En Entre Ríos, las elecciones intermedias para elegir legisladores nacionales siempre fueron las más simples. Las más fáciles de comprender para el elector. Porque los cargos provinciales y municipales se renuevan cada cuatro años, todos juntos, en coincidencia con el año que se vota presidente. En las legislativas intermedias, en cambio, la elección se volvía sumamente sencilla: sólo había que elegir una lista de diputados y, cada tanto, también de senadores, que se votan cada seis años. La elección intermedia fue siempre la ideal para el aprendizaje de quien votara por primera vez.
Pero la de este domingo se presenta como la elección intermedia más complicada y propensa a la confusión en estas cuatro décadas de continuidad democrática. Y no ya por los errores que puedan derivarse del cambio en el instrumento de votación, con la adopción de la boleta única de papel (BUP), sino por una razón de fondo: el modo en el que las distintas fuerzas políticas entrerrianas resolvieron armar su oferta electoral.
En realidad, estrenar la BUP en una elección intermedia, en la que sólo se vota a tres senadores y cinco diputados nacionales, es un acierto. El sistema no es complicado, pero como todo cambio, requiere de práctica y su estreno este domingo podrá operar como un entrenamiento en el uso del nuevo instrumento que también se utilizará por primera vez en las elecciones generales de 2027, esta vez para elegir a un mar de candidatos que se postularán para gobernador, intendentes, senadores y diputados provinciales, concejales.
El problema no es la BUP. No es el instrumento sino el contenido. La oferta electoral resulta difícil de interpretar, se quiera votar al oficialismo o a la oposición.
En 2023, las opciones estaban más claras. De un lado, el entonces oficialismo peronista que quería retener la provincia. Del otro, Juntos por Entre Ríos que con Rogelio Frigerio iba por la gobernación. Esa tarea se le complicó un poco porque en una elección provincial que fue simultánea con la nacional, Javier Milei le robó votos por derecha arrastrando a toda la boleta sábana partidaria de la emergente La Libertad Avanza.
Ahora la identificación de la oferta electoral es más difícil para el elector, a saber:
¿Cómo hago para votar a Frigerio?
Es complicado. A simple vista, no se ve en la BUP rastro alguno de lo que en 2023 fue Juntos por Entre Ríos. La alianza de UCR, PRO, Partido Socialista y Movimiento Social Entrerriano, que resultó la más votada hace apenas dos años, hoy está aspirada por LLA, camuflada en la Alianza La Libertad Avanza.
En el extremo derecho de la BUP, se puede observar un águila que picotea la leyenda “La Libertad Avanza”, sobre un fondo violeta. Arriba está el número 502 y el nombre Alianza La Libertad Avanza.
Abajo se ven dos caritas desconocidas, que debutan en política, con sus nombres al pie: Benegas Lynch, Joaquín Alberto y Almeida, Romina María.
Son los dos candidatos a senadores. Los dos son de LLA, como bien advierte el nombre, el águila y el color.
Más abajo, aparecen las otras dos caritas, que corresponden a los candidatos a diputados nacionales. El primero es Laumann, Andrés Ariel. Si, el mismo que hace dos años fue viral cuando ocultó su rostro con una careta de Batman para proponerse como candidato a intendente de Paraná en la lista de Milei.
Recién en la cuarta y última carita de la propuesta del águila aparece la única imagen que remite al gobierno de Frigerio: sonríe junto a Batman la presidenta del Consejo General de Educación, Alicia Fregonese. Pocos deben recordar que ya fue diputada. Es más probable que su cara en la BUP despierte algún tipo de reacción entre los docentes, para bien o para mal.
Para certificar que es Fregonese, hay que leer su nombre después del de Laumann y antes del de Darío Schneider, el único candidato de la UCR con posibilidades de llegar al Congreso, porque el que gana las elecciones puede llevar tres diputados. Es decir, el único candidato radical llegará al Congreso sólo en el caso de un triunfo.
El ministro de Planeamiento de Frigerio viene de ganar en agosto la interna partidaria y es uno de los rostros nuevos del radicalismo con ambición por la gobernación. Pero su cara no se ve en la BUP.
El voto al frigerismo viene difícil en la BUP de este domingo. Y no es por culpa de la BUP. Quien quiera apoyar la gestión Frigerio tendrá que votar al ágila, con todo lo que eso significa.
¿Cómo hago para votar al peronismo?
La pregunta es a cuál peronismo. Porque hay cuatro listas encabezadas por peronistas, como consecuencia de que el partido más importante de Entre Ríos no logró –en la oposición tras 20 años consecutivos de gobierno– renovar sus liderazgos en una interna, tras la suspensión de las PASO.
Pero a los efectos de la confusión que se le genera al votante, basta con mencionar que, bien recostada a la derecha de la BUP, pegada al ágila, está la lista oficial del PJ pero sin el nombre y los signos partidarios.
