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Efecto Pichetto

Por qué Alasino no lo traga a Alberto

El ex senador alude a cuestiones políticas para rechazar cualquier apoyo a Fernández, pero su límite lo rige una situación personal.

Se dice, con frecuencia y casi a diario, que los peronistas antikirchneristas serían seducidos por Miguel Ángel Pichetto. Incluso es el principal atributo que tiene el legendario parlamentario para ser beneficiado con la candidatura a vicepresidente en la nueva escudería que encabezará Mauricio Macri que fue bautizada como Juntos por el Cambio. El otro atributo es la dinámica y efectiva capacidad de comunicación con la que se desenvuelve el rionegrino. El Presidente cada vez que habla o lee es la comidilla de los memes y EAMEO. Desde esa óptica la elección para acompañar en la fórmula es acertada.

Augusto Alasino ha sido consultado en los últimos días por diferentes medios de la provincia por el “efecto Pichetto” que estaría al volante de una ambulancia para subir a peronistas desencantados el binomio F-F. Uno de ellos es el ex senador entrerriano que ha dicho que a Cristina Kirchner la votaría tapándose la nariz, pero no a Alberto Fernández. Eso no significa que “el voto sea para Macri, sino para un vicepresidente fuerte”.

Los argumentos que aduce Alasino para no votar a Alberto es que no es peronista. Aprovecha para repasar el paso del presidenciable por el partido de Domingo Cavallo y el gobierno de la Alianza. Pero hay algo que el ex senador se guarda y que una vez se lo contó a este cronista en una charla informal. Aclaración: está avisado que esto se publicaría.

Alasino tiene a Fernández en la lista negra cuando desde el momento mismo en que se destapó el escándalo de la causa Banelco: la investigación que se llevó adelante por supuestos sobornos en el Senado para aprobar una reforma laboral.

Para el concordiense esa causa fue instigada por Alberto Fernández a través del juez federal Daniel Rafecas, que fue quien la instruyó. Alasino le endilga al magistrado una relación muy cercana con el ex jefe de gabinete.

El ex senador entrerriano sostuvo siempre que el kirchnerismo necesitaba una causa de corrupción en la agenda pública para levantar la bandera de una nueva etapa en la política argentina. La denuncia de los sobornos en el Senado era el ejemplo perfecto para esa operación. De ahí que todos los males para Alasino tienen un culpable: Alberto Fernández.

En 2013, más de una década después de la investigación de Rafecas, el Tribunal Oral Federal; integrado por Guillermo Pons, Guillermo Gordo y Fernando Ramírez; absolvió a todos los imputados y afirmó que las coimas a senadores para que aprobaran la reforma laboral en abril de 2000 “no existieron” y que el ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto, cuyo testimonio fue base de la acusación, es un “embaucador” que ofreció un relato “inconsistente”, “inverosímil” y “autocontradictorio”. En el veredicto, que fue unánime, el tribunal pidió que el Consejo de la Magistratura investigue a Rafecas, ya que consideró que actuó con “parcialidad” en el caso.

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