Emiliano Gómez Tutau es el secretario general del Movimiento Evita Entre Ríos y representante en la provincia del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social. Con 35 años, el referente de la organización social cree que hay vida para el 2023. En una entrevista con Página Política habló de una serie de temas que hoy están en la agenda.
-¿Por qué el peronismo entrerriano podría sostener un optimismo de cara a las elecciones de 2023 en un clima de crisis nacional que repercute en una provincia que inevitablemente tiene un desgaste después de 20 años de gobierno?
-Después de las crisis que comenzó en junio con la salida de Guzmán se abre un proceso de discusión en el Gobierno que permite estabilizar la situación y normalizar, de alguna manera, algunas variables de la economía en acuerdo con los Estados Unidos y sectores exportadores que se beneficiaron. Estamos hablando del sector productivo de la Región Centro, lo que generó una transferencia de recursos importantes, pero que permitió enderezar el barco. Eso permitió comenzar a crear una expectativa distinta dentro del Frente de Todos que ahora deberá demostrar previsibilidad. Esta estabilización del cuadro de situación nos permite pensar en el futuro.
-¿Ese plan de estabilización al que te referís, en el que hablás de transferencia de recursos y agreguemos el marcado ajuste, no es costoso para la base electoral de la coalición oficialista?
-Una de las tareas del Frente de Todos era institucionalizarlo, que no se logró, y la otra era estabilizar la economía. Éste último elemento traía un deterioro que se vio complicado de resolver por la falta de consenso interno del propio oficialismo. La coyuntura lleva a que se tengan que haber tomado medidas como la del dólar diferenciado para estabilizar. El programa de (Sergio) Massa es de urgencia. Había que resolver ya. De hecho sirvió. Los costos son menores de dónde veníamos. Y en esto Entre Ríos, como parte de lo que se conoce como zona núcleo, le termina ofreciendo al gobierno nacional un secretario (Juan José Bahillo), lo que implica que el gobierno de Gustavo Bordet tenga expectativas.
-En el peronismo entrerriano hay voces que hablan de un fin de ciclo, otros que es urgente repensar algunas cuestiones, y quienes entienden que hay que reformularse todo como fuerza política después de 20 años, donde la manera de gobernar fue similar, aunque con matices. ¿En cuál de esas posibilidades te enrolás?
-Lo que se agotó es un modelo, que es lo que venimos discutiendo en el Movimiento Evita. Este modelo, que entendemos que se acabó, es el que surge en el 2001 y que consiste en el derrame inducido. Esta idea de llegar al Estado, como hizo Néstor (Kirchner), romper el bipartidismo histórico, plantear transversalidades y a partir de ahí surgió el modelo económico que tuvo un enorme consenso: se consensuó que el neoliberalismo y su derrame nunca llegó, entonces Néstor creyó en un Estado fuerte que distribuya los excedentes. Lo que está en crisis es ese modelo de derrame inducido en el que el Estado distribuye, porque el Estado ya no tiene fuerza. Es lo que dice Cristina. Todo este tiempo viene diciendo, con sus formas, la impotencia que tiene la clase política para discutir nuevas ideas.
-¿Cuáles?
-Tenemos que discutir una matriz productiva, no ver cómo hacemos para que La Serenísima venda a un precio el sachet de leche. Cuando el Gobierno le pide que lo haga a un determinado precio los tipos se te cagan de risa, porque se le está pidiendo a un monopolio. Lo que tenés que pensar es cómo le pones a Mastellone centenares de usinas lácteas que le compren al tambero a 75 pesos el litro y no te lo lleven a 300, como ocurre hoy. Tenés una economía de Estado del 60 por ciento por la cual incidir en los precios. Si no desarmás la enorme concentración no hay forma. El modelo económico, que está agotado, es el que debilitó la política.
-Hubo, durante el kirchnerismo, procesos de fortaleza política que se expresaba en el Congreso con mayorías enormes que pudieron transformar estructuras jurídicas y económicas. Las épocas, en que en la voz de la oposición, el Poder Legislativo era comparado como una escribanía. ¿Qué pasó que no se transformó nada, o muy poco? En Entre Ríos ni hablar. Por Constitución tenés la mitad más uno.
-Primero porque no se creía que se debían hacer cambios. Hay una visión en el peronismo de amansar el capitalismo sin entender que hay empresas más fuertes que el propio Estado. Y vuelvo a lo anterior y la idea de quedarse sólo en la discusión de los excedentes. Cuando tenías la fuerza política para transformar la matriz productiva te dedicaste a discutir la distribución, que no estaba mal, claramente. Si teníamos 600 usinas lácteas y hoy tenés una, ¿qué pasó? Es lo que tenemos que discutir. Más aun cuando hay un consenso que Argentina, de acá a dos años, tiene para explotar Vaca Muerta, tenemos para exportar de gas lo mismo que de soja, tenemos la reserva más importante del litio, hay una exigencia alimentaria en buena parte del mundo y nosotros tenemos desde las economías regionales para exportar desde la industria del vino hasta los quesos. Hay un montón de condiciones para tener expectativa, pero la actual matriz productiva no va más. Hay un dato que me sorprendió: Argentina no califica para los programas de viviendas del BID porque la información que tienen es que acá no tenemos déficit habitacional, ¿con la crisis que tenemos, en este aspecto, no? Lo que sucede es que hay algo así como 5 millones de viviendas de más, seguramente inhabitadas y volcadas al negocio inmobiliario.
