De las siete listas que se muestran en la Boleta Única de Papel (BUP), hay cuatro encabezadas por dirigentes peronistas.
Esta dispersión se explica por varios factores, entre los cuales sobresale la condición del Partido Justicialista de Entre Ríos encarando una elección fuera del gobierno provincial, por primera vez en 20 años. No es igual armar la lista en Casa de Gobierno que en otro lado, cualquier lado, un domicilio cualquiera, o en la sede partidaria de calle 9 de Julio.
Además, la dispersión tiene sustento en el proceso de internas, cruzado por la presentación de listas flojas de papeles que sirvieron en bandeja las impugnaciones y reveses judiciales que satisfacieron la voluntad del oficialismo partidario de eludir las urnas. Se puso en primer plano la falta de recursos para hacer frente al operativo de comicios pero hubo más motivos.
Finalmente, la voluntad -o falta de voluntad- del oficialismo partidario de abrir el juego, de evitar el roce, tiene su cimiento en un clima político y social que cambió sustancialmente con el correr de los días en el camino a octubre. En mayo, cuando comenzó a insinuarse el mapa que el peronismo presenta hoy, distintos sondeos coincidían en ubicar a La Libertad Avanza con entre 6 y 8 puntos de ventaja sobre el peronismo, con los libertarios solos y con partido nuevo.
Por eso, el panorama complejo para el PJ se profundizaba con la casi certeza, para entonces, de la coalición de LLA con Rogelio Frigerio y los partidos de Juntos por Entre Ríos. Nada es matemático pero en algún lado debía añadirse la proyección prevista por Aresco, por entonces, para el PRO (13,8%) y la UCR (8%).
Poco para repartir y un escenario de derechización que impondría criterios para elegir a los candidatos de la oposición. Eran los primeros días de junio cuando la Junta Electoral comprobó las cuestiones formales en las listas alternativas al oficialismo, dejó cuatro propuestas en el camino y proclamó la lista única, la que hoy está en la BUP con Adán Bahl para el Senado; y Guillermo Michel para Diputados.
Sólo después se abriría una perspectiva diferente. Faltaba que llegara agosto, con los audios de Diego Spagnuolo, para develar las coimas en el ANDIS y hacer viral “Alta Coimera” cantado con los dedos marcando el 3. Faltaba septiembre y el día 7 con una derrota inesperada para la fuerza libertaria en la provincia de Buenos Aires en la que manda Axel Kicillof. Faltaba el arranque del electoral mes de octubre con el escándalo de José Luis Espert y su vínculo con el mundo narco. El asunto pasó de ser propio de la agenda judicial – policial a convertirse en un meme y en un insólito lema de la campaña libertaria para pedir el voto por Diego Santilli que no figura en la boleta bonaerense: “Para votar al Colorado marcá al Pelado”.
¿Resta o suma?
Cambió el viento en el escenario político. En Entre Ríos, nuevos trabajos de sondeo permitieron al peronismo, aunque dividido, ver más de cerca la posibilidad de polarizar con la centroderecha y la derecha juntas en la Alianza La Libertad Avanza (ALLA) protagonizada por el gobernador Rogelio Frigerio.
Hay dos expresiones de candidatos peronistas que quedaron un poco atrás en su presencia proselitista: 1) la propuesta de dos dirigentes que denunciaron proscripción tras la inhabilitación de sendas listas, fusionados en una lista por afuera que se guareció en un sello extraño: el del Partido Socialista. Con la lista 50, Héctor Maya y Gustavo Guzmán son candidatos peronistas directo en la general; 2) la de Emilio Martínez Garbino, junto al dirigente empresario Silvio Farach, si bien el exintendente de Gualeguaychú es desde 2003 candidato por afuera del PJ.
Fue más intensa, y con mayor raigambre en el debate de la dirigencia nacional del peronismo, la campaña de Ahora 503, con Carolina Gaillard, para el Senado; y Paola Rubattino para la Cámara de Diputados, expresión del kirchnerismo, el progresismo y organizaciones sociales como el MTE. Es con el caudal electoral que obtenga esa propuesta con el que podrá medirse el costo de la estrategia oficialista de cerrarse en torno a la lista de dos dirigentes, varones, candidatos de la boleta de 2023, identificados al massismo y, en el caso de Bahl, sin marca alguna de kirchnerista.
¿Todos los votos a la Lista 503 son votos que pierde el PJ? Es la pregunta que por estas horas se han hecho muchos entrerrianos que están decidiendo entre una y otra propuesta para “frenar a Milei”. ¿Son votos que se restan al caudal del PJ? A primera vista, se podría decir que sí, que es tan simple como contar los votos de Gaillard – Rubattino (no olvidando añadir los de Maya) para saber el costo para el peronismo de no abrir un cauce al acuerdo, a como dé lugar. Hay sin embargo quienes lo leen de otra manera y aseguran que el escenario de derechización estaría intacto y, en ese marco, la integración de candidatos del peronismo “de izquierda” hubiera restado potencia a la boleta del PJ. Raro. Pero ante todo, difícil de comprobarlo.
Loteo
Desde la perspectiva de los que mandan en el PJ, se hace notar que mientras era Gustavo Bordet quien tenía la sartén por el mango estaban claras las veredas contrapuestas con el kirchnerismo. Y que sin embargo, primó siempre la cautela que en las listas se le hiciera lugar a los bendecidos por Cristina Fernández. Criterios que han cambiado, escenarios nuevos: Bordet es diputado nacional de la oposición en un país en el que Cristina cumple arresto domiciliario y ha sido excluida del padrón electoral.
Especulaciones al margen, a pocas horas de contar con el resultado del escrutinio sobre la mesa, está planteado para el peronismo un debate que recién empieza de cara al 2027. Lo expresó José Allende, mandamás de UPCN y promotor de la candidatura de Maya; y ha sido parte de los mensajes reiterados en campaña por las postulantes de Ahora 503. Por izquierda, por derecha, con más o menos ímpetus de encarnar los liderazgos para un nuevo proceso. Para los que protagonizan las opciones “por afuera”, el lunes mismo es el día de arrancar su retorno al PJ en busca de la reunificación. Habrá que ver el ánimo de los que se quedaron “en casa”. Recién entonces será tiempo para que el peronismo piense su versión 2027, si pretende “volver” y defina más seriamente cómo y para qué.
Fuente: Página Política

