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Polarización o tercios

Los posibles escenarios para 2025

La aprobación de la Ley Bases y el pacto fiscal cerrará esta semana el primer ciclo del experimento libertario. Según como resulte, el segundo semestre irá ordenando el escenario político para 2025. En Entre Ríos, la gran decisión será de Frigerio: compartir o no listas con Milei.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Desde el comienzo de este período de gobierno, Rogelio Frigerio se ha mostrado como uno de los más sólidos aliados políticos del presidente Javier Milei. Fue una decisión estratégica que antepuso el pragmatismo a sus convicciones políticas, más claramente expresadas en el lugar que ocupa su único diputado nacional propio, Francisco Morchio (PRO), dentro del bloque Hacemos Coalición Federal, junto a referentes históricamente cercanos a Frigerio, como Emilio Monzó y Nicolás Massot.

En la categorización que dentro del PRO se venía haciendo en los últimos años entre halcones y palomas, el Gobernador siempre fue parte del segundo grupo. Por identidad política, debió haberse jugado por Horacio Rodríguez Larreta en la interna de JxC. Pero evitó una definición que le hubiera acarreado complicaciones en el armado de su frente provincial. Fue una decisión acertada, a la luz de lo ocurrido.

Una vez en el gobierno, Frigerio apostó por el acompañamiento político a Milei como vía para sortear el inédito desfinanciamiento con el que el Presidente sometió a las provincias a fin de recortar el gasto y alcanzar el equilibrio fiscal. A pesar de haber avanzado en demandas judiciales por millonarias deudas de Nación, como no lo había hecho ningún otro gobernador entrerriano, Frigerio jamás perdió la condición de aliado del Presidente.

Cultor de la moderación y el diálogo, el Gobernador evitó, además, convertirse en víctima del ejército libertario que fusila a aliados críticos en redes sociales, ese reino de la posverdad que le ha servido a Milei para acceder y mantenerse en el poder.

Pero, ante todo, Frigerio obvió las críticas a Milei porque tiene muy claro que en Entre Ríos comparten electorado. Y esto es lo que más importa de cara al armado para las elecciones intermedias del año que viene.

 

Punto de partida

En las elecciones de 2023, Frigerio siempre fue el favorito. Así lo preanunciaba el contundente triunfo de Juntos por Entre Ríos en las legislativas de 2021 y todas las encuestas que se hicieron de cara a la pelea por la gobernación. El desgaste de 20 años consecutivos de peronismo en Entre Ríos se hacía notar y se potenciaba con el fracaso del gobierno nacional peronista, atravesado por una interna a cielo abierto entre Cristina Fernández y su elegido Alberto que erosionó la gestión e impidió cumplir el mandato electoral de arreglar la economía.

Con todo ese viento en contra, el peronismo hizo una buena elección en la provincia y achicó la diferencia con Frigerio, que terminó ganando por solo 17 mil votos. Fue clave la decisión del ex gobernador Gustavo Bordet de no desdoblar las elecciones. La simultaneidad electoral, que permitió que la cara de Milei encabece la boleta sábana, potenció la división del voto opositor y le dio un impensado caudal electoral al candidato a gobernador libertario, Sebastián Etchevehere. Frigerio se quedó con el 41,7%, el peronista Adán Bahl con el 39,4% y Etchevehere con el 18,8%.

Milei no va a estar en la boleta legislativa de 2025. Y los libertarios singuen careciendo de candidatos locales fuertes. Pero la del año que viene será una elección muy distinta a la de 2023. No sólo porque el centro de gravedad de la disputa política ya no lo ocupa el kirchnerismo sino Milei, sino también por la naturaleza misma de la elección intermedia, legislativa, en la que el debate se nacionaliza casi por completo.

En algún punto, la campaña será conceptualmente similar a la oficialista de 1985: “No le ate las manos a Alfonsín”, con perdón de la palabra para los libertarios. Milei buscará la mayoría parlamentaria de la que carece para avanzar con las reformas más profundas de su programa de gobierno.

