
De pronto un reclamo unánime de la oposición: sesionar. El pedido aparece en el medio de una cuarentena estricta que, desde los principales medios de comunicación, se insta a flexibilizar. En primer lugar se fue instalando la idea de “falsa dicotomía” de salud o economía. El relato se ha ido perfeccionando. El periodista Carlos Pagni el lunes marcó el camino: quienes peor la están pasando son precisamente los changarines que tienen una economía diaria. Es cierto. También es cierto que Rocca, el hombre más rico de la Argentina a una semana del parate dejó en la calle a 1500 trabajadores. Esto no aparece en la narrativa, seguramente porque fue hace mucho. Ya pasaron 15 días.
La pretensión de sesionar se plantea, en algunos casos, de manera virtual. En otros casos quieren hacerlo en otros lugares más amplios que el recinto para que se respeten las distancias recomendables. Por caso la Sala Mayo o el Centro Provincial de Convenciones (CPC). Un inconveniente: cualquier traslado a otro lugar requiere de gente acarreando cosas. De ahí la posibilidad de hacerlo en una plataforma digital. Pero acá el problema ya no sería sanitario, sino jurídico. ¿Se puede sesionar con cada uno de los integrantes de un cuerpo parlamentario sentados en el living de su casa? La resolución deberá garantizar la presencia de taquígrafos, por ejemplo.
Fuentes consultadas por Página Política aseguran que no se puede avanzar si no se reforma el reglamento, cuyo fundamento deberá ser la extraordinaria situación plasmada en el último decreto presidencial que establece el aislamiento obligatorio. ¿El voto de un legislador, desde su casa, es válido? Cristina Kirchner pidió a la Corte Suprema de Justicia que garantice la validez de estos actos antes de avanzar con los mismos.
El otro fundamento deberá expresar la urgencia por la que se llama a sesión. ¿Requiere el Poder Ejecutivo una norma con rango de ley que sea urgente? No se ha escuchado nada al respecto. Esto no signifique que los legisladores no tengan proyectos que entiendan que su tratamiento no debe esperar.
El Comité de Emergencia Sanitaria (COES) que se constituyó en la provincia con la integración de las áreas vinculadas a la salud recomienda no sesionar, según supo Página Política. Desde las cámaras legislativas se sondeó espacios como clubes para desarrollar la sesión presencial, pero la respuesta fue la misma. No están dadas las condiciones. (Ver informe completo en PDF)
Parlamentarismo
En rigor, lo que la oposición reclama es un ámbito para “debatir” en “este momento tan especial”. Esto ya sucede y es verificable. Hace una semana la oposición y el oficialismo expresan sus ideas a través de los medios, el verdadero campo de disputa. Mientras tanto, los presidentes de las cámaras han convocado a sus pares de los bloques. Lo propio hizo el gobernador Gustavo Bordet.
Las urgencias, en este marco, recaen en la centralidad de los poderes ejecutivos. Por eso Alberto Fernández se reúne diariamente con Horacio Rodríguez Larreta, Axel Kiccillof, gobernadores e intendentes de todas las fuerzas. La grieta parece ser siendo negocio para algunos. La política del celular y teleconferencia, es decir la oral, es la más recomendable. Esto no significa que se rediscuta el rol del parlamentarismo. Pero debería ser más adelante. El sistema parlamentario de gobierno – como muchos países de Europa – lo plantearon hace años Raúl Alfonsín y Eugenio Zaffaroni.
Pretender hacerlo en estas circunstancias no es aconsejable. En Entre Ríos, la relación del Ejecutivo con la Legislatura es llamativa. Página Política publicó la semana pasada un informe que analiza desde 1999 y 2015 el comportamiento del Poder Legislativo en relación al Ejecutivo. De allí se desprende que la Legislatura aprobó una marcada mayoría de proyectos a pedido del gobernador de turno.