La procuradora adjunta y fiscal anticorrupción interina, Cecilia Goyeneche, se acerca a un final- que ella misma ha dejado transcender- termina con su destitución.
La notable cobertura en los principales medios de Capital Federal en las últimas semanas es un hecho novedoso que no se vio, por ejemplo, en el proceso que terminó con la destitución de Carlos Chiara Díaz, que sí quedó afuera del Poder Judicial por un órgano integrado exclusivamente por la política.
Todas las narraciones del caso Goyeneche, excepto la de la periodista de La Nación Paz Rodríguez Niell en la última etapa del proceso; y el colega entrerriano Juan Bracco para Infobae, que tomó el tema recién hace unos días; todo lo demás es prender un grabador, que se encienda una cámara y que la procuradora diga lo que quiera. No será interrumpida ni corregida. Toda su versión se publicará y emitirá en textual.
Sobre el número de publicaciones ya se perdió la cuenta. Se le hicieron varias entrevistas, se publicaron apoyos y se borró en buena parte de las crónicas a los abogados que la denunciaron. Sólo el periodista Carlos Pagni se lo preguntó y la respuesta de la fiscal fue: “Dos abogados de la causa contratos”. Lo que no es cierto.
Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet, ambos de origen radical cercanos a Juntos por el Cambio, son también quienes llevaron a los tribunales a Sergio Urribarri, condenado el 8 de abril pasado por causas de corrupción a ochos años de prisión efectiva e inahbilitación perpetua para ejercer cargos públicos. La idea inicial en la estrategia comunicacional era que el jury operaba como amedrentamiento para el Ministerio Público Fiscal. Sucedió que lo del ex gobernador se convirtió en un hecho inédito: fue sentenciado con prisión efectiva y, como si fuera poco, durante la vigencia de gobiernos peronistas en los niveles nacional y provincial. Es así que se debió cambiar el discurso: el jury es, ahora, una venganza. ¿Y qué hacemos con los denunciantes? Se los borra.
Goyeneche cuenta, además de una estructura jurídica en Buenos Aires, con la colaboración de un experto en comunicación a nivel nacional. Se trata del reconocido consultor y publicista a nivel nacional, Carlos Fara.
Además de consultor político, especialista en opinión pública, campañas electorales y comunicación de gobierno, ha participado en más de 160 campañas electorales en Argentina y Latinoamérica. En 2010 recibió el Premio Aristóteles a la Excelencia 2010. Fue presidente de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos (ALaCoP) y el primero en presidir la Asociación Argentina de Consultores Políticos (AsACoP). Nada de andar politizando el proceso.
Fara hace mucho tiempo que trabaja para el radicalismo nacional. En Entre Ríos prestó servicios en las campañas para el candidato a la gobernación, Atilio Benedetti.
La idea de que Goyeneche había acudido a un publicista en Buenos Aires nunca tuvo otro volumen que el del rumor, pero la insistencia en la red social brindándole su apoyo, incluso a través del perfil Justicia para Cecilia Goyeneche, agranda el espacio para lo que se sospecha. Desde Pagina Política se tomó contacto con el consultor, quien se limitó a responder: “Por ese tema no puedo opinar por confidencialidad profesional”.
Un repaso por el Twitter personal de Fara llama poderosamente la atención la dedicación, casi exclusiva, al tema. Tuitea y retuitea todos los apoyos que ha recibido la fiscal, las notas publicadas que la favorecen y también se encargó de difundir las entrevistas que Goyeneche daría o con qué periodista estaría en las próximas horas.
Algunas capturas de pantalla y el Twitter para graficar de lo que estamos hablando.
El Twitter:
Fuente: Página Política
