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El impuesto a la herencia fue el eje del debate

Diputados convirtió en ley el Programa de Desarrollo de Infraestructura Social. En la sesión, oficialismo y oposición se cruzaron por el Impuesto a la Herencia que se crea con destino a desarrollo del plan.
Bloque de la UCR en Diputados

El impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes (impuesto a la herencia) fue el eje del debate entre oficialismo y oposición en la sesión de Diputados que convirtió en ley el Programa de Desarrollo de Infraestructura Social que tiene por fin la erradicación de las viviendas precarias en Entre Ríos.

La iniciativa impulsada por Sergio Urribarri, que en 48 horas pasó su trámite legislativo, fue votada en general por la totalidad de las bancadas, con la excepción del socialista Lisandro Viale que pidió abstenerse y decidió no votar cuando se le negó esa posibilidad. Las disidencias se plantearon con el tratamiento en particular de la iniciativa y al momento de debatir el nuevo tributo.

El oficialismo, en la voz de Edgardo Jakimchuk como miembro informante y de Juan José Albornoz que tuvo a su cargo la réplica a la oposición, centró el argumento en asumir el déficit en materia de vivienda y en explicitar el objetivo de “sacarle a los que más tienen para asistir a los que no tienen nada”.

El legislador de Concordia repasó, en los presupuestos, la “inversión creciente en materia social” que habría aumentado en más de un 300 por ciento.

“Este programa que vamos a poner en marcha está dedicado al segmento social más vulnerable. Es un problema que tiene que ver con la mala distribución del ingreso y de la riqueza. Los excelentes indicadores económicos no han alcanzado para que este segmento de hermanos entrerrianos pueda alcanzar una vivienda digna”, subrayó el legislador. En ese mismo plano, argumentó la necesidad del tributo: “Necesitamos recursos. Este proyecto plantea la creación de un fondo para la infraestructura social. Recursos fundamentalmente de la Nación, de la provincia, de los municipios y de lo recaudado por la transferencia gratuita de bienes”, detalló.

Dijo que “una herencia es un privilegio” y supuso el acuerdo respecto a que “genera desigualdad social y por lo tanto consideramos que la herencia debe ser gravada para atenuar esta desigualdad”.

Manifestó la opinión de la bancada oficialista de “que el impuesto a la herencia es una herramienta distributiva”.

Disidencias

La diputa Rosario Romero, del Frente Entrerriano Federal, fue a doctrina tributaria que desaconseja la aplicación del tributo porque sería de difícil aplicación para alcanzar a las grandes fortunas, a la vez que no sería relevante la cifra posible de recaudar, para lo cual mencionó los datos de la provincia de Buenos Aires que se tomó como modelo.

Cuestionó además la tabla con la que se aplicaría el gravamen. Aseguró que de este modo, el tributo terminará por afectar a la clase media. Impugnó además aspectos formales y tomó nota específicamente de errores en el proyecto que provienen de tomar literalmente el proyecto de la provincia de Daniel Scioli que a su vez lo tomó de una norma vetusta.

La diputada del FAP, María Emma Bargagna, centro su argumento para votar en contra del tributo en su experiencia como abogada. Advirtió que la norma, al modo en que ha sido redactada, suscitará conflictos judiciales y, junto con Romero, cuestionó que se habilite a la ATER a tomar como valor de los bienes transferidos al más alto en el cotejo entre el valor fiscal y el valor de mercado. Se preguntó, en este sentido, de qué modo se fija el precio, en el segundo caso.

El presidente de la bancada radical, Agustín Federik, eligió un tono más polémico. Irónico, saludó que se asuma “el déficit de vivienda tras nueve años de crecimiento a tasas chinas”. Dijo considerar que “el impuesto a la herencia es un impuesto progresista” y mencionó que fue en tiempos de Raúl Alfonsín que se impulsó y que el peronismo impidió su tratamiento en el Senado que controlaba entonces.

Para Federik, que reparó en las cinco reformas a la política tributaria en tiempos de Urribarri, “esto es un nuevo impuestazo al pueblo entrerriano tras la fachada de un proyecto loable” y aseguró que “ha llegado el agua al cuello de la capacidad contributiva de los entrerrianos”.

