las cuentas públicas y de asociarse para evitar el regreso del “kirchnerismo”, para una buena parte de la dirigencia de JxER ya era complicado, antes del 3% de Karina, asociarse a Milei.
En particular dentro de la UCR, el partido más grande del frente provincial y el que aporta el mayor número de legisladores y funcionarios del gobierno de Frigerio. Fueron pocos los radicales que abiertamente alentaron una alianza con La Libertad Avanza. La mayoría vive esta coyuntura como un trago amargo, que le acarrea costos al interior del partido.
Aunque argumenten que el anti peronismo que predomina en su electorado les pide que se junten, no les resulta tan sencillo pedir el voto para la profundización de las políticas de un Presidente que ha desfinanciado como nunca nadie antes a la provincia, a pesar del apoyo político que Entre Ríos le dio a su histórico ajuste, desde la Gobernación y desde el Congreso.
Pero resulta que ahora, además de todo esto, el sapo a tragar agregó el hediondo condimento de la corrupción ¿Cómo hubieran resultado las votaciones en el Congreso radical del 2 de agosto y las internas del 10 de agosto si los audios de Spagnuolo se hubieran conocido antes de esas fechas? Probablemente el resultado no cambiara más que en sus proporciones. Pero a los radicales frigeristas le hubiera sido más cuesta arriba la tarea de militar la alianza con LLA.
“No lo veo a Frigerio muy preocupado por la campaña”, comentó a Página Política un dirigente del radicalismo que fue uno de los promotores de la alianza con LLA por una razón de supervivencia, pero que no tiene interés en que su rostro y apellido quede asociado al desprestigio que envuelve al gobierno nacional.
“Esto tiene mucho en común con la fiesta en Olivos de Alberto en medio de la cuarentena. En este caso, desacredita la palabra de un presidente que venía a combatir la corrupción”, interpretó otro referente radical.
Con todo, nadie cree que el escándalo vaya a alterar la ecuación electoral. A lo sumo estiman que costará algunos miles de votos. Entienden que la alianza entre Milei y Frigerio sigue garantizando un triunfo, porque en frente hay un peronismo dividido, desarticulado y, sobre todo, sin autoridad moral para hablar de corrupción.
Eso sí, que no esperen mucho aporte de campaña del lado del oficialismo provincial. “Será proporcional a la relevancia que nos dieron en el armado”, explican. A lo sumo habrá un “acompañamiento” de intendentes a los que, naturalmente, no les conviene una derrota a mitad de mandato. Pero no más que eso.
Fuente: Página Política




