El “principio de acuerdo”, alcanzado la semana pasada con bonistas que habían denunciado al Estado provincial en los tribunales de Nueva York, ocupó un espacio relevante en el discurso del gobernador Gustavo Bordet ante la Asamblea Legislativa de este lunes.
Se trata de la deuda emitida en 2017, con un bono de 500 millones de dólares pagaderos en tres amortizaciones en los años 2023, 2024 y 2025, con una tasa de interés de 8,75%. “Era la única manera que teníamos de financiar el déficit”, aseguró el mandatario.
Luego buscó justificar el default en el que cayó la provincia en agosto del año pasado. “A la fecha de emisión de ese bono, las condiciones que afectaron al país y a la provincia eran imposibles de prever: una gran devaluación en 2018 fue seguida de una aguda recesión que llevaron al gobierno anterior a recibir el rescate más grande de la historia del FMI y a imponer estrictos controles cambiarios en 2019. A esta crisis se le sumó la pandemia en 2020. Por eso iniciamos un proceso de reestructuración de esa deuda, actuando de buena fe para alcanzar los acuerdos que no comprometieran las situación financiera de la provincia, agravada por la pandemia”, sostuvo.
En el acuerdo con los bonistas “logramos duplicar el plazo de amortización de la deuda y reducir sustancialmente la tasa de interés de 8,75 a 6,90 promedio. Es una reestructuración exitosa de la deuda, que mejora las condiciones para el desarrollo de las políticas públicas que necesita Entre Ríos”, destacó y valoró el acompañamiento del gobierno nacional y la «articulación permanente» con las demás provincias.
“Siempre primó el objetivo de cuidar los intereses de nuestra provincia y nuestra gente. El tiempo demuestra una vez más que su hubiéramos seguido las recomendaciones de los que se encargaban de atacar la estrategia oficial solidarizándose con los intereses foráneos que no son los de los entrerrianos, nuestra provincia hubiera asumido condiciones muy perjudiciales y muy difíciles de honrar”, cuestionó.
Fuente: Página Política




