Unas horas después del Día de la Soberanía, el gobierno nacional publicó el Decreto Nº 1.880/2011 por el cual se crea el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. Tiene por fin “estudiar, investigar y difundir la vida y la obra de personalidades y circunstancias destacadas de nuestra historia que no han recibido el reconocimiento adecuado en un ámbito institucional de carácter académico, acorde con las rigurosas exigencias del saber científico”, según lo expresa la norma.
El decreto designa a Mario O’ Donnell como presidente del organismo creado por el decreto que lleva las firmas de Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández y los ministros Amado Boudou y Alberto Sileoni.
“El peronismo siempre se presenta como un movimiento fundacional. Así fue en el primer peronismo, en el ‘45, como en el menemato y ahora con el cristinismo”, dijo el profesor de Historia, Juan Vilar, como prólogo a su lectura respecto de la decisión oficial.
“Por eso el gobierno ha creado este instituto. Creo que el sentido final es crear una nueva historia nacional. Si este proceso del cristinismo perdura, a la larga terminará por incluirse en los textos escolares”, dijo preocupado Vilar.
Expuso que, en efecto, en la Argentina, durante un siglo, hubo “una historia oficial, liberal, mitrista bajo la cual se organizó el estado en un sentido determinado, con una determinada perspectiva política”. Cuestionó eso y, también, que ahora se avance con este instituto que “indica bien claramente que se parte de una visión dicotómica de nuestro pasado en el que, por un lado están los héroes y por otro los villanos”, ironizó el docente de la Facultad de Ciencias de la Educación.
Criticó además que el decreto liste a “cinco o seis figuras (José de San Martín, Martín Guemes, José Gervasio Artigas, Estanislao López, Francisco Ramírez; Ángel Vicente Chacho Peñaloza, Felipe Varela, Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas, Hipólito Yrigoyen, Juan Perón, entre otros) que supuestamente necesitan ser reivindicadas como si no ha habido y no hay suficientes investigaciones científicas serias y también de divulgación que han reivindicado ampliamente y han puesto en su justa dimensión a estos próceres”, subrayó Vilar que destacó que a esta altura de la investigación científica histórica ya han sido “corregidas y superadas” no sólo la historia de tradición liberal si no también la del “revisionismo tradicional de (Carlos) Ibarguren y (Julio) Irazusta y otros”, informó.
Peronismos
“El menemato impuso una cultura pragmática, exitista, que perdura mucho. El kirchnerismo avanzó de otro modo”, en lo de presentarse como movimiento fundacional, con un relato que lo ubique como protagonista, como bisagra histórica. “Se han cooptado intelectuales destacados, de peso”, advirtió interpretando a su modo, descalificando, la adhesión al kirchnerismo de esos pensadores.
Comparó el presente con la época de los gobiernos de Juan Domingo Perón, de mediados de siglo XX: “Había cuatro institutos del Profesorado en todo el país. Lo que se hacía era reemplazar y cesantear a los docentes de perspectiva liberal por los revisionistas. En las universidades pasaba algo parecido” y remarcó que “en este intento, está expresado muy claramente el mismo objetivo” concluyó de la lectura del decreto que crea el Instituto.
En opinión de Vilar, el Estado “debiera ser totalmente prescindente” de la investigación histórica para, en cambio, “a través de becas, de investigaciones, del Conicet y demás promover la investigación de nuestro pasado y nuestro presente”, sostuvo. “Así se hace, de algún modo, pero desde una determinada línea que busca recuperar lo que sería, supuestamente, lo nacional y popular”, concluyó.
Para finalizar, cuestionó: “El kirchnerismo tomó el gobierno en una situación desastrosa y todo lo cuenta a partir del 2003. Del 2003 para adelante. De 2003 para atrás no hay más que una nebulosa trágica.