Una especie de pasacalles eran sostenidos este jueves por cuatro mujeres en la vereda de tribunales, de frente a la explanada de Casa de Gobierno. La leyenda estampada en las bolsas de nailon pintadas sin cuidado por un rústico aerosol negro y otro rojo cargaba contra el senador nacional Guillermo Guastavino.
¿Cuáles son los motivos de este escrache?, preguntó un cronista de Página Política que pasaba por el lugar y se encontró con la manifestación. “Pusieron a una concejal como jefa del Registro Civil”, fue la respuesta.
El conflicto es en el organismo de Larroque, departamento Gualeguaychú. Y no es de ahora, sino de meses. Tampoco es un problema meramente administrativo, sino político. En rigor, desnuda la interna peronista de la ciudad que, también, tiene su rebote en la interna provincial.
La concejal oficialista Valeria Gette quedó al frente del registro por decisión del intendente de la ciudad Raúl Riganti. Cuando designó a la edil, las empleadas Claudia Gómez y Mariela Benítez pusieron el grito en el cielo. Hicieron un escándalo en el pueblo y denunciaron a Gette por cobrar cuatro sueldos del Estado: el de concejal, otro como docente, el del registro y otro como proveedora del Estado, que no pudieron precisar.
El secretario de Justicia de la provincia, Rubén Virué, intentó detener esa designación y viajó a su ciudad. No tuvo suerte. El gobernador Sergio Urribarri firmó una resolución y avaló lo decidido por el intendente.
Virué y Riganti tienen un enfrentamiento de años en Larroque. Disputa que haya en la ciudad, encuentra a los dirigentes dando la pelea. El Club Sportivo Larroque volvió a enfrentarlos. El funcionario provincial se quedó con la comisión directiva de la entidad deportiva.
Un detalle: Riganti llegó por primera vez a la Municipalidad con Virué como viceintendente. Luego, desempeñó funciones en Buenos Aires bajo la órbita del secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zanini. Cuando el secretario de Justicia fue designado en la provincia se lo presentó como un hombre cercano a Guastavino.
Las mujeres que cuestionaban la figura del senador nacional fueron mandadas por Virué. Al menos fue lo que respondieron a Página Política cuando se las consultó. Se les dijo que quien preguntaba era de un medio de prensa. No se inmutaron. ¿Que pasó entonces entre ellos?
Hasta acá: gente de Virué cuestionando a Guastavino por una decisión de Riganti. Pero hay un cuarto dirigente y funcionario en esta historia: el ministro de Gobierno, Adán Bahl. Al lado de las pancartas de las “chicas de Virué” había otra que también recriminaba a Bahl que deje de bancar a la concejal puesta al frente del Registro Civil (ver foto). Nadie la sostenía. Se les preguntó, y las mujeres contestaron: “Son de la contra. No sé”. Una foto de Larroque que esta semana llegó a Paraná.
