La discusión en la UCR debería, en principio, saldarse con el fallo judicial que este fin de semana ratificó la decisión del Tribunal Electoral partidario: que el intendente de Concordia, Francisco Azcué, no reúne las condiciones exigidas por la Carta Orgánica radical para asumir como presidente del Comité Provincial.

Caída la candidatura de Azcué, su lugar debería cubrirse por corrimiento de lista. En consecuencia y tras la confirmación de Azcué de que no irá en apelación a la Cámara Nacional Electoral, la intendenta de Federal, Alicia Oviedo, que va de vicepresidenta en la lista única, se convertiría esta semana en la primera mujer en presidir la UCR entrerriana. Ya avisó que tiene la voluntad de hacerlo.

Pero en la interna radical las cosas nunca son simples. Las motivaciones finales de la impugnación a Azcué resultan, en algún punto, insondables. En una extrema simplificación se podría decir que lo que se juega en toda esta disputa es el grado de dominio del gobernador Rogelio Frigerio sobre el radicalismo.

Bajo esta mirada, Oviedo no es lo mismo que Azcué. Aunque ambos son intendentes y, por lo tanto, tienen muy poco margen de autonomía política frente al Poder Ejecutivo provincial, Oviedo no es frigerista; no reconoce al Gobernador como su “conductor” político.

En otras palabras, Oviedo no reuniría el mismo consenso que Azcué. Por eso es que, por estas horas, se habla de la posibilidad de una nueva convocatoria a elecciones, que formalmente podría motivarse en una situación de acefalía si, por ejemplo, la falta de aportes al partido de muchos miembros de la lista única provoca otras caídas de candidaturas, al punto de afectar el quórum del Comité, de 13 sobre 23 miembros.

Se comenta que hay casos de deudores que nunca pagaron sus aportes al partido, ya sea por un cargo anterior o por el que actualmente están ocupando en el gobierno provincial y hay también dirigentes que pagaron menos de lo que mandan los estatutos partidarios.

El reclamo por los aportes al partido fue una de las acciones que caracterizó a la gestión del presidente saliente, Fuad Sosa, ejercida en su segundo año ya con la UCR incorporada al gobierno de Rogelio Frigerio. Eso generó resistencias y hasta renuncias al partido, como informó oportunamente Página Política:

Sosa quería seguir en la presidencia del Comité, pero perdió el apoyo de figuras importantes de su propio espacio, como Atilio Benedetti. En consecuencia, quedó afuera del reparto de cargos para el Comité de consenso, como se explica en esta nota:

 

Fuente: Página Política