La marcha del 8M fue sustancialmente otra. Otra composición. Otros referentes en primer plano. Otra agenda. La movilización de cierre del Paro Internacional de Mujeres tuvo la contundencia de siempre, la multitud que la caracteriza, los colores, la dinámica habitual. Fue sin embargo, especialmente, la marcha de las mujeres trabajadoras. Y no todas, sino primordialmente las mujeres y las disidencias precarizadas.
Esta vez, el eje estuvo puesto en la vida de las mujeres de los barrios de Paraná, en sus dilemas, sus problemas cotidianos, en la gestión de la vida en la pobreza. Fue un 8M de clase. De clase trabajadora tal como el Siglo XXI presenta el mundo laboral. La marcha tuvo más enfoque en la comunidad, en la organización en torno a los movimientos sociales. Hubo más carteles, más banderas, menos espacio para la experiencia individual frente al patriarcado.
El documento que firmaron las organizaciones nucleadas en la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries, junto a las de la Multisectorial de Mujeres Entrerrianas subrayó, en primer lugar, el impacto del capitalismo y la pandemia en la población más vulnerable. Se destacó el rol de las mujeres en ese marco, al frente de los comedores comunitarios, los centros de salud, asumiendo el apoyo escolar y las tareas de cuidado en plena cuarentena.
Se aludió una y otra vez a las políticas públicas de ayuda social que nunca alcanzan, a la explotación laboral, los sueldos que devora la inflación, la precariedad que supone tener trabajo hoy y no saber si mañana está. Hubo reclamos por la administración de los Potenciar Trabajo entre otros programas de ayuda social; hubo precisiones al marcar falencias en la puesta en marcha del plan Acompañar, para mujeres víctimas de violencia de género; se exigió tierra, trabajo, vivienda.
Apareció con fuerza, en los carteles, la impugnación contra el racismo y la valorización de la “identidad marrón”, mestiza, rural, latina, inmigrante, parida por los pueblos originarios. Se insistió fuertemente en exigir Educación Sexual Integral, en el marco de una serie de planteos a la escuela pública en especial. Se exigió que se cumpla la ley de educación de la provincia y se garanticen los jardines maternales para los hijos de quienes estudian en las escuelas de jóvenes y adultos.
Se puso el foco especialmente en la niñez, la que habita los barrios. Se reclamó que se garantice plenamente la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) pero también el cumplimiento de todos los preceptos contemplados en la Ley de los 1000 días que se sancionó en el mismo momento.
Por primera vez fue tema de la marcha el narcotráfico. Se exigieron respuestas al Estado. Se exigió con fuerza la no criminalización de las mujeres y las disidencias en el marco de causas por narcomenudeo.
Al cierre de una performance, en Plaza Mansilla, alguien, al micrófono, reeditó la histórica consigna, versionada. Se pasó del “somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar” a “somos las nietas de las trabajadoras que no pudieron quemar”.
Una cantante trans, Mía Salas, llegó desde Río Cuarto. “Se tomó el colectivo apenas la invitamos”, contaron. Mía, vestida de verde brilloso, botas largas, energía suficiente para un público exigente y populoso, arrancó su repertorio con una canción, a primera vista, impropia para luchar contra el patriarcado. “Como toda mujer / tengo algo en común / soy celosa del hombre que amo, soy tan amante / impetuosa, rebelde y voraz / caprichosa, violenta y audaz”, arrancó Mía trayendo a Plaza Mansilla la Soy como toda mujer que hizo famosa María Martha Serra Lima. Celulares arriba, todas cantaron en el estribillo: “Como toda mujer /yo me entrego al amor / como toda”. Cantaron apasionadamente, sin que por tal cosa pueda el romanticismo sentirse reinventado.
Después hubo cumbia, hubo reggaeton, más cumbia, más Gilda. Hubo muchas mujeres acercándose a Mía, interrumpiendo con cariño, para tomarse una foto con la estrella de verde llegada de Córdoba. Las líderes históricas del feminismo local, que alguien pudo haber considerado hasta ayer “feminismo blanco”, fueron las primeras en salir a bailar.
Quienes somos
Un texto compartido al cierre del acto, ese texto que aludió a las nietas de las trabajadoras que no pudieron quemar, sintetizó cabalmente las identidades que este 8M pretendió expresar. Allí va.
Descargar Intervención cultural
El documento
Descargar 8M 2023 – SI NUESTRAS VIDAS NO VALEN, PRODUZCAN SIN NOSOTRAS_ES (1)
El documento de Juntas y a la Izquierda y el MST
Descargar documento mst y juntas y a la izquierda
