A una semana de la violencia desatada con el “paro policial”, Sergio Urribarri tuvo sólo un respiro. Se lo concedió la dirigencia de los gremios estatales que convinieron con el gobierno la contención y encorsetamiento del reclamo de los trabajadores del Estado, luego del contundente repunte en sus sueldos que logró la Policía entrerriana poniendo en vilo a toda la sociedad.
El gobernador no demoró en buscar esa foto con buena parte del sindicalismo entrerriano, pero especialmente importaban la cúpula de Agmer y de ATE que rubricaron un documento en el que apoyan las decisiones adoptadas por el gobierno, valoran el anticipo del aguinaldo y de la instancia de paritarias, señalan avances en derechos sociales en la década K y manifiestan el compromiso con “la paz social”.
Estaban allí representantes de la CGT, que nuclea a distintas organizaciones, pero lo relevante era la firma de las conducciones provinciales de los gremios docente y estatal, hoy hegemonizadas por la Central de Trabajadores Argentinos en su versión oficialista, que a nivel nacional tiene a Hugo Yasky como referente y a Luis Gálligo y Sergio Elizar como conducción provincial. Era lo más importante por la tremenda desventaja en que han quedado los salarios de docentes y estatales ante los haberes logrados para la policía vía la extorsión.
Airadamente expresaron su rechazo a tal acuerdo los máximos referentes del sindicalismo opositor, tradicionalmente vinculados a fuerzas de izquierda y a distintas expresiones de lo que ha sido el FAP en la provincia. Es el sector alineado con la CTA liderada por Pablo Micheli y en Entre Ríos tiene su base en CTA Paraná, con Ricardo Sánchez, Silvina Calveyra; en seccionales de CTA del interior; en Agmer Paraná que conduce la agrupación Rojo y Negro; y en distintas reparticiones de ATE, específicamente en Salud.
Repudio y reclamos
No se quedó de brazos cruzados este sector sindical. En los últimos días garantizó ruidosas protestas frente a distintas reparticiones del Estado, y convocan a partir de hoy a una Semana de Lucha que culminará el viernes 20 de diciembre, fecha cargada de sentido en la historia política y social del país.
Para hoy, a las 10, en la sede de CTA Paraná, la Regional Entre Ríos de la CTA (tal el nombre que se han dado tras la fractura de la organización también en la provincia) dará una conferencia de prensa para dar cuenta del programa de acciones de protesta en el marco de la Semana de Lucha.
Por lo pronto, han dejado plasmada su postura en un documento que se difundió este fin de semana y que anuncia un paro para el martes. Sin muchas vueltas, el texto comienza así: “Ante el vergonzoso acuerdo que realizó el gobierno con algunos gremios en el orden salarial, la Regional Entre Ríos de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), convoca para el próximo martes a un paro provincial con asambleas y movilización a Casa Gris”.
El objeto central de esa medida de fuerza se explica en la necesidad de “repudiar el lamentable acuerdo que realizó el gobierno con algunos gremios, desconociendo la realidad por la cual están atravesando los trabajadores y exigir un salario mínimo, vital y móvil de 9500 pesos y un bono de 2000 pesos para fin de año”.
Se reafirma que las acciones finalizarán con una conmemoración a las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 cuando, en un contexto bien distinto, la movilización popular terminaba con el gobierno de Fernando De la Rúa. La policía, en 2001, no se autoacuartelaba. Estaba ocupada en reprimir.