Si un entrerriano quiere apoyar al Presidente va a tener que buscar la boleta violeta. Aunque no esté la foto de Milei, sabrá identificarla en el cuarto oscuro, instruido por una intensa campaña nacional en ese sentido.

Entre Ríos es una de las provincias en las que el apoyo a Milei se mantiene por encima de la media nacional. Mientras eso siga sucediendo, persistirán las chances de una integración electoral entre Juntos por Entre Ríos y La Libertad Avanza.

Por eso es que nadie quiere hablar de esto ahora. Nadie sabe cómo resultará el experimento libertario. Nadie habla. Pero todos piensan en eso. Y no sólo por razones electorales, claro. Está en juego la suerte del país y, con ella, la configuración del escenario político argentino.

 

Polarización o tercios

Un acuerdo de Juntos por Entre Ríos con LLA determinaría en la provincia un escenario de polarización con el peronismo. Se trata del esquema más históricamente repetido en el que los 5 diputados nacionales que se renuevan en cada elección intermedia se reparten: 3 para el primero y 2 para el segundo.

El año que viene Entre Ríos renueva además senadores nacionales. La polarización implica aquí menos riesgos de quedar afuera. El que gana se lleva los 2 senadores por la mayoría y el que sale segundo el tercer senador por la minoría.

Si, en cambio, Frigerio decidiera no aliarse electoralmente a Milei se repetiría el escenario de tercios de la elección de 2023: 1) Juntos por Entre Ríos, 2) Peronismo, 3) LLA. Uno de los tres, el que resulte en tercer lugar, se quedaría fuera del Senado, porque la distribución de las tres bancas no es proporcional a los votos obtenidos.

En Diputados, en cambio, el reparto es proporcional. De acuerdo con los votos reunidos por las tres propuestas electorales, las bancas podrían distribuirse 3 – 1 – 1. Quizás 2- 2- 1. Quién puede saberlo.

La polarización daría más chances de ocupar bancas. Pero un acuerdo con Milei le quitará a Frigerio espacios en las listas y, por lo poco que hay para repartir, será decisivo quien encabece. Además, muy probablemente los candidatos de Juntos por Entre Ríos deberían contar con la bendición de Milei, con lo cual el perfil de la alianza provincial –que siempre fue más amplia que la nacional de JxC- se desdibujaría.

Es, por ejemplo, difícil de imaginar un congreso provincial de la UCR aprobando un frente electoral con LLA, aunque hoy la mayoría del radicalismo juegue parlamentariamente como aliado de Milei. En todo caso, los radicales deberán evaluar qué estrategia electoral le resultará más efectiva para retener al menos una parte de las cuatro bancas que ponen en juego: tres en Diputados y una en el Senado. Las cuatro, imposible.

Lo que está claro es que en un acuerdo con Milei, sólo llegarían al Congreso los dirigentes de Juntos por Entre Ríos enrolados en el ala más liberal del espacio, aquellos que garanticen a Milei conformar la mayoría parlamentaria de la que hoy carece. El diputado radical Atilio Benedetti, que jugó con Patricia Bullrich en la interna y que le ha votado casi todo a Milei, ya ha dicho que está interesado en llegar al Senado. Deberá vérselas, en principio, con el macrista Alfredo de Angeli, que quiere repetir ¿La revancha de 2013?

Si, en cambio, Frigerio decidiera ir a elecciones separado de LLA, se estaría ofreciendo como una alternativa de centro derecha, más moderada. Una alternativa no kirchnerista (que no es lo mismo que no peronista) que haría en 2025 su ensayo para 2027.

Algunos análisis que publican medios porteños ubican a Frigerio dentro de esta construcción de centro que va desde el peronismo cordobés de Schiaretti y Llaryora, hasta el radicalismo de Lousteau y Pullaro pasando por Larreta y Monzó. Otros, en cambio, lo cuentan como aliado a Milei. Desde Buenos Aires y desde Entre Ríos, la dirigencia ve que la moneda está en el aire, como en la mayoría de las provincias gobernadas por la oposición dialoguista.

 

Fuente: Página Política
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