-Se tiene la sensación que en Entre Ríos, por el sistema en sí, no hay mucho más espacio que para administrar recursos y gestionar en Nación. ¿Qué discusión, sobre estos temas como una nueva matriz de producción, se pueden dar en la provincia?
-En primer lugar Entre Ríos tiene un lugar importante en el mapa de la producción. En segundo lugar tiene puertos, en los que Bordet ha trabajado mucho. Y en tercer lugar tiene un equilibrio demográfico muy bueno, en donde no hay grandes acumulaciones de población. El problema que todos visualizan es que el 70 por ciento de los campos que se producen no lo hacen los dueños sino que están arrendados. Bueno, ahí tenemos que tener una política de oportunidades para quienes viven acá y trabajen la tierra, y no que se los den a los grandes pooles de siembra. Hay condiciones para hacer mil chacras para producir con un modelo agroecológico. Estas cosas hay que empezar a hacerlas. Cambiar la ruralidad no se puede hacer en un año, lleva su tiempo, y hay que empezar a hacerlo. En la provincia hay un 7 u 8 por ciento de población en el campo. Empezar a cambiar estas cosas es discutir con el capitalismo, la concentración, un modelo.
-Otro tema. El narcotráfico. Las organizaciones sociales aparecen como la última herramienta para intentar tener un control en el territorio. ¿Cuál es el cuadro? ¿Hay una dimensión política de este drama en el oficialismo?
-El fenómeno no lo interpreta, hoy por hoy, la clase política en su conjunto. Claramente hay una desconexión entre lo político y lo social donde empieza a desaparecer la militancia. Cuando el militante dejó de ir al barrio para plantear valores, ética, expectativas; lo que ganó fue el narcotráfico. El narcotráfico, hay que entenderlo, es un dispositivo económico y político. El narco va al barrio y te hace la fiestita al nene a cambio de territorialidad. Pero este fenómeno dio un salto, ya no se desarrolla en los barrios populares, sino en la alta sociedad. Mirá Rosario. Los tipos se instalaron en otros ámbitos para desarrollar directamente mercados de capitales donde aparecen involucrados personajes de los tres poderes del Estado. La trama de penetración tiene una connotación incalculable, porque cuando el Estado, en sus tres poderes, no da soluciones, una red de narcotráfico se presenta como una salvación. Genera condiciones de vida, de modelo de éxito. Es tremendo.
-¿El año que viene, electoralmente, cómo la ves?
-Hay que ampliar el frente y entender que el programa de derrame inducido no es una alternativa. Cuando Máximo Kirchner dice que a Cristina no la ve como candidata suben los bonos un 9 por ciento y baja el riesgo país, está claro que el mercado quiere cancelar cualquier idea de distribución del ingreso. Por eso hay que ampliar la fuerza política ante la vuelta a un programa neoliberal, que es el que se está planteando enfrente. En cuanto a la ingeniería es importante la participación. Estoy de acuerdo con las PASO.
-¿Qué te parece la Boleta Única Papel y la posibilidad de tratarlo casi encima del cronograma electoral?
-Habla de la astucia de Bordet para generar una agenda. Lo hace con un tema que lo viene planteando hace mucho tiempo. Me parece interesante la BUP, pero hay una dificultad en el armado de un proyecto político valorizando personalidades. Ahí tengo contradicciones. De todas maneras creo que la iniciativa de Bordet es muy fuerte, porque obliga a la oposición a expresarse y construir consenso sobre algo importante, por eso digo que Rogelio Frigerio hace bordetismo y no le sale.
-¿Cómo es eso?
-Claro, construir consensos de centro. Mantener el equilibrio en un momento de crisis. Frigerio habla de consensos, pero no se sabe cuál es el consenso que hizo o que quiere hacer. Cuando lo quiso hacer, el propio jefe político lo cuestionó (N de la R: en referencia a Mauricio Macri, quien le endilgó una buena relación con peronistas). Bordet, en cambio, tuvo que gobernar Entre Ríos con una experiencia de derecha a nivel nacional y en plena crisis de representación de las fuerzas populares. Después le toca una novedad sin precedentes como la pandemia que trajo una inflación global. En todos estos procesos Bordet gobernó con consensos, hacia el interior de la fuerza pero también con la oposición, aprobándole por ejemplo los pliegos nada más ni nada menos que de los integrantes del Superior Tribunal de Justicia. Lo trabajó, lo consiguió y fue reelecto con el 58 con todos adentro antes que se constituyera el Frente de Todos a nivel nacional. Frigerio perdió en 2019 y (Elisa) Carrió le dijo que no era de la coalición. Ese consenso entre las diferentes líneas de la política y los sectores productivos como puede ser lo fabril, el tipo lo consiguió en plena crisis. Frigerio, de todo eso, no ha demostrado nada.
-¿El Movimiento Evita va a presentar candidatos?
-Lo va a hacer en Paraná. Vamos a presentar para la Intendencia. Lo mismo en Villaguay. En nueve ciudades cabeceras de departamento se están trabajando acuerdos. Para eso armamos un partido.
Fuente: Página Política
