Dirigentes y referentes políticos y sindicales se congregaron en la sede del Consejo Nacional del PJ para homenajear la sanción de la Constitución del ‘49, quien tuvo al entrerriano Arturo Sampay como actor fundamental de la misma.
Faustino Schiavoni fue el representante de la provincia en la jornada de la que participaron Jorge Taiana, Hugo Moyano, Alcira Argumedo, Eduardo Barcesat, Julián Domínguez, Ricardo Pignanelli, Anabel Fernández Sagasti, Jorge Rachid, Ana Jaramillo, “Lali” Minicelli, entre otros.
“Conmemoramos 70 años de la promulgación de un texto que plantea un modelo de Estado y un programa político que aún siguen vigentes”, manifestó Schiavoni, Rector del Instituto de Capacitación del Consejo Provincial Justicialista.
“En marzo de 1949, al justificar la nueva carta magna, el entrerriano ilustre Arturo Sampay, había dicho que la necesidad de una renovación constitucional en sentido social es el reflejo de la angustiosa ansia contemporánea por una sociedad en la que la dignidad del hombre sea defendida en forma completa”, recordó.
Para Schiavoni, “la cuestión constitucional es el problema de la organización nacional. Debatir sobre el contenido o sobre las reformas constitucionales, es entrar en la discusión sobre el modelo de organización del país. La reivindicación de la reforma de 1949 significa un cuestionamiento al régimen de la dependencia que nuevamente observamos cómo día a día se intenta imponer, así como un mensaje de esperanza para que el pueblo lleve adelante sus derechos y decida su modelo de país”, analizó.
“La reforma constitucional de 1949 fue la expresión en el mas alto plano normativo, de la política pública desplegada por el peronismo, cuyo principales objetivos se sintetizan en la búsqueda de una patria económicamente libre, socialmente justa y políticamente soberana, además de la promoción del bienestar social y la cultura nacional” expresó.
Y agregó: “Hay tres aspectos fundamentales, el objetivo de la independencia económica como condición para ejercer la soberanía nacional; el rol activo y central del Estado como conductor general del desarrollo productivo, mediante el control del comercio exterior y el sistema financiero, la nacionalización de los recursos naturales y los servicios públicos -los conocidos artículos 38, 39 y 40 del capítulo IV-; y un desarrollo de las relaciones de producción, con eje en el mercado interno, la función social de la propiedad, los derechos de los trabajadores y el capital nacional, y el rol de los sindicatos”.
Para el ex intendente y ministro de Gobierno, la Constitución derogada por la dictadura del ’55 “consagró derechos de los trabajadores, de las familias (agricultura familiar), de los actualmente denominados adultos mayores, de la cultura y la educación, derechos de contenido social, garantías procesales penales, de igualdad para el trato jurídico hacia las mujeres; pero también, consagró los instrumentos del Estado necesarios para la concreción de aquellos”, repasó.
A su vez, Schiavoni recordó que en su exposición ante la Asamblea Constituyente de 1949, como miembro informante de la comisión redactora, Sampay señaló una cuestión clave en materia económica: “La realidad histórica enseña que el postulado de la no intervención del Estado en materia económica, incluyendo la prestación de trabajo, es contradictoria en sí misma, porque la no intervención significa dejar libres las manos a los distintos grupos en sus conflictos sociales y económicos, y por lo mismo, dejar que las soluciones queden libradas a las pujas entre el poder de esos grupos. En tales circunstancias, la no intervención implica la intervención a favor del más fuerte”.
Además, que “frente al capitalismo moderno ya no se plantea la disyuntiva entre economía libre o economía dirigida, sino que el interrogante versa sobre quién dirigirá la economía y hacia qué fin. Porque economía libre, en lo interno y en lo exterior, significa fundamentalmente una economía dirigida por los cartels capitalistas, vale decir, encubre la dominación de una plutocracia que, por eso mismo, coloca en gran parte el poder político al servicio de la economía”, finalizó.

