
Las noticias, de la otra costa, suelen llegar con demora. Aún con la explosión de los medios en Internet.
El intendente de Concepción del Uruguay, Carlos Schepens, abrió el sábado pasado el período de sesiones ordinarias y aprovechó la ocasión para explicitar las intenciones del peronismo local que es encabezar la fórmula. Llamó a la ciudadanía a “respaldar un gobernador uruguayense”.
No es la primera vez que desde Uruguay se pide un lugar de privilegio para la próxima estructura de gobierno. Los importantes guarismos en uno de los territorios más populosos de la provincia son el sustento de ese reclamo.
Carlos José Scelzi, de los dirigentes de más peso en el PJ uruguayense, dio los posibles nombres para suceder a Sergio Urribarri: el diputado Marcelo Bisogni; y el ministro de Educación, Eduardo Lauritto.
El titular de la cartera educativa está en los planes de cualquier propuesta en el seno del oficialismo. Es una pieza indispensable: tiene buena imagen y se lo puede bajar del cargo aún ya pasada la elección.
Sin una gestión publicitada en la vicegobernación y menos aún en el Ministerio de Educación, el ex intendente está en los primeros lugares de cualquier encuesta. Cuando aparece en los medios es para contrarrestar conflictos. Las paritarias, por citar un ejemplo.
Lauritto también alienta una proyección a lo largo y ancho de Entre Ríos de algún dirigente de su terruño. “El peronismo local se cansó de darle triunfos al justicialismo provincial”, se despachó en el acto del Día de la Lealtad, el año pasado. Esa muletilla la repite a diario.
El ministro, sin embargo, no da señales de querer aspirar a un cargo. Pero sus movimientos políticos sugieren. Se ha reunido con Schepens para avanzar en gestiones para el municipio, como así también ha recepcionado preocupaciones de fuerzas vivas de la ciudad como el colectivo “En Defensa del Patrimonio Uruguayense”. Una mirada muy local para alguien que tiene aspiraciones al cargo mayor de la provincia. ¿Tiene, verdaderamente, esas aspiraciones?
En caso que Lauritto dé la pelea por la intendencia, su figura será preponderante en la interna provincial. El ministro arrastraría un importante volumen de votos para quien dispute la gobernación. También de la decisión se juega buena parte de la suerte de Bisogni.