Hugo Vázquez, electo por el FEF e integrante de una bancada de dos miembros, estuvo presente pero no consideró necesario adelantar ni argumentar su voto, favorable en general y en particular.

El más duro con la propuesta fue el socialista Lisandro Viale que fue a quien se dirigieron las réplicas más enfáticas desde el oficialismo. Pidió abstenerse de votar –atribución que le fue rechazada por el oficialismo- y reclamó que la propuesta sea tratada en comisión.

Preguntó por el modo en que se elegirán los beneficiarios del programa y dijo entrever un intento de hacer clientelismo en un año electoral. Cuestionó que no se hayan previsto ámbitos de participación social en el diseño e implementación del programa; criticó que se saque el proyecto “entre gallos y medianoche”, en pleno enero cuando no están los equipos de asesores para analizar un texto de esta magnitud.

“Esto tiene dos patas: una, la creación del programa; la otra, el impuesto a la herencia. La primera tiene tres páginas y la segunda pata tiene más de 15. Está claro que aunque vistamos a la mona de seda mona queda”, ironizó.

“Vamos a avanzar en un pedido de informes”, anunció. Reparó en que “el 27 de enero de 2009, se anunciaron más de 4 mil viviendas, 400 millones de pesos de inversión en un programa que iba a dar trabajo a 4 mil personas. El 17 de diciembre de 2010, en el marco de la ambición reeleccionista, se planteó un Plan Quinquenal que incluía 17mil nuevas viviendas. ¿Qué pasó? ¿Cuál es el estado de situación de esas casi 5 mil viviendas y de esas 17 mil? Si no se hicieron ni las 5 mil ni las 17 mil, ¿Por qué se van a hacer estas 6 mil?”, concluyó Viale que tuvo réplicas para todo pero no respecto de este punto.

Acerca del socialismo

“La máxima dificultad en construir una provincia distinta es chocar siempre con el terrorismo retórico que acabamos de escuchar”, prologó Jakimchuk la réplica oficialista.

“Se habla de un impuestazo. Es una barbaridad. La sociedad argentina considera progresiva la idea de gravar a los grandes patrimonios. No estamos acá para hacer una ley que grave a la gente que no tenga grandes fortunas, hombre!”, se ofuscó el diputado de Concordia que mencionó que se cobra “en todos los países centrales, en Chile, en Uruguay. Los herederos de Amalita no pagaron un mango, no pagó Macri, no pagó De Narváez. Obama llegó a plantear una alícuota del 55 por ciento, en Estados Unidos que es modelo para los amigos radicales”, dijo y Federik, a su turno, criticó duramente este argumento y marcó que “las relaciones carnales con Estados Unidos las inventó el peronismo”.

“Tenemos que discutir lo que es progresista en este país. Veremos quienes son progresistas. ¿Los que cuando hay que gravar a los que más tienen se abstienen?”, fustigó

“Tenemos un acuerdo general de que el Estado se haga presente en resolver este problema estructural de entrerrianos. Así como algunos nacen en cuna de oro, otros nacieron en la pobreza”, dijo Albornoz a su turno. Defendió “la decisión que seguramente puede ser perfectible en el tiempo, pero con decisión política, buscamos enfrentar la situación de hermanos que debiera conmover a cualquier entrerriano bien nacido”.

“Hay aspectos que iremos viendo en lo operativo y esto tiene que ver con gobernar. Hay muchos que no comprenden esto porque nunca han sido gobierno y otros que cuando lo fueron no pudieron transformar la realidad”, disparó el gualeyo.

“Hay quienes quieren pagarle más a los maestros pero no quieren crear un impuesto. Pretenden ponerse del lado de los que tienen necesidades pero se niegan a tocarle el bolsillo a los que más tienen. Así es imposible. A veces los que no nos llamamos socialistas, lo somos en la práctica”, dijo Albornoz que aseguró que en este país “están los argentinos que queremos condiciones de igualdad y están aquellos que sienten temor cuando ven a los humildes acceder a educación, a salud, a vivienda. Creen que esa posibilidad para los pobres podría poner en riesgo lo que ellos mismos tienen”.

“El bloque del socialismo está a favor de que se construyan viviendas sociales, pero no está de acuerdo que lo hagamos en verano. Es sorprendente un discurso tan contradictorio”, concluyó.

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