
La única fuerza que ha puesto en agenda el tema es el vecinalismo. Fueron los intendentes enrolados en ese espacio quienes en las últimas semanas insistieron con la necesidad de discutir una reforma política de caras a las elecciones del año que viene. El PRO ha dado señales también de acompañar esta iniciativa que, en definitiva, la impulsó el gobierno nacional.
No es casualidad que el macrismo y el vecinalismo insistan con un nuevo modo de votar y que la herramienta más a mano sea la boleta única y, si es posible, electrónica. Entre ambos espacio no hay contactos ni estrategia en común, pero ambas fuerzas se verían beneficiadas con una reforma política que eludiera los cuartos oscuros con un festival de papeletas o papeletas largas.
El PRO y los vecinalistas carecen de lo mismo: la territorialidad. Por ese, y no es el único motivo, es que la boleta única vendría a abrirles la puerta a una mayor igualdad al momento de encarar una elección. No es en la contienda legislativa del año que viene en la que el voto electrónico pueda explicitar las virtudes, ya que al votar legisladores para el Congreso la boleta es corta. No obstante, la idea es que el 2017 sea la inauguración de un nuevo sistema para votar y llegar al 2019 con el procedimiento más aceitado.
Las experiencias son similares. Para el PRO el ejemplo refiere a Santa Fe. Allí, si Miguel Del Sel estuvo a punto de arrebatarle en dos oportunidades la gobernación al socialismo, fue porque la boleta única- de papel en donde se elegía los candidatos de todas las categorías con una tacha- le permitió a un número importante de electores votar con mayor comodidad. Santa Fe, con este sistema, se liberó del corte de boleta. La superioridad en conocimiento o simpatía por el candidato a gobernador de sus candidatos a legisladores quedó transparentada por el mismo sistema. El humorista cosechó una importante diferencia de votos a favor que sus propios postulantes para la Legislatura.
El vecinalismo, en Entre Ríos, padece la boleta sábana. Esto les ha complicado a los candidatos vecinalistas dar la pelea contra las estructuras de las fuerzas tradicionales, como el PJ y la UCR. Han tendido que ingeniárselas para competir con la boleta corta. En distritos chicos mal no les ha ido. En la actualidad gobiernan 13 ciudades.
El PRO como el vecinalismo serían beneficiados por una reforma política que imponga la boleta única. Sus referentes han expresado la necesidad de poner el tema en agenda. La diputada del PRO, Ayelén Acosta, presentó un proyecto de boleta única electrónica. La iniciativa lleva las firmas de todos los integrantes de la bancada de Cambiemos, pero la prensa y el entusiasmo corrió por cuenta del macrismo. Gustavo Bordet y Adán Bahl recibieron las inquietudes de los vecinalistas por la reforma en un plenario. Sólo hubo una cordial recepción. No hay en el PJ intenciones de impulsar cambios en la forma de votar. Tampoco en la UCR.