En las cuatro semanas que restan para las elecciones provinciales del 9 de junio, Cambiemos buscará llevar todo el tiempo al centro del debate la situación de la provincia.

Y, para conseguirlo, los candidatos de la oposición harán un planteo al electorado entrerriano de mucho sentido común: se supone que un gobernador que adelanta las elecciones pretende separar el proceso electoral provincial del escenario político nacional. Pretende, en definitiva, que la campaña se centre en los problemas propios de la provincia, sin la contaminación de los asuntos nacionales.

Está claro que a Gustavo Bordet le conviene no hacer olas donde casi no las hubo en la campaña para las PASO y dejarse llevar por la correntada de una crisis nacional que en abril le acarreó un resultado muy favorable, inesperado en su magnitud aún hasta por la dirigencia más optimista dentro del peronismo.

De hecho, en su primer mensaje a la militancia con vista a las elecciones de junio, Bordet dejó en claro que el horizonte de las presidenciales de octubre será una parte constitutiva del discurso de campaña para junio.

Cambiemos toma a estas cuatro semanas que restan para el 9 de junio como una nueva campaña, separada de la que se planteó para las PASO. Ahora el acento estará puesto con mayor claridad en el debate provincial, que se planteará sobre dos pilares: uno político y otro programático.

En el primer aspecto, Cambiemos machacará sobre la provincia “atrasada” que deja el peronismo tras 16 años de gobiernos consecutivos, con tres gobernadores (Jorge Busti, Sergio Urribarri dos veces y Gustavo Bordet) que traen un “modelo de gestión” de la misma ciudad, Concordia, a la que “han dejado en el segundo lugar de pobreza del país, cuando se trataba de una de las ciudades más prósperas de Entre Ríos”.

En el plano programático, la idea es “obligar a Bordet a discutir la provincia que tenemos y la provincia que podríamos tener”, explican a Página Política en el equipo de campaña.

Para eso, tienen previsto lanzar una serie de propuestas sobre distintos aspectos de un eventual gobierno a cargo de la fórmula Atilio Benedetti – Gustavo Hein.

Debates puntuales

Algunas de las propuestas ya fueron esbozadas en las PASO, como la intervención de Vialidad, para conocer si son ciertas las sospechas de diversos hechos de corrupción, tanto en la sede central como en las distintas zonales, y la rápida sanción de una ley de consorcios camineros para avanzar en la reparación de los caminos rurales, que es la queja más escuchada por el candidato a gobernador de Cambiemos en sus recorridas por el interior provincial.

También se profundizará el otro tema lanzado en las PASO: la cuota de responsabilidad que tiene el gobierno provincial sobre la composición de la tarifa eléctrica que, entienden en Cambiemos, fue reconocida por Bordet con el anuncio del congelamiento.

Más allá de la propuesta de rebaja del 10% el primer día de un eventual gobierno a su cargo, Benedetti cree que hay mucho por hacer en materia de energía. En esa línea se inscribe la presentación para que se conozcan los balances de Enersa y la decisión de trabajar también con los municipios para ver si pueden bajar tasas, a fin de alcanzar un precio de la luz similar a la de otras provincias, como Corrientes.

En Cambiemos pretenden una campaña en la que se discuta el “estado de estancamiento de la provincia en la mayoría de sus aspectos”. Hablan, por caso, de la caía de la participación entrerriana en las exportaciones del país; y de la “inexistente o muy escasa” atracción de inversores privados.

Cuestionan el rol del Bersa como agente financiero de la provincia. No sólo por el “leonino” contrato que facilitaron las gestiones peronistas (y que fuera denunciado por el diputado de PRO, Esteban Vitor), sino porque, a pesar de su situación privilegiada, la entidad no ha ayudado con la generación de créditos blandos para vivienda o para producción a sus clientes, que son los jubilados provinciales y los empleados públicos.

No quieren adelantar mucho más. Por lo que pudo saber Página Política, entre otros ejes de propuestas estarán alterativas superadoras de la “estructura recesiva” de impuestos que afectan a la producción y la “escasa” calidad institucional, derivada de “débiles” controles a la administración pública.