Nació en Concordia y vivió en esa ciudad hasta febrero de 2005. Sin pasar por Paraná, como lo indicaría el manual, recayó en Buenos Aires. En la gran metrópolis donde ahora reside.
Federico Prieto tiene 35 años y su primer vínculo con la política fue bastante atípico, por lo menos para estos tiempos. Instalado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires terminó el colegio secundario. Mientras tanto viajaba a Burzaco todos los días para jugar al rugby, para lo que había sido becado. Al año siguiente comenzó a estudiar Ciencias Económicas, carrera por la que el entusiasmo le iba a durar muy poco.
La cuota que el kirchnerismo le implantó a la política también atravesó al joven que hoy ocupa un lugar, casi pegado, al ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer. Su historia tiene un anclaje lejano y cercano a la vez. Hijo de padre peronista, pero además de abuelo sindicalista ferroviario.
Parte de la secundaria la cursó en la escuela privada Los naranjos de la Concordia. De perfil progre con una currícula vinculada a los derechos humanos.
En Económicas militó un tiempo, el mismo que duró su paso por esa facultad: ocho meses. El año siguiente se anotó en Ciencia Política y, ni bien comenzó el cursado, se integró a una agrupación independiente para disputar el centro de estudiantes. Corría el 2008 y la política argentina estaba enardecida por el conflicto del gobierno nacional con las entidades del campo.
Ese conflicto fue, básicamente, el puntapié para volcarse de lleno a la militancia. “Todo era participación. Qué hay que hacer. A dónde”, lo resume.
Por esos tiempos con compañeras y compañeros iba a armar un espacio de gestión vinculado a los artistas que solían ir a actuar a las sedes de la UBA.
Un entrerriano para otro entrerriano
Transitaba el año 2010, el del fallecimiento de Néstor Kirchner. Prieto iba a empezar a sintonizar con otros entrerrianos. Fue casual. Actitudes propias de estudiantes del interior que residen en la gran urbe.
Empezar a toparse en una peña universitaria, pasarse los teléfonos y terminar en un departamento de mala muerte a comer un guiso o unas pizzas fueron las herramientas del encuentro. De esas juntadas surgió una especie de grupo que se organizó de tal manera para darle una mano a otros panzas verdes que llegaban a CABA. De las primeras reuniones eran habitué Gustavo Bastián (hoy intendente de San José); Javier Orduna (hijo de Hernán Orduna, hoy en la administración de la Hidrovía); y Carolina Gaillard.
Siempre en línea con la cultura comenzaron a hacerse peñas con la participación de artistas entrerrianos en los ámbitos universitarios e inscribir futuros estudiantes en el CBC de la UBA. Así fue creciendo el grupo hasta que llegaron a institucionalizarlo como Asociación de Jóvenes Entrerrianos en Buenos Aires. Cuando cuenta la anécdota a Prieto le cuesta no tentarse. Era un poco disparatado. No obstante se jacta de la tarea realizada.
En ese tiempo, Gaillard venía trabajando con Vilma Ibarra, que se desempeñaba como diputada nacional y había conocido en el ámbito universitario, en Derecho; y Prieto, a través de la Facultad de Ciencia Política, se hizo de una pasantía en Cancillería.
Un día cayeron a la Casa de Entre Ríos, estaba Sergio Urribarri y le contaron lo que venían haciendo. El director del organismo era Omar “Gurí” Martínez. Pero era algo simbólico, nada más. En realidad a cargo de la institución estaba Teresa Iturre. El entonces gobernador les ofreció un lugar para que realicen las gestiones que venían realizando. Todo ad honorem. En poco tiempo la Casa de Entre Ríos comenzó a tener otra actividad y cuando Urribarri revalidó con un segundo mandato, Gaillard asumió como directora y convocó a toda la banda como “equipo”.
Hubo cambios rotundos y remodelaciones en el edificio, lo que permitió realizar conciertos de músicos entrerrianos para porteños y estudiantes de otras provincias. También hubo charlas y ciclos de cine entrerriano. Mientras tanto se hacían convenios de descuentos con comercios capitalinos para los estudiantes que vivían allí a través de la tarjeta Joven entrerriano; y con la empresa Flecha Bus para instrumentar un descuento del 50 por ciento en los pasajes a la provincia.
El prisma de la cultura
En 2013 Gaillard asume la banca en la Cámara de Diputados de la Nación y Prieto se viene a Entre Ríos a coordinar programas de empleo de Nación, entre ellos el Progresar. Desde el Ministerio de Trabajo estuvo en la creación de Volver al pago, cuyo objetivo era insertar a entrerrianos y entrerrianas en el mercado laboral de la provincia.
En 2015, ya en el gobierno de Gustavo Bordet, Prieto comienza a trabajar en el área cultural de la Secretaría de la Juventud hasta que dos años después, Gaillard ya en Cultura de la provincia, lo vuelve a sumar a su equipo.
Hace tres meses, a instancias de su amiga con la que emprendieron el camino de la política y la gestión, asumió como secretario de gestión cultural de la Nación.
El sub 40 tiene una idea concreta de la gestión cultural. “La cultura no es una propuesta artística. Es el pueblo el verdadero receptor de la cultura a través del arte y los artistas, que vehiculizan los procesos creativos e identitarios”, dice y asegura que para llevar adelante políticas culturales se debe tener una creatividad adicional: la de conseguir recursos.
Sabe que la cultura impacta en el 3 por ciento de los PBI y advierte que los trabajadores están precarizados. Observa al turismo también como el vehículo de difundir cultura, por caso a través de las fiestas populares, pero sostiene que las necesidad de monetizar suele ser menos paciente que el proceso cultural mismo.
Prieto estudió fotografía en la Escuela Quinquela Martín en La Boca. Obtuvo un título y se jacta de haber trabajado con una cámara disparando flashes a bandas.
Por exigencia de la gestión, recorre el país de punta a punta. Sin embargo, no dejó de prestarle dedicación a los proyectos que se convirtieron en ley en la provincia, como fue la creación del Consejo Provincial de Cultura, las leyes de fomento audiovisual, teatro independiente y artesanía; y la coordinación del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (Ficer).
De Buenos Aires a Entre Ríos y de Entre Ríos a Buenos Aires. Así se narra un poco la vida de Prieto, entre la política y la cultura.
