Juan Carlos Arralde salió de su territorio, San Salvador, para sondear el ambiente político en pleno proceso electoral.
El ex senador tuvo una importante presencia en los medios durante los últimos años por sus actuaciones en el ámbito judicial. Fue quien interpuso el planteo de inconstitucionalidad por la designación de Guillermo Smaldone al Tribunal de Cuentas, historia que terminó con la renuncia del entonces funcionario por la inminencia de un fallo en su contra. En escritos jurídicos y académicos ya se cita el “Caso Arralde”.
Como integrante de la corriente Illia, que conduce Atilio Benedetti, a Arralde se le menguó la candidatura a diputado nacional en 2015. Su alto perfil a raíz de las causas por corrupción no fueron suficientes para ocupar un lugar importante en las listas de Cambiemos.
El interés por los casos de corrupción y las cuestiones vinculadas a la transparencia fueron los motivos por los cuáles la Juventud Radical de Feliciano lo invitó a dar una charla este sábado en el Comité Departamental. La jornada se extendió a otros espacios de juventud del norte entrerriano. Cerca del ex convencional constituyente se mostraron entusiastas por la presencia de jóvenes en el lugar y por el “ida y vuelta” que hubo con quienes escucharon la disertación. Había -según supo Página Política – militantes de La Paz y Federal.
Arralde se ve en un ámbito parlamentario y se lo ha hecho saber a su jefe político, Benedetti. Resulta que el larroquense también suena como candidato a diputado nacional, pero no hay nada seguro. El director del Banco Nación vio en la llegada de Javier González Fraga la posibilidad de ascender en la entidad crediticia más importante del país. Precisamente esa posibilidad es la que lo hace dudar de su candidatura. Por ahora en la Illia reina el silencio. Jorge D’ Agostino, integrante de ese espacio, dejó trascender que le gustaría repetir otro mandato en el Congreso.
Fabián Rogel, hace 10 días en una entrevista con Página Política, sostuvo que “la mecánica para elegir candidaturas no puede ser la auto candidatura o la candidatura de un grupo” y llamó a sus correligionarios a plantear “una estrategia” de negociación y mejorar el perfil del candidato. Debe ser –según el funcionario del Ministerio de Defensa de la Nación – “un dirigente que reúna la mayor unidad posible de radicales. En segundo lugar que tenga claridad en los intereses que tiene que defender en el Congreso. Y en tercer lugar que esté dispuesto a cicatrizar heridas en el radicalismo y mantener contactos con todos y ofrecer un paraguas a los intendentes de nuestra fuerza”.
Sobre el final, explicitó que si su nombre puede “llegar a tener estas características y se presenta un planteo de consenso”, estaría “dispuesto”. Son las primeras sillas que se empiezan a ocupar en la mesa de la UCR. La de Cambiemos aún le falta el mantel.