Se prefieren llamar Fuerza Entre Ríos, que para el ciudadano común es como decir nada. Una expresión de aliento a la provincia en la que todos vamos a estar de acuerdo. En rigor, el nombre remite a Fuerza Patria, lema que lleva el PJ en 14 distritos, un dato fino que sólo conocen los dirigentes y que ignoran hasta muchos de los propios militantes.
Al menos aquí aparece, arriba, en el casillero para el Senado, un rostro conocido: el de Adán Bahl, último candidato a gobernador del peronismo.
Y, a la cabeza de la lista de diputados, la figura de Guillermo Michel, la cara nueva que ofrece el peronismo en Entre Ríos y que perdió la oportunidad de legitimarse en una interna.
La columna que en la BUP aparece a la izquierda de la del PJ (que no se llama PJ) también propone candidatos peronistas: el ex senador nacional menemista Héctor Maya y el ex diputado provincial Gustavo Guzmán. Por separado, ambos intentaron competir en la interna del PJ, pero sus listas fueron rechazadas por insuficiencia de avales.
Es probablemente la opción más confusa para el elector desprevenido, porque ambos aparecen debajo de una rosa roja, el símbolo del Partido Socialista que así se presenta con su histórico número 50. El PS era en 2023 parte de la alianza que llevó a Frigerio al poder y ahora se fueron por sus diferencias con Milei, pero llevan como cabeza de lista a dos dirigentes peronistas de derecha. Confuso para los peronistas, confuso para los socialistas. Una sociedad política impensada que cuesta entender.
En la columna que sigue para la izquierda se ve una opción electoral con un nombre indescifrable, quizá enigmático: Ahora 503. Una forma de llamar a la nada misma, derivado de una disputa con el PJ por el nombre de lo que originalmente se nominó Ahora la Patria, como se detalla en la siguiente nota:
Es decir, un dato que sólo pueden conocer los militantes del espacio que se presenta a elecciones con el sello del Frente Grande y el Movimiento por Todos, dos partidos menores que venían fungiendo de aliados satélites al PJ en las últimas dos décadas.
Lo que más puede ayudar aquí para la identificación es el rostro de la actual diputada nacional Carolina Gaillard que se postula para el Senado. Su alta exposición en el Congreso –sólo conocida por quienes siguen la política– puede traer la idea de que aquí hay una opción “por izquierda”, kirchnerista, a la lista del PJ que identifican con Sergio Massa.
Esa idea se refuerza con la cara de la ex diputada provincial Paola Rubattino para Diputados. Siempre, claro, que se sepa quién es Rubattino, mucho menos conocida aún que Gaillard. Gaillard integra la condución del PJ, pero compite en contra de su partido y no porque no haya podido participar de la interna que no fue: no quiso hacerlo, no presentó lista y por lo tanto no puede denunciar «proscripción», como lo hicieron Maya y Guzmán ¿Se entiende?
La cosa no mejora si la vista se corre una columna a la izquierda en la BUP. Ahí se lee Unión Popular Federal, un sello que ha pasado por tantas variantes políticas en Entre Ríos que carece por completo de significado.
Pero el rostro que encabeza la lista es conocido: Emilio Martínez Garbino. Se trata claro, de un conocimiento limitado a los votantes de más de 50 años. Es un caso similar al de Maya. Ambos fueron candidatos a gobernador en otra vida, allá por finales del siglo pasado y principios del actual. Y ahora resolvieron volver al ruedo pero en formatos curiosos: Maya con el Partido Socialista y Martínez Garbino con un sello que no dice nada pero con una construcción política que implica, antes que una opción peronista, un desprendimiento del frigerismo. Confuso ¿verdad?
Lo único claro
La BUP se completa con las dos opciones de la izquierda, que el azar del sorteo ubicó justamente en el extremo izquierdo de la BUP.
Una izquierda anticapitalista que a lo largo de las décadas de democracia no le encuentra la vuelta para representar al pueblo oprimido por el injusto sistema y no logra ponerse de acuerdo para unificar una propuesta electoral.
El grueso del electorado está en las cinco columnas que se extienden para la derecha, de la cuales, cuatro están encabezadas por peronistas hasta llegar al águila que, como corresponde, revolotea en el extremo derecho de la BUP. El azar del sorteo para la ubicación de las listas en la BUP fue el único que jugó a favor de una mínima orientación para el elector entrerriano.
Pero la confusión es la regla. El radical que busque el rojo no lo encontrará más que en las dos opciones de izquierda y en una franja de la opción del PJ que se viste con la bandera de Entre Ríos. Lo más parecido al amarillo del PRO está en la lista kirchnerista 503. Y el color celeste del peronismo se reparte entre una lista del PJ que no dice que es PJ y un desprendimiento del frigerismo con nombre de fantasía.
Además de la izquierda, en la BUP entrerriana lo único que está claro en su color, en sus símbolos, en su nombre, en sus cabeza de lista de LLA y hasta en su ubicación en la extrema derecha de la BUP, es el voto a Milei.
Fuente: Página Política










