La visión que mandó todo este tiempo en el oficialismo entrerriano es que la elección de este 26 de octubre es nacional y tiene poco que ver con la provincia, porque lo que se plebiscita es el gobierno de Javier Milei. La lectura encuentra eco en la historia, porque es la que ha predominado en las elecciones de mitad de mandato en Entre Ríos.

Pero además se refuerza por el modo en que el oficialismo provincial decidió competir en este turno electoral: licuado dentro de la alianza con La Libertad Avanza (LLA), que encabeza la oferta electoral con sus candidatos, sus colores y sus símbolos y hasta su nombre. Cuesta hallar algún rastro del gobernador Rogelio Frigerio en la boleta única de papel (BUP) con la que se votará este domingo en Entre Ríos.

En una disputa polarizada, el voto se busca con dos consignas: “Frenemos a Milei”, dice el peronismo; “Evitemos el regreso del kirchnerismo”, plantea el oficialismo.

Debe suponerse, entonces, que el resultado electoral en Entre Ríos estará más influido por la marcha de la economía; que afectarán más los vínculos con el narcotráfico del candidato fallido José Luis Espert o los audios sobre coimas en lo más alto del entorno presidencial que los pozos en las rutas entrerrianas, el nivel salarial en el Estado o las internas irresueltas en el oficialismo y en la oposición.

Es difícil medir hasta qué punto se nacionaliza o provincializa el voto. Pero esas variables se usarán, según convengan, este domingo a la noche.

En la lectura del resultado, la visión de la elección se podría modificar de acuerdo a cómo quede Entre Ríos respecto del resto del país. En particular, en la comparación con lo que ocurra en otros distritos en los que LLA cerró acuerdos con gobernadores: Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco), Jorge Macri (CABA).

 

Triunfo oficialista

Si gana la Alianza La Libertad Avanza (ALLA), Frigerio podría sumarse al triunfo, porque le puso el cuerpo a la campaña, particularmente en el último tramo cuando el triunfo que se pronosticaba hace unos meses se empezó a poner en dudas por una sucesión de errores no forzados del presidente Javier Milei y la incertidumbre económica, que ni siquiera logró disipar el inédito auxilio del gobierno de Estados Unidos.

Basta con ver la centralidad política que ocupó el Gobernador, cerrando los actos de campaña de la alianza oficialista que lleva listas encabezadas por candidatos de poco vuelo político propio. El flyer del cierre de campaña es un muy claro ejemplo. Frigerio es el único que no necesita presentación, el único que no es candidato y el que está al frente:

En el caso de un triunfo, el Gobernador sería la figura más importante del festejo de este domingo y saldría bien parado para iniciar la segunda mitad de su mandato.

Pero si el triunfo de ALLA en Entre Ríos se produjera en medio de resultados desfavorables en otras provincias –en particular en las que hay alianza con el gobernador– Frigerio se podría directamente adjudicar la victoria.

En ese caso, el diferencial positivo de Entre Ríos sería el Gobernador. Nadie podría afirmar que la diferencia favorable fue aportada por las cabezas de las dos listas, muy poco conocidas entre el electorado provincial. De algún modo, la elección se habría provincializado.

Del lado del peronismo de Entre Ríos, el peor escenario sería justamente este: un triunfo de ALLA pero con Milei perdiendo en la mayoría del país. La lectura sería que dos dirigentes de la primera línea del PJ entrerriano como Adán Bahl y Guillermo Michel no tuvieron lo suficiente para vencer a un oficialismo derrotado en la mayoría del país. Quedarían mal parados para la pelea por la gobernación en 2027 y Frigerio saldría fortalecido para su reelección.

Seguramente se cargarían culpas a la división del peronismo, que habría que verificar si resultan fundadas midiendo los votos restados por las listas lideradas por Carolina Gaillard y Héctor Maya. Y cuánto dicen esos resultados sobre la interna peronista que nunca fue y que se volvería a encender de cara a 2027.

Si en Entre Ríos gana ALLA, pero también en Chaco y/o Mendoza, el PJ provincial podrá, en cambio, amortiguar su derrota. Pero debería admitir la importancia de Frigerio en el resultado, si es que Milei pierde en otras provincias donde compite solo. Si, por el contrario, Milei gana en la mayoría del país, dirán que no pudieron con la nacionalización de la elección.

 

Derrota oficialista

Si ALLA pierde la elección, Frigerio podría culpar a Milei. Tendrá un documento contundente para marcar distancia de una eventual derrota: la propia BUP, donde sus candidatos no encabezan las listas y el frente que lo llevó a la gobernación hace apenas dos años brilla por su ausencia en el nombre, los símbolos y los colores de la alianza electoral.

Si cae ALLA en Entre Ríos, pero también en el resto del país, no podrán decir Bahl y Michel que ganaron la elección. La lectura obligada será que perdió el gobierno nacional, que no superó el plebiscito de su gestión. El PJ, en todo caso, habrá ligado un triunfo por defecto ajeno y no por mérito propio.

El mejor escenario para el PJ entrerriano es que ALLA pierda, pero sólo en Entre Ríos y no en Chaco o Mendoza. Habrá fallado la pata local: los candidatos y el gobernador.

En cualquier caso, si a Frigerio lo que le toca es la derrota, mejor que sea en alianza con Milei y no compitiendo solo en un escenario de tercios que lo exponía incluso a quedar en tercer lugar, por el alto porcentaje de electorado compartido entre Juntos por Entre Ríos y LLA.

El frente electoral habrá operado como un reductor de daños para completar en mejores términos su gobierno y hasta mantener expectativas de reelección.

Las comparaciones son siempre complejas, imperfectas, porque cotejan distritos con historia y presentes políticos distintos. Pero el contexto nacional siempre sirve para interpretar mejor qué efectos puede tener un resultado en una elección distrital como la de este domingo.

 

Fuente: Página Política