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La nueva disyuntiva sobre la cuarentena

El incremento de contagios y la saturación del sistema de salud ponen en alerta a la política y la economía, pero también al devenir de la primera. El caso Gualeguaychú y el espejo de lo que hizo Colón. Horas tensas.

Los números en Entre Ríos son, con el correr de las horas, cada vez más alarmantes. En la comarca se repite lo que está sucediendo a nivel nacional. Este miércoles se superaron los 10 mil casos.

La responsabilidad individual como criterio para sostener una cuarentena más relajada no está dando resultados. Lo demuestran los números. A media mañana de este jueves se dio a conocer que en Entre Ríos se registraron 165 casos en la provincia, de los cuales 103 son de Paraná.

Martín Piaggio se vio envuelto en una polémica, incluso con un capítulo judicial, por haber retrocedido a la Fase 1 ante el incremento de casos, lo que repercute directamente en el sistema sanitario de la ciudad.

El Intendente de Gualeguaychú anunció el aislamiento estricto el viernes pasado. Se comenzó a aplicar y un comerciante fue a los tribunales para advertir que la medida no estaba sostenida bajo un marco normativo. Se daba en los hechos pero no en los papeles. Luego llegó la autorización de la Jefatura de Gabinete y la decisión del Juzgado Federal de esa ciudad, a cargo de Hernán Viri, declaró abstracto el planteo.

La disyuntiva entre la economía o la salud fue corrida por una sensación que la política está empezando a medir: el hartazgo de la gente. La fuerza pública no tiene la estructura para un control estricto de todo el territorio, pero además cualquier intervención de la fuerza puede ser calificada como un avance sobre los derechos individuales. Estaría faltando un tilingo acudiendo a los dichos de Eduardo Duhalde para decir que, en realidad, ya estamos casi en una dictadura. De hecho hubo movilizaciones convocadas por la oposición, solapadamente, diciendo que no convocaban pero que “tampoco podían prohibirle a la gente que se movilice”. Después del 17 de agosto salieron a pedir a coro que el Gobierno escuche a la gente que se movilizó. El oficialismo entrerriano no dijo nada oficialmente. La política hace encuestas. Mide.

Piaggio hizo lo políticamente incorrecto. Volvió a Fase 1. Los comerciantes hicieron públicas sus críticas. E incluso fueron a la Justicia. Este jueves, con la alarma encendida por el incremento de casos y el fallo adverso se movilizaron en caravana de autos bajo la consigna “El comercio no contagia”. Una periodista de esa ciudad lo resumió de la siguiente manera ante Página Política: “El problema no es la medida, sino la falta de diálogo con un sector muy fuerte en la ciudad como es el comercio”. Y agregó: “La gente no está de acuerdo, pero se quedó en su casa”.

En Paraná Adán Bahl dijo que todas las decisiones, legalmente, las resuelve el Estado provincial y Nación. En una entrevista con Radio UNER dijo: “La clave es el sistema de salud, no la decisión política del intendente, porque no tiene la facultad para hacerlo”. El procedimiento es el siguiente: la Municipalidad notifica a la Provincia y esta solicita la habilitación de la medida al gobierno nacional. En resumen: Bahl puede solicitarlo, pero debe entender que no es lo adecuado.

En Entre Ríos aparece entre las provincias que están en la línea de alarma. Precisamente por Paraná y Gualeguaychú. Alberto Fernández mantendrá esta tarde una videoconferencia con los gobernadores para definir la nueva etapa de la cuarentena.

Antes que Piaggio, el vecinalista José Luis Wasler experimentó la vuelta a la Fase 1 cuando Colón se vio ante un brote de cuatro casos en la primera semana de junio aparecieron 15 casos. Cerró, incluso hasta los comercios, y los habilitó dos días antes del Día del Padre. Hoy el departamento no tiene casos.

A la disyuntiva entre la salud y la economía, se le sumaron las encuestas.